Dia diez
-Ey, doctor apuesto- Saludo la pelirroja, atravesando la puerta de la entrada y dejando un beso en la mejilla de su amigo-
-Ey, doctora ardiente- Ella frunció el seño y lo observo con la ceja alzada- No preguntes-
-No lo haré- Detrás de ella venia Mark, con una expresión de pocos amigos-
-¿Debo preguntar?- Murmuro, respecto al rostro enfadado de la pareja actual de su mejor amiga-
-Nop- Contesto. Luego de eso, ambos se dirigieron a la cocina, donde Lexie dio un salto emocionado y se lanzó a los brazos de la cirujana cardiotoracica- Niña Grey, Grey- Ambas hermanas sonrieron, mientras que Derek procedía a seguir con el desayuno- ¿Desde cuándo Derek cocina por voluntad propia?- Le susurró a Meredith, ella elevo los hombros como respuesta- Wow Grey, tu si lo tienes dominado- La rubia soltó una risa baja, mientras asentía orgullosa-
-¿De que se ríen ustedes dos?- Cuestiono el azabache mientras recargaba todo su peso en una pierna, con un delantal floreado puesto y unos guantes rosados. En una mano sostenía una sartén, y la otra se encontraba posada en su cadera-
-Nada- Respondieron a coro ambas mujeres, para luego observarse cómplices entre sí-
-Si...fingire que les creo-
Luego de que todos desayunaran, se dirigieron a la salida. Natasha, justo antes de salir se inclinó hacia adentro, lista para darle un grito a cierto residente que estaba tardando demasiado.
Pero...luego cayó en cuenta y su rostro se descompuso. El no oír las rápidas y torpes pisadas de O'Malley provenir de las escaleras, acompañados de sus gritos suplicando que lo esperen, la abrumo. De repente aquel silencio la hizo sentir que aquella casa estaba totalmente desolada, con tan solo la ausencia de George y su forma tan especial de alegrarla, ese hogar lucia descampado.
Tras soltar un suspiro que abundaba de melancolía, cerro la puerta detrás de ella y se preparó mentalmente para imaginar a George en cada esquina de ese hospital
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𝗙𝗔𝗜𝗧𝗛ᵍʳᵉʸ'ˢ ᵃⁿᵃᵗᵒᵐʸ
FanfictionNatalia Alianovna Romanova llega a Seattle creyendo que puede abandonar todo en su antiguo hogar. Las paredes tristes, los cristales rotos, las grietas en el techo y las puertas maltratadas. Y aunque la decisión de continuar con su vida fue lo más v...