10

1.7K 159 125
                                    

La Valencia acompañó a Beatriz a su casa. La escoltó hasta la puerta y una vez se despidió de la asistente y su madre, volvió al auto para conducir hasta su hogar.

A pocos metros de llegar a su casa, se encontró con una cabellera rubia imposible de confundir: Patricia.

Caminaba del lado contrario al que venía la camioneta de Marcela. La mencionada hizo sonar el claxon y llamó a Patricia alzando la voz.

En cuanto la rubia vió a Marcela, se lanzó hacia el auto y subió rápidamente.

— ¡Marce, Marce!— cerró la puerta del auto.

— ¡Patricia! ¿Qué haces? ¿Me buscabas?

— Ay Marce es que caíste del cielo. ¡Dejé mi cartera en Ecomoda y como tu casa estaba más cerca que la mía vine a buscarte pero no estabas, así que me iba a ir caminando!

— ¿Y por qué no mejor regresaste por tu cartera?

— Pues porque ya habían cerrado y nadie me abrió— se quejó.

Marcela suspiró.

— Bien, ya es tarde y estoy muy cansada. Quédate a dormir y mañana te llevo a tu casa.

Patricia relajó su expresión.

— ¡Muchas gracias, Marce! Sirve que cenamos juntas y echamos chisme.

Se le veía contenta. Marcela rodó los ojos, descubriendo que su amiga quizás sólo no tenía qué cenar esa noche.

No se iba a poner estricta con ella. Es noche no, pues Marcela se sentía muy feliz.

Aunque también demasiado nerviosa, pues había besado a Betty. Cada que el pensamiento le pasaba por la mente, sentía cosquillas en su vientre por la emoción. Por más que tratara de distraerse.

Ya en su departamento, Marcela ofreció cocinarle a Patricia, quien se extrañó, pero lo aceptó.

— Mira, hice Carbonara— dijo mientras le servía un plato— Disfrútalo.

Patricia achicó los ojos mientras miraba fijamente a Marcela, tratando de descubrir lo que ocultaba.

Sabía que Marcela había estado muy extraña, y sabía que tenía que ver con Beatriz, pues la vió entrar y salir de su oficina una que otra vez.

— ¿Por qué me ves así? ¿Que te pasa?

— Hmm, nada— dijo comenzando a comer— Te ha quedado delicioso, Marce.

Marcela rió con suavidad. Al mirar a Patricia se dió cuenta que mantenía la misma expresión de sospecha que antes.

— ¡Bueno! ¿Ahora qué?— alzó las manos.

— Estás muy amable hoy— se acercó— Marce. Yo sé que has estado bastante rara, Marce.

— ¿Cómo así que rara? No tengo nada raro, estás alucinando.

— No, Marce. Dime qué tienes.

Marcela suspiró.

— ¿Qué tengo de qué? Ya te dije que nada.

— Bueno, bueno.

Patricia silenció unos minutos mientras comía más de su plato.  Fingió paz, para luego soltar una frase que desenmascaría a Marcela. Terminando la comida, miró a Marcela.

— La fea esa se paseó muy altanera por todo Ecomoda hoy, ¿verdad?

Marcela cambió su semblante al escuchar aquello.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Divina (Betty×Marcela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora