𝙿𝙾𝙲𝙺𝙴𝚃 𝙾𝙼𝙴𝙶𝙰 |𝙳𝙰𝙱𝙸 𝙰𝙻𝙿𝙷𝙰! 𝙸𝙸|

3.1K 248 2
                                    

Gemiste.

-¿Qué diablos? Eso fue un rudo despertar.

La niebla aturdida en tu voz hizo que su corazón latiera con fuerza, la completa confusión en tu rostro somnoliento era absolutamente adorable; la cabecera de la cama le dió ganas de acurrucarte y abrazarta para que te durmieras. Odiaba cada momento. Porque era débil contigo. Porque no eras su omega. Porque estaba tan dolorosamente seguro de que tenías un alfa fuera de todo esto. Le hizo hervir la sangre.

-¿Qué diablos estabas haciendo? -preguntó Dabi sin rodeos, haciendo retroceder las cosas mezclando y nublando su mente.

Gritaste cuando te diste cuenta de que estaba de pie junto a tí, te arrastraste hacia atrás, pero solo te enredaste con todo. Seguiste intentando moverte, pero él colocó su pie en tu pecho, empujando tu espalda contra el piso; no podías negar la chispa en sus ojos, estaba a punto de matarte.

-¿Bien? -empujó con más fuerza.

Querías hablar, moverte, pero te ahogabas en su olor. Evitabas estar tan cerca de él; tan pronto como te diste cuenta de esa sensación que tenías cuando lo olías, mantuviste las distancias. Aún así, no pudiste evitar el maullido que se escapó de tu garganta. La cara de Dabi no cambió, pero viste que sus hombros se tensaron. El calor inundó tu cuello y tus mejillas, te pinchó las orejas, te cubriste la cara con la almohada.

-Así que ahí es donde mis mierdas han estado yendo -Dabi se inclinó y te quitó la almohada de un tirón-. ¿Qué pasa pequeña omega?

-Lo-lo siento -respiraste y abriste un bolsillo debajo de tí.

Dabi, perdió el equilibrio cuando desapareciste debajo de él, también cayó en el bolsillo. Aterrizó encima de tí, gemiste y el espacio dejó de expandirse a tu alrededor. Sentiste ganas de morir mientras se agachaba sobre tí; su rostro apático se dibujó en ira y desaprobación.

-¡Sal de mi bolsillo! -exclamaste tirando de su pie hacia su pecho y empujándolo. Todavía tenía la almohada, usándola como acolchado contra tí. Lo aplastaste contra el espacio donde solía estar el piso-. ¡Fuera! ¡Fuera! Fu...

-Joder, detente -espetó Dabi, agarrando tu pie y tirándolo por encima de su hombro de esa manera que no pudiste agarrarlo.

No podías esconderte aquí. En este espacio, el blanco se empalmaba sobre el infinito, arremolinado negro. Se miraron el uno al otro, ambos extrayendo sus propias feromonas. Casi podrías ahogarte en él. Pronto, el pequeño espacio te estaba asfixiando. Dabi se inclinó más cerca, empujando su pierna hacia tu cabeza y ajustando la otra para sentarse más cómodamente entre tus piernas, su rostro se acercó mucho al tuyo.

No podías tenerlo tan cerca. No podías soportar que sus cuerpos se tocaran así, definitivamente no podías tomar esa posición que te excitaba incómodamente, una sonrisa llenó sus labios cuando tu olor cambió. Extendiste los brazos y el bolsillo que te rodeaba se abrió, causando que ambos cayeran en picado, aunque la habitación los atrapó y los bajó. Retrocediste, desenredandote de él, una vez que ambos estuvieron en una superficie de nuevo. Te pusiste de pie y empezaste a caminar, contenta de no haber roto ni tirado nada.

-¡No puedo creer esto! -murmuraste yendo y viniendo- ¡Eres tan estúpida T/n! ¡Sabía que no debería haberlo hecho!

Dabi gimió y se puso de pie, comenzando a acercarse a tí. Ampliaste el espacio entre ustedes. No parecía desaseado, siguió caminando, esencialmente sin ir a ninguna parte; cuanto más rápido se movía, más rápido ensanchabas la habitación.

-Puedo expandir esto infinitamente -gritaste- ¡Solo para!

-Detente -gruñó en respuesta, su olor alcanzó su punto máximo. Se volvió afilado y amenazador, te quemó la nariz. Aún así, eso inmediatamente apagó la omega en tí, no podías obligarte a hacer nada más. Te quedaste helada. Dabi cargó contra tí, agarrando la parte delantera de tu camisa antes de que pudieras echarlo de nuevo- ¿Qué planeas?

𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥𝐬「ʙɴʜᴀ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora