Se acabó
Algunas personas al afrontar una pérdida tienden a culparse a sí mismos, y a tolerar acciones o palabras que no merecen. Esa es otra forma de morir.
-Buenos dias- Saludo Natasha a la nueva empleada de la recepción, que era mucho mejor que la anterior-
-Buenos días, doctora Romanoff- La saludo la mujer, dándole una linda sonrisa-
Ella veía hacia afuera, se dedicaba a oír las prepotencias que carcomian toda su valentía, el miedo la mordía y los pensamientos destruían cada luz de esperanza de irse de aquel suplicio, al que inconscientemente había sido sometida por su propia cuenta. Nunca se dignó a mirar en su interior o por ella misma, estaba inmersa en un agua muy profunda y ahogándose con su propia culpa. Ella estaba muriendo y no lo notaba, porque quien amaba estaba dañado.
Pero no sabía que salvandolo a el, se estaba apuñalando a si misma una y otra vez.
Una día se fue, queriendo liberar su alma de esas cadenas que ataban sus alas. Ella sabía que irse era acorralar a las bestias y perder la cobardía.
Su error fue dejar un rastro.
La realidad choco.
De un día para otro tienes que afrontar un frío descarrilante, la tormenta se desenvuelve sobre ti y debes sostenerte para no caer.
-Te he estado llamando-
Al oírlo entendió que había inventado una absurda distancia, en ese instante supo que fue un error haber escapado de la lluvia.
Ella no quería seguir muriendo de frío e ignoro cualquier lucidez. Solo tomo el camino más fácil.
-¿Por qué no contestabas?-
Su piel se erizó. Ni las ganas de llorar estaban ahí, solo sus músculos tensos y su mirada estática sobre la tan oscura y aterradora del hombre.
-¿Vas a responder o te quedarás callada todo el día?-
Cuando capto las risas a la distancia reaccionó.
Camino rapido, a grandes zancadas hacia el hombre, y con una mirada le indico que la siguiera al exterior.
-¿Que diablos se supone que haces aquí?- Pregunto, tragándose el llanto. Las emociones comenzaban a sostener cada uno de sus pensamientos-
Edmon se relamio los labios con una sonrisa falsa.
-Vine a buscar a mi esposa- Su tono de voz tan relajado le causó nauseas a Natalia. Su pie comenzó a moverse sin parar, no sabía que hacer-
¿Debía echarlo a patadas? ¿Llamar a la policía? ¿Localizar a su hermano? ¿Escapar nuevamente?
Esa idea fue descartada al segundo de recordar a quienes formaban parte de su vida ahora.
-Sabes muy bien que no iré a ningún lado contigo, Edmon- Dijo en un hilo de voz, abrazándose a si misma. Quiso no demostrar miedo, pero se vio cohibida por sus reflejos-
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𝗙𝗔𝗜𝗧𝗛ᵍʳᵉʸ'ˢ ᵃⁿᵃᵗᵒᵐʸ
FanfictionNatalia Alianovna Romanova llega a Seattle creyendo que puede abandonar todo en su antiguo hogar. Las paredes tristes, los cristales rotos, las grietas en el techo y las puertas maltratadas. Y aunque la decisión de continuar con su vida fue lo más v...