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Los días pasaron. El cambio tan radical que pasaron las dos mujeres más importantes de Ecomoda, no pasó desapercibido para nadie.

Hablaban en secreto, cuando nadie veía por los pasillos, Betty se colaba a la oficina de Marcela para conversar. La impresión entre ambas al darse cuenta de todas las cosas de las cuales podían hablar, simplemente no tenía palabras. El odio ya no existía. El rencor no existía. Algo que aún no querían aceptar se empezaba a hacer presente y aunque eso, en parte, las asustaba, las emocionaba también.
Ambas mujeres se estaban dejando llevar. Simplemente dejaron que las cosas fluyeran.

Armando era un mar de emociones. No se permitiría perder a Betty, pero tampoco quería dañar más a Marcela. No sabía que hacer, y el Vicepresidente Comercial, no sabía hacer mejor cosa que ser un cizañoso.

—¿Hoy?- fingió pensar—Hmm, creo que no puedo doctor.

Él frunció el seño con lentitud.

—No puede— Recalcó con ironía.

— No— respondió Betty con tranquilidad—Lo que pasa es que mi papá vendrá por mí.

En eso, el sonido del teléfono se hizo presente, Armando miró el aparato con ganas de romperlo por interrumpirlos.

Betty, al contrario, contestó con tranquilidad.

—¿Aló?— dijo—Ah, hola mamá.

Un par de segundos después, Betty rió.

—Sí mamá, mi papá ya me avisó que me vendrá a recoger—frunció el seño un par de segundos— Ah, ¿ya está abajo? Muy bien...

Armando miraba fijamente cada uno de los movimientos de Betty, sabía que había algo muy inconsistente con que Don Hermes iría a recoger a su hija, pues los últimos días Betty lo rechazaba una y otra vez, desde el día de la "importante reunión familiar" hasta el evento de Adriana Arboleda.

— Sí mamá, muchas gracias. La veo en un rato. Chao—y colgó el teléfono.

Miró a Armando y abrió sus manos en señal de "no hay solución" y suspiró, mirando el reloj.

—Ya terminé mi trabajo, doctor. Lo siento, no podré verlo hasta mañana.

Tomó sus cosas pero al tratar de pasar al lado de Armando para salir, éste la detuvo con suavidad y la atrajo hacia él.

—Dígame, Beatriz— le susurró con ese tono varonil que sabía que la ponía nerviosa— ¿En serio su papá vendrá por usted o será que... Te irás a otro lugar?

Betty se sorprendió de aquellas palabras, él jamás la había "tuteado"

—¿Disfrutas el dejarme de esta manera? ¿Tan repentinamente?

El aroma de su exquisito perfume inundaba su mente y la hacían querer quedarse con él en aquella oficina. Ella pudo sentir cómo su cuerpo trataba de descontrolarse y abrazarlo con fuerza.

Armando tomó su mentón con suavidad y obligó a Betty a mirarlo a los ojos.

—Sabes algo que yo no, Beatriz Aurora.

Betty reaccionó, lo empujó levemente mientras reía.

—Ay, doctor. Por eso no debe beber en la oficina—desvió su mirada, tratando de ocultar su nerviosismo—Deje los juegos, mi papá ya me debe estar esperando.

Sin más, Beatriz salió rápidamente hecha un tomate, evitando por completo al cuartel de feas.

Armando, por otro lado apretó sus manos con furia mientras dejaba salir un suspiro largo.

Divina (Betty×Marcela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora