Capítulo Veintidós

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-Soy yo, Danielle- dije con lágrimas en los ojos. Sabía que Joel no bromeaba y eso me angustiaba bastante.

-Bueno Daniela, lamento informarte que no tengo la menor idea de quien eres- dijo sin expresión en su rostro.

-Es Danielle, y somos amigos, tienes que recordarme- dije dejando salir algunas lágrimas.

-¿Yo tu amigo? Eres una mortal, no eres mi amiga- dijo dirigiéndose a las habitaciones-.

Mis piernas se hicieron de gelatina y observé como el suelo se hacia más cercano a mi cuerpo. Estaba dispuesta a recibir el impacto, éste no sería más fuerte que el dolor que se había formado en mi pecho, sin embargo unos brazos me rodearon impidiendo mi caída. Por un minuto tuve la esperanza de que sea Joel, que había recobrado la memoria y no me dejó caer, pero los ojos de Zoe fueron los únicos que vi al levantar la vista.

Me ayudó a sentarme en el sillón y Tessa me trajo un vaso de agua.

Quería que me den explicaciones, pero las palabras se quedaban en mi garganta y dolía.

-¿Porque?- fue lo único que pude pronunciar luego de tratar de calmarme.

-Escucha cariño- dijo Zoe- cuando las brujas te llevaron hicimos de todo para localizarte, pero no parecías estar cerca, pensamos en rastrearte con brujería, pero ni Tessa ni Danna tienen el poder de localizar, Debbie si lo tenía, pero no la encontramos por ninguna parte como sabes.- dijo seria- Joe encontró a una bruja rastreadora que estaba dispuesta a ayudarnos a cambio de algo. Ella dijo que saldrías sana y salva de las manos de las brujas y que pondría a gente que te ayudaría para volver hasta aquí. Pero el precio era que Joe no recordara nada de ti, para el solo vino a Sidney porque sí.- concluyó.

Si antes me sentía devastada ahora quería morir.

-¿Hay alguna forma de recuperar su memoria?- pregunté esperanzada.

-No- dijo Zoe triste- No la hay.

-¿Entonces solo debo resignarme a que no me recuerde?- dije destrozada.

-Cariño, lo importante es que sepas que Joe lo hizo para que estés a salvo- dijo Danna tratando de animarme, pero tuvo el efecto contrario.

Me levanté y me dirigí a mi habitación, las chicas no me siguieron porque entendieron que necesitaba tiempo a solas. Me dejé caer en la cama descargando mi frustración en lágrimas.

Nose cuanto tiempo estuve así, solo recuerdo que Zoe me dijo que todos se iban a um bar, pero ella se quedaría conmigo.

Cerré mis ojos y traté de conciliar el sueño. Lo conseguí al pensar en aquéllos ojos, unos ojos que ya no me conocían.

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Habían pasado dos días desde que regresé a Sidney, dos días desde que Joel no me recuerda, dos días desde que no me dirigía la palabra,dos días desde que me siento destrozada.

Estaba sentada en el sofá leyendo una revista, tratando de animarme un poco, pero mis esfuerzos no dan resultado, ni los míos, ni los de Ashton, Zoe, Danna o Tessa.

Joe estaba en un sillón no muy lejos de mi mirando el juego de fútbol americano en la televisión.

Ashton apareció por el pasillo y nos hablo a ambos.

-Hey, vamos a una discoteca con las chicas, ¿vienen?- dijo animado. Me limité a negar con la cabeza, no me sentía de ánimo para salir o moverme.- Bien, arreglate Joe, salimos en diez- dijo dándose media vuelta.

-Paso- dijo sin retirar la vista de la televisión.

-De acuerdo- dijo dudoso

Levanté la vista de mi revista por un instante, pero Joel no me miraba.

Me inquietaba la idea de quedarme a solas con el, bueno, con el nuevo el.

Zoe, Danna y Tessa salieron arregladas y me insistieron en ir, aunque la respuesta fue la misma: no. Se retiraron junto con Ashton cerrando la puerta tras de si.

Un silencio incómodo se formó entre nosotros, creo que solo lo era para mi, ya que Joel no paraba de ver el juego.

Terminé la revista y decidí darme una ducha para despejarme.

Luego de 10 minutos bajo el agua tibia envolví una toalla a mi cuerpo y me observé en el espejo.

Los huesos de mi clavícula se maracaban muchísimo, y eso se debía a que no había comido muy bien en estos dos días. Apenas una manzana.

Comencé a sentirme mareada, por lo cual me sostuve del lavamanos.

Cuando pensé que el mareo había pasado me solté y di unos pasos hacia la puerta, pero mi vista se tornó negra y no tenía de que sujetarme, por lo cual caí al suelo quedando inconsciente.

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*Narra Joel *

Estaba viendo el juego tranquilamente cuando escucho un golpe proveniente del baño. Me levanto y voy hacia allá rápidamente. Al abrir la puerta me encuentro con la imagen de esta chica mortal, ¿Janelle? ¿Mariela? Como sea, estaba en el piso inconsciente. Sentí una extraña presión en mi pecho, pero decidí ignorarla. Levanté a la chica en brazos y pude notar que estaba demasiado liviana. La dejé sobre su cama y la tapé con el acolchado. Me di la media vuelta con la intención de irme, pero al llegar a la puerta una voz me detuvo.

-No te vayas...-

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Bueno, ya he empezado las clases, he decidido subir dos capítulos los domingos.
Voten y comenten.
Los amo.

Amor con colmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora