Capítulo 8: Gorila (segunda parte)

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—¿Necesitas ayuda? —cuestionó Kyu Jong al mayor, quien intentaba arreglar el pequeño caos que había hecho en la cocina. 

—No te preocupes, yo puedo solo. —respondió, queriendo contener su frustración. Era el mayor y se sentía responsable de cuidar cada detalle de la casa y sus demás compañeros. —¡Ve a bañarte! —ordenó para librarse del menor, pues ya no podía contener más su inutilidad ante la situación y no deseaba quedar avergonzado. 

Kyu Jong obedeció y dejó solo a Hyun Joong, que inmediatamente agradeció que sólo estuvieran ambos, pues conociendo a Jung Min, en vez de guardar silencio o ayudarlo a resolver el problema, estaría burlándose o presionándolo. 

Hyun Joong escuchó como el timbre sonó y dejó su labor para ir a abrir. 

—Hola. —pronunció cuando abrió la puerta. —Eres…—pensó un poco, reconocía la cara de la chica, pues era una de sus nuevas bailarinas. —¿Min Lin? 

La chica soltó una risita. —Es al revés, Lin Min. —corrigió. 

Hyun Joong se puso rojo por la confusión, pero a Lin Min pareció no molestarle, pues en su rostro una gran sonrisa estaba plasmada, era un poco siniestra e hizo que Hyun Joong sintiera miedo; pero pronto pasó, ya que recordó cuales solían ser algunas de las reacciones extravagantes de las fans cuando lo conocían a él o a los demás integrantes.

—¿Necesitas algo? Pensé que las bailarinas se mudarían hasta la semana que viene. 

—Ese era el plan, pero soy de la provincia de Gangwon y quise venir antes para adaptarme a la ajetreada vida de la ciudad. —explicó y al joven le pareció honesta su respuesta.

—Muy bien, cuando quieras puedo darte un tour. Conozco Seúl de pies a cabeza. Sólo…—hizo una pausa. —¿Podrías ayudarme a arreglar el lavabo de cocina? En mi intento por componer una pequeña fuga, terminé ocasionando una pequeña-gran inundación. —la chica asintió y pronto ambos jóvenes entraron para arreglar el pequeño desastre. 

—¿Estás nerviosa por pertenecer a nuestro staff?

—Sí. 

—¿Quién es tu bias? —preguntó sin rodeos y la miró fijamente a los ojos, ella se puso sumamente nerviosa y negó con la cabeza. —No piensas decirme, ¿verdad? —la chica asintió con la cabeza. —Muy bien, pues entonces tendré que adivinar. —Hyun Joong se puso a la altura de la chica. —Definitivamente, yo no soy tu bias. —aseguró. —Quizás sea la ruedita de Young Saeng o el feo Kyu. —sonrió. —Pero también tu bias puede ser el caballo salvaje o la tortuga inútil.

—Los quiero a los cinco por igual. —afirmó la chica y se alejó de líder. 

—Mientes, tu favorito es Kyu. —dijo con seguridad.

—¿Qué? 

—A todos los nombré con un leve insulto, pero tu entrecejo se frunció cuando “ofendí” a Kyu, por ende él es tu favorito. 

—¡Claro que no!

—Sí, no mientas. Algunas fans son tan predecibles, adorables. —tomó su cachete. —pero muy predecibles. —le dio la espalda a la chica y se agachó para revisar el lavabo. 

—¿Crees que somos predecibles? —preguntó la chica.

—Sí. —respondió sin voltear a verla.

—No lo creo, justo en éste momento pienso golpearte y por tu cabeza nunca pasó que yo te haría daño.

—¿Qué? —se volteó desconcertado por la palabras de la chica e inmediatamente sintió como algo rígido se estrellaba con su cabeza. El dolor era tan grande, que se desmayó al instante.

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