XXII

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Entré la sección de libros se encontraba un joven castaño revisandolos uno por uno -Eres idéntico a Namjoonie- soltó Seokjin colocandose alado de su hijo quién le dedicó una sonrisa.

-¿Enserio?- Taehyung dejó los libros a un lado para irse con su padre -Si, siempre iba a la librería que está por el parque y me decía, Vamos Jinnie, hay libros geniales en esta biblioteca- contó sonriendo por ese recuerdo.

-Ahora que lo recuerdo- agregó llamando la atención de su hijo -Esa biblioteca siempre cambia los libros que nadie lee por otros más interesantes a la semana, tal vez encuentres un libro interesante ahí- Jin mantuvo su recorrido hacia la sección de verduras.

-Lo tomaré en cuenta, gracias papá- el moreno abrazo a su padre quien correspondio con una mano mientras que con la otra sostenía el carrito -¿No vas a comprarte nada?- preguntó viendo que el menor no había agarrado nada desde que llegaron.

Taehyung negó, pero luego recordó que le había dicho a alguien que le llevaría algo -¡Si, si, ya regreso!- exclamó corriendo hacia la sección de postres, miró refrigerador por refrigerador, estante por estante, esperando encontrar algo delicioso para Jungkook.

Un chico de cabello café notó a Kim desesperado, lo observó unos segundos curioso tomando la decisión de acercarse y ayudarle.

-Hola ¿Buscas algo en específico?- saludó con una sonrisa amistosa, Tae al escuchar una voz atrás de él se asustó dando un pequeño brinco para después suspirar -Lo siento, no quería asustarte- agregó el chico con una cálida sonrisa.

-No te preocupes... Si busco un postre para...- dudo unos segundos -Alguien especial- completo bajando la mirada sonrojado -¿Pareja?- cuestionó el de cabello café -Algo así, no es oficial- explicó el moreno.

-Bien, entonces si yo fuera tú y tuviera esa hermosa belleza que tienes, elegiría... ésto- indicó tomando del estante de pastelillos una caja con dos pastelillos en forma de corazón de sabor vainilla con glaseado de chocolate y relleno de cajeta.

Taehyung miró la caja asombrado -wow ¿Cómo es que no vi esta caja antes?- soltó asombrado por lo delicioso que se veían recibiendo la caja con cuidado -¿Verdad?, Hasta yo mismo juraría que caería en tus encantos si me dieras eso- ánimo guiñándole un ojo y sacándole una sonrisa divertida al castaño.

-Gracias ¿Cuál es tu nombre?- preguntó antes de irse a pagar -Me llamo Bogum un gusto- hizo una pequeña reverencia -¿Y el tuyo?- respondió guardando sus manos en su chamarra -Taehyung, también es un gusto Bogum- el castaño miró hacia atrás viendo que Seokjin lo esperaba.

-Bueno tengo que irme, espero verte de nuevo y muchas gracias por ayudarme a elegir el regalo perfecto para... Mi futura pareja- agregó haciendo una reverencia al igual que Bogum.

-No es nada Tae, es más ten mi número por si necesitas algo o por si quieres reunirte algún día, salir para conocernos más, y me podrías contar si cayó esa persona en tus encantos- Taehyung asintió tomando la nota con el número de Bogum.

Ese chico es un agradable sujeto, pensó caminando hacia el peli morado con una sonrisa por haber conocido a un nuevo amigo -¿Amigo nuevo?- preguntó Jin -Si, se llama Bogum, me ayudó a buscar el regalo perfecto para Jungkook- comentó emocionado y feliz.

-Me alegro, ahora vayamos a pagar para irnos a casa- indicó el mayor tomando camino hacia las cajas registradoras.

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-¡Ya llegamos!- avisó el peli morado entrando a su casa con algunas bolsas en sus manos al igual que su hijo quién entro junto a él -¡Déjenme!, ¡Estoy bien ya les dije!- gritos y sonidos de cosas cayéndose se escuchaban arriba en dónde Jungkook se encontraba.

Taehyung preocupado dejó las cosas en la cocina y sin pensarlo dos veces subió a la habitación -¡Jungkook!- llamó entrando a la habitación.

-¡Ya se los dije no necesito ayuda!- volvió a repetir el azabache molesto parado en su cama y con una almohada en sus manos usandola como arma hacia los dos mayordomos que estaban asustados.

Tae se quedó en silencio, al igual que Jin quién dejó las cosas en la cocina igual que su hijo -¡Por favor señor Jeon déjenos ayudarle con cualquier cosa!- soltó la de cabello lacio -¡Si quiere hasta podemos ayudarlo con... Su almohada!- sugirió el otro mayordomo.

-¡Ya les dije que no!- Jungkook cansado siguió en su posición, no quería correr a los dos mayordomos ya que eso sería grosero, pero tampoco les decía que quería algo porque no le gusta aprovecharse de los demás.

Cuando Taehyung y Seokjin se habían ido los mayordomos no dejaban de seguirlo o preguntarle si necesitaba algo cuando claramente les había dicho que no se molestan en hacer lo que él pedía, ya que no pediría nada, pero esto solo alteró a los dos jóvenes, no querían problemas con los señores Kim por lo que estuvieron sugiriendo muchas cosas a tal punto de artar al mayor que solo quería dormir y esperar a su amado.

-¿Qué está pasando aquí?- cuestionó Jin cruzandose de brazos asustando a los pequeños mayordomos que aún estaban en la preparatoria -Que...queríamos ofrecerle ayuda... Al señor... Jeon... Y...- la chica tartamudeaba del susto no quería ser despedida -¡No me dejan dormir eso pasa!- exclamó Jungkook sentándose como Indio en su cama.

Taehyung divirtiendose de la situación de Jungkook reprimió su sonrisa para no incomodar a todos -No se preocupen a partir de ahora yo me encargo de Jungkooki... Jungkook- indicó el moreno para quitarle a Jeon dos pesos de encima.

Los dos mayordomos asintieron saliendo de la habitación -Perdona Jungkook no creí que se alteraran así, hablaré con ellos ahora- habló Jin cansado -No se preocupe Seokjin todo bien, solo quería dormir tranquilo- explicó.

Jin asintió dejando a ambos menores solos, Tae estaba emocionado por darle a Jungkook su regalo -Te traje algo- agregó con una sonrisa pícara llamando la curiosidad del mayor.

-¿A si?, ¿Qué es?- preguntó con una sonrisa ladida -Espera aquí ya verás- pidió saliendo de la habitación. El azabache emocionado se sentó obedeciendo las órdenes del menor.

Desde ese momento entendió que a la única persona a la que obedeceria sin reproche alguno o queja sería a Taehyung, su corazón le pertenecía a él, su alma le pertenecía a él, incluso su vida si era necesaria.

Síndrome de Estocolmo (KookV). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora