Capítulo 9

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Narra Stephen

Me despierto en el sofá, me quedo un buen rato mirando al techo pensando en ayer. Samantha no me dejó explicarle quien era la camarera, simplemente decidió pensar en lo peor. Entiendo que después de todo lo ha pasado sólo piense mal, pero esta vez no tenía nada que ver, es cierto que esa chica intentó tener algo conmigo pero yo siempre la ignoré.

En el tiempo en el que no estuve con Samantha me dediqué a desintoxicarme y cambiar de vida por y para ella aunque dudaba que volviese conmigo, pero el día que me enteré del embarazo sentí como si fuese una oportunidad  para demostrarle que realmente he cambiado, pero no sé ni como hacerlo. Me esfuerzo en ser buen padre, no permitir que les falte de nada y estar para todo lo que ambas necesiten, pero supongo que después de todo nada es suficiente.

Me levanto y hago el desayuno antes de ir arriba a despertarlas. Justo cuando termino siento a la niña llorar y subo corriendo, para cuando llego Samantha ya la tiene en brazos y le está dando el pecho.

-Buenos días- saludo sentándome en la cama- el desayuno está listo.

-Ahora vamos- responde Sammy.

-¿Has dormido bien?- pregunto al fijarme en las grandes ojeras que se ven bajo sus ojos.

No responde, sólo agacha la cabeza. Suspiro frustrado, no sé que le pasa pero desde luego ha dormido mal, una parte de mí quiere pensar que al no dormir conmigo no descansa bien pero otra parte me dice que ella ya no siente nada por mí.

Cuando Kathia termina de comer bajamos, la dejamos en la cuna del salón y nos sentamos a desayunar en silencio. Observo a Sammy mirar las tostadas sin tocarlas, cosa que me parece aún más raro porque le encantan las tostadas de nutella.

-Sammy... ¿estás bien?- pregunto.

Me mira, sus ojos están rojos y llorosos, devuelve la mirada al desayuno y comienza a llorar. Me levanto y voy a abrazarla mientras su llanto se hace más y más intenso.

-¿Qué pasa Sam?

-¿Cómo has podido?- pregunta entre sollozos- ¿Cómo puedes ser tan mentiroso?

La miro sin comprender nada, pensando que pude hacer para que me diga eso pero no hay nada que pase por mi mente.

-¿A qué te refieres?

-Mientras yo estaba embarazada tú te dedicaste a follarte a todo lo que se mueve y ahora pretendes que te perdone como si nada- llora- y aún encima de estúpida lo hago.

-Samantha eso no es para nada así- respondo inmediatamente- ven- la ayudo a levantarse y la llevo al sillón- yo nunca estuve con nadie después de que me dejaras, con nadie, me dediqué a desintoxicarme y cambiar de vida por y para ti para que volvieras.

-¿Y la camarera de ayer Stephen?¿Te crees que soy imbécil?

-Nunca tuve nada con ella. Ella me tiraba los tejos y se me insinuaba todo el rato, pero nunca le he echo caso, Samantha desde que estuve contigo sólo quise estar contigo, por el amor de Dios, nunca he pensado ni mirado a otra, sólo pienso en ti, día y noche. Sólo pienso en como hacer para que me perdones y en como ser el padre que Kathia merece, no pienso en nada ni nadie más. Vosotras sois el amor de mi vida.

Samantha se me queda mirando aún llorando y yo siento como se me hunde el pecho al verla así.

-Por favor... creéme- suplico mientras mi voz se va volviendo un susurro y un nudo aparece en mi garganta.

-Es que después de tantas mentiras es tan difícil... no te imaginas lo difícil que es Stephen, mi corazón quiere perdonarte pero mi cabeza no deja de recordarme el pasado... es demasiado y pasan cosas como las de ayer y mi desconfianza salta, una vez pierdes la confianza en una persona es muy difícil recuperarla.

-No sé que más hacer para demostrarte que he cambiando Sammy- me paso las manos por le pelo nervioso- me encargo todo el día de vosotras, de daros todo lo que neceisteis y más si es posible, de demostrarte que te quiero y que quiero estar contigo con vosotras, ser buen padre...

-Nunca he dicho que seas mal padre, no confundas las cosas, eres un padre de 10 y Kathia no puede tener ninguna queja.... pero a mi me has echo mucho daño, no es fácil.

Suspiro y vuelvo a pasarme las manos por el pelo, Samantha está sentada en la silla de piernas cruzadas, con los ojos inchados mirándome y mordiéndose los labios mientras se arranca las pieles muertas.

-Entonces...¿ lo nuestro no tiene solución?- pregunto temiendo su respuesta.

-Ojalá poder decirte que si o que no, pero no lo sé...

Y sólo con esas palabras se desencadenan muchas emociones dentro de mí, lo primero es una tristeza al pensar que quizás nunca me perdone pero a la vez un rayo de esperanza me cruza el pecho al no ser un no rotundo.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2023 ⏰

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