Capítulo 2

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Al llegar me di cuenta de que había alguien más dentro. Esperé pacientemente a que la directora acabara, pero deseaba que se diera prisa. No podía perder la siguiente clase y que me pusieran otra falta, ya tenía bastante con mi maldito profe de francés. Tampoco podía dejarlo para más tarde porque si él se enteraba pensaría que no le hice caso, y pasaría algo mucho peor.

Después de 15min. me acerqué a ver qué estaba pasando. La directora hablaba con alguien, saqué por conclusión que debía ser un nuevo alumno, aunque desde aquella posición solo la veía a ella.

-Espero que se encuentre cómodo en nuestro instituto, no es la primera vez que albergamos estudiantes de otros países. Aunque sí es extraño que se cambie en su último curso. Sus notas son excelentes y nos han pedido por favor que no le bajemos de curso por el cambio, pero tendrá que hacer un examen si quiere seguir ahí. Espero que lo comprenda-.decía la directora, con una sonrisa que no había visto desde que vió a los de primer curso fregar los pasillos como castigo-. Por lo demás todo en orden.

Poco a poco fue remitiendo la conversación, me sentía una intrusa escuchando lo que decían, pero no podía evitar sentirme curiosa y preguntarme por qué la directora le tenía tanto aprecio. Nunca antes la había visto dar la opción a examen de acceso, ella era muy estricta con las normas. Este debía ser un caso especial.

-Gracias directora, me esforzaré al máximo para ponerme al día-dijo una voz desde el interior-.

Me aparté antes de que salieran y me pillaran pero ya era demasiado tarde, una figura masculina salió por la puerta y me vió. Me quedé de piedra, sentía que me fallaban los pulmones y la sangre me hervía. Delante de mí de hallaba el chico más guapo que había visto en mi vida, era como un David de Miguel Ángel. Albergaba unos rasgos curiosos. Tenía el pelo rojo como el fuego, con unos ojos ámbar que parecían quemarte con la mirada. Bajé la mirada avergonzada, fijo que en ese momento me puse roja. Maldecí mi curiosidad.

Volví la vista hacia el chico pero ya no estaba, sino que veía a la directora echarme la bronca. Yo la miraba absorta pero mi mente estaba en otra parte. Sólo escuchaba partes de lo que decía.

-Debería darle verguenza... observar así... mala educación... intimidad...

-Eh...-no sabía que decir, ¿Qué diablos me pasaba?

Escuché una risa a mi derecha, el chico estaba ahí mirando como me echaban la bronca. Debe pensar que soy retrasada mental o algo. ¿Cómo podía pasarme esto a mí? ¡Si por poco le babeo encima! Entonces recordé porqué estaba aquí.

-Hmm... me manda el profe de francés.-le entregué la nota, la directora me estaba mirando como si fuera una cucaracha a la que quisiera pisar-.

-Ya está firmado, ahora vuelve a tu clase. No quiero volver a verte hoy por aquí ¿entendido? Y atiende.-me dijo con su firme tono autoritario-.

Por supuesto que iba a atender, pero sólo para no verla a ella. De todas maneras le di mi mejor sonrisa falsa y le dije "Sí, directora". Justo en ese momento sonó la campana, salvada. Me dirigí a mi siguiente clase pero no antes sin encontrarme a Laura y Pablo y explicarles lo sucedido. Se estuvieron riendo de mí todo el rato.

-¿En serio Diana? ¿Un gato? Te veía más dura. No sabía que los gatitos te hicieran temblar.-me dijo Laura de broma-.

-Miau-soltó Pablo por detrás-.

No pude evitar reirme, y eso que no les había contado el episodio de secretaría.

-Hablo en serio, vosotros no lo visteis. Ese gato parecía estar observándome desde lejos. Me dan escalofríos sólo de pensarlo y no sé de dónde viene ese miedo irracional pero es verdadero.

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