Me encontraba rodeada de edificios viejos, era de noche y no se oía mas que el pitido de las farolas. No sabía como había acabado allí. Seguí caminando, pero parecía no tener fin y escuadriñé más el lugar donde me hallaba. La luna estaba llena en su máximo esplendor, me fijé que las casas que veía antes realmente estaban abandonadas. Tenía miedo. De repente escuché un sonido, parecia una voz femenina y me aproximé más.
-¿Hola?- dije en voz bastante alta.-¿Hay alguien?
Pasé la calle y sentí que el vello se me erizaba, allí delante de mí, tan solo a unos metros se erguían dos sombras. Una bastante alta y la otra más pequeña y menuda. De pronto vi como la más grande de sacaba una especie de objeto afilado, y me di cuenta de que la voz que escuchaba antes era de la mujer, que pedía auxilio. Me hice la valiente y le grité:
-¡Eh! No le hagas daño o llamaré a la policía-dije con mas miedo del que debería mostrar-.
Realmente no llevaba ningún móvil encima, y me sentía increíblemente estúpida por llamar la atención. Pero en ese momento lo único en lo que podía pensar era en los gritos de aquella pobre mujer.
La sombra más grande se giró y me observó, era más joven de lo que había supuesto en un principio. Pero desde esa distancia y con la oscuridad no veía bien si era un chico o una chica, solo sé que sus ojos azules me traspasaron como dos agujas. Y sentí dolor, un dolor muy fuerte. Me tumbé en el suelo, me estaba mareando.
-¿Cómo has llegado aquí?-dijo una voz en mi cabeza-.
Espera, ¿EN MI CABEZA?¿Qué está pasándome? Vi como la sombra se acercaba poco a poco, pero ya no era tan grande como antes, fue menguando poco a poco. El dolor de cabeza seguía ahí, martilleando sin cesar. Cuando estaba a dos metros ya no era una persona lo que veía delante de mí. Sino un gatito, un gatito de color negro como la noche y toda la maldad que trae consigo en contraste con unos ojos tan azules y luminosos que hacía daño sólo mirarlos. Al mismo tiempo hipnotizaban tanto que era imposible apartar la mirada de ellos.
-Contéstame.-repitió esa voz-.
Era una voz grave, profunda.
-Yo... no lo sé.
-Bien, entonces olvidarás todo esto.
En ese mismo instante perdí el conocimiento, mirando mientras tanto a esos ojos tan azules que destilaban odio y frialdad.
Me desperté con las sábanas pegadas el cuerpo, totalmente desorientada. Miré el despertador.
7:30
Me levanté de la cama y un pitido me recorrió toda la cabeza. El dolor era insoportable. La noche anterior pasó por mi mente repitiéndose una y otra vez, hasta que...
¿Que hacía allí? Miré el despertador extrañada, no recordaba como había despertado.
7:32
Mierda, iba a llegar tarde. Fui al baño y me puse lo primero que vi, un jersey blanco con unos vaqueros, cogí mi cazadora y unos tenis. Un vaso de leche, lavarse los dientes y lista.
7:45
Nuevo récord. Mi madre aparece y me llama, se acaba de levantar y no tiene buena cara.
-Diana, ¿estás bien? Estuviste haciendo ruido buena parte de la noche. Te dije que debes estudiar con tiempo, no la noche anterior que luego no duermes y vas medio grogui para el exámen.
-Mamá, no sé de que hablas, no tengo examen y no hice nada raro.
¿A qué se refería mi madre?
-Bueno tengo que irme y debo llamar a Laura para ir juntas. Chao.
Cogí las llaves y salí. Llamé a la puerta de Laura, ella vivía en el mismo edificio que yo y somos amigas desde que me mudé, hace unos diez años.
-Hola, no te vi en todo el fin de semana. ¿Qué tal?
-Bien, nada especial. Pero date prisa que no me apetece ir andando.
Salimos y nos dirigimos a la parada de bus, allí le conté a Laura lo que me había pasado por la mañana y lo que me contó mi madre.
-Qué raro, a lo mejor eres sonámbula, deberías esperar a ver si pasa más veces.
-Puede que tengas razón-le dije-. Pero aún así nunca me había pasado, y estaba muy desorientada, no sé. A primera hora tengo francés, justo la clase más helada, genial. Nos vemos luego.
-Chao, disfruta tu primera hora de lunes con el Monsieur.
Nos reímos juntas y luego nos separamos, no sin antes ir a mi taquilla. Me crucé con un grupo de los de último curso, y es que había que decir que guapos eran. Después de estar embobada mirando para ellos me encontré con Laura y Pablo. Laura tenía un envidiable pelo negro que resaltaba con sus ojos verdes.
Pablo se había mudado hace poco, pero se integró muy fácilmente, encajaba bien en la clase. Me pidió salir hace medio año, yo lo rechacé. No era que fuera feo, tenía pelo marrón y ojos pequeños y avellana, el caso es que no me atraía y lo veía como un buen amigo. Yo sabía que tenía alguna chica detrás y le pasaba lo mismo. Así que no le fue difícil comprenderme aunque fuera doloroso. Las cosas estuvieron frías entre nosotros, pero luego poco a poco recuperamos la amistad y ahora él estaba saliendo con otra chica de un curso inferior, me alegraba mucho por él y notaba que Clara, su novia, también lo quería mucho.
Nuestro profesor llego un poco tarde y la clase transcurrió con normalidad, pero no era capaz de dejar de pensar en lo que ocurrió esa mañana. ¿Realmente era sonámbula? No era capaz de imaginarme a mí misma vagando por ahí medio dormida sin enterarme de nada. Además mi madre dijo que sólo escuchó ruidos. Tendría que preguntarle más al llegar a casa, a lo mejor me estaba creando paranoias y no debería pensar tanto.
Miré hacia fuera, aún era de noche ya que estábamos en invierno y los árboles recortaban sombras tenebrosas. Me sentí un poco miedosa la verdad. De repente un gato inundó mi campo de visión, sentí que mis piernas empezaban a temblar. ¿Por qué? Si sólo era un gato, no tenía sentido. No podía apartar la mirada de aquel gato, estaba de espaldas y mecía su cola al son del viento. Poco a poco se fue girando, y sus ojos..
-¡Diana! Quieres hacer el favor de atender, no te va tan bien en esta materia como para que andes en las nubes. -dijo gritándome mi profe-.
-Yo..-no sabía que decir-. Lo siento es que... había un gato.. y me distraje.
Toda la clase se giró hacia la ventana. Perfecto, no había gato.
-Vete a secretaría por favor.
Cogí mis cosas y salí de clase. Genial, me iban a poner un parte por mirar un estúpido gato, y lo más gracioso es que me seguían temblando las manos. ¿Qué pasaba conmigo hoy? Llegué a secretaría, pero ya había alguien hablando con la directora...
Hola, soy la autora, espero que os guste mi historia. Es la primera vez que escribo algo así que espero que no haya faltas ni otras cosas. Disfruten. Dadle a like si os gustó y decidme si queréis que siga la historia. (:
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Susurros
Novela Juvenil¿Que pasaría si de un día para otro empezaras a notar cosas extrañas? Tan raras como voces en tu cabeza, desmayos, sentir que alguien te persigue... Esta es la historia de Diana, y como a veces lo sobrenatural puede resultar más real de lo que crees.