Capítulo 8 Gorila (Tercera parte)

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—¿Hola? ¿Hyun Joong? …¡Responde! —Gritaba Young Saeng, aun cuando la llamada ya se había cortado. Su rostro comenzó a cambiar de color y sintió como todo a su alrededor le daba vueltas. 

—¿Crees que el Manager acepte galletas y helado como alimento de primera necesidad? —cuestionó Hyun Jun a Young Saeng. El primero cargaba, con dificultad, cuatro paquetes de galletas y tres tarros de helados de diferentes sabores. —Hyung, ¿pasa algo? —habló cuando se dio cuenta que su interlocutor lo ignoraba. 

—Kyu está en peligro, debemos ir... —respondió, contradiciendo la orden el mayor. 

—¡Oh! —fue lo único que salió de la boca del pequeño al escuchar aquello. 

—No creo que logres bajar de peso, sí llevas tanta comida. ¡Glotón! —expresó Jung Min al acercarse a ellos. —¿Qué sucede? —preguntó al no obtener queja del menor por el leve insulto que le dio. 

—Kyu…peligro…—murmuró y tomó a Young Saeng del brazo. —Debemos apurarnos. 

Los tres chicos se apresuraron a salir del supermercado, como no vieron su camioneta, mucho menos a su manager y tampoco tenían dinero para un taxi, decidieron viajar en transporte público. 

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—Lee Do Young. —pronunció Hyun Joong e inmediatamente sintió como el aludido golpeaba su espalda una, dos, tres, cuatro veces seguidas, hasta que ya no pudo más y su cuerpo, vencido por el dolor, cayó. 

—Pensaba que habías olvidado mi nombre, pero ya veo que me recuerdas. —Do Young se agachó para estar a la altura de líder. —Obviamente, no podías olvidarte de mí. De tu “amigo”, a quien decidiste traicionar por culpa de aquel niñito. Dime, ¿valió la pena preferir a Hyung Jun que a mí? A tu amigo del colegio…—Hyun Joong no abrió la boca. —Ya veo que no tienes respuesta, trai…—no pudo seguir hablando, porque líder se había levantado y arrojado sobre él. 

—Yo no te traicioné, hice lo correcto. Tú sólo te la pasabas insultando y menospreciando el talento de los otros miembros. —justificó y pronto ambos se vieron sumergidos en una pelea. Cada uno golpeaba y regresaba el golpe con mayor intensidad. 

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Kyu Jong despertaba, sentía todo su cuerpo pesado y la música aturdía sus oídos. Intentó levantar sus manos para cubrirlos, pero algo evitaba que lo lograra. Abrió por completo sus ojos, descubriendo su desnudez, además de las ataduras de sus brazos y piernas. 

—Qué bueno que has despertado, querido. —dijo la voz de una chica. —Debes vestirte, ya es tarde y nos esperan.

—¿Quién eres?

—El amor de tu vida. —la chica se acercó y Kyu pudo reconocerla. —No tengas miedo. —incitó al ver la cara de pánico del muchacho. —Yo nunca te lastimaría. Yo te amo y sólo quiero nuestra felicidad. No soy como aquella chica… esa bruja que intenta que te olvides de tus fans. —dijo entre lágrimas. —Aparte, ella es fea y muy plástica. Apuesto todo a que lleva más de 10 cirugías, tan sólo en su horrenda cara. 

Kyu Jong permanecía callado ante los desprecios hacia su novia. Habían pasado dos semanas desde que anunció su relación amorosa con una aprendiz de su empresa. 

Reclamos, lágrimas, su canción a todo volumen, caricias y momentos de extrema locura, fueron constantes en los siguientes 10 minutos. El muchacho permaneció callado y quieto. Parecía ausente, hasta que cansado por el parloteo ridículo de la chica. ——¡Apaga la música! —ordenó. La amabilidad y dulzura, que siempre lo habían caracterizado, se esfumaron. —¡Desátame! 

—No, porque sí te desato te irás con ella. —las lágrimas que caían sobre su rostro cesaron, ahora sólo sus ojos denotaban su furia. —¡Entiéndelo, tú y yo vamos a huir juntos! Do Young me lo prometió.

—¿Lee Do Young? —preguntó y su preocupación creció cuando la chica le respondió, asintiendo con su cabeza. Kyu Jong recordó como Lee Do Young juró vengarse de ellos, por haber truncado su carrera. —Él no es una buena persona, una vez intentó dañar a Baby… 

—No, no…—la chica comenzó a darse golpes en la frente. —Él es muy bueno, me ayudó a aprenderme las coreografías y gracias a él los pude conocer. Te pude conocer a ti, al padre de mis hijos… 

—¡Te está usando!

—Claro que no, a ti es a quien están usado. Esa chica, sólo quiere fama. Te aseguro que ella no te ama como lo hago yo. Ella sólo quiere arruinar el grupo, no quiere a las fans. Sólo quiere que te alejes de nosotras…

—No, ¿crees que estaría a lado de una persona que no me dejé hacer lo que más me gusta y apasiona? 

—¡Mientes!

—No miento, ella me hace ser mejor persona. Hace que me levante todos los días para dar lo mejor de mí tanto en lo personal, como en lo profesional. Soy humano, merezco tener una relación y no por eso dejar de apreciar y agradecer a cada una de las personas que me apoyaron desde el comienzo…

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Hyun Joong pronto colapsaría. Do Young era mucho más fuerte y tenía habilidad para pelear. De un movimiento, se colocó encima del líder y comenzó a ahorcarlo. 

—¡Vas a morir! —ejerció más presión, debilitando cada vez más a su contrincante, hasta que algo golpeó su cabeza con fuerza. Dejó de ahorcar a Hyun Joong, se puso de pie y tocó su cabeza al sentir sangre correr. —¿Quién eres? —cuestionó a la chica frente a él. 

Emma miraba al extraño directamente a los ojos, traía un sartén, con el que segundos antes lo había goleado. Hyun Joong intentaba recuperarse, tosía y respiraba con dificultad. 

—No es de tu incumbencia. —respondió la chica y se lanzó con valor a atacar al desconocido, usando el sartén, pero él era más grande y fuerte y no tardó mucho en quitarle su arma. 

Emma se cubrió la cara y cerró los ojos, cuando él la tomó del brazo con su mano izquierda y su mano derecha se transformó en un puño, dispuesto a provocarle dolor.

—¡Con ella no te metas! —proclamó Hyun Joong y tacleó a Do Young, quien cayó al suelo y recibió, con mayor fuerza que la anterior, golpes en todo el cuerpo por parte de Hyun Joong. Después de dejarlo casi inconsciente, se levantó y fue con Emma. —¿Estás bien? —tomó sus manos y las revisó. Después tomó su rostro para verificar que no tuviera herida alguna. Emma asintió con su cabeza. —¿Segura? —ella volvió a asentir. —prométeme que no volverás a hacer nada así de estúpi…

—¡Cuidado! —interrumpió la chica al ver como Do Young se levantaba dispuesto a atacar a Hyun Joong.

Pronto, ambos chicos regresaron a pelear. Ya no con la misma fuerza y entusiasmo, pues sus cuerpos estaban debilitados. Al sentir que perdía, So Young sacó una navaja y amenazó a Hyun, quien no tuvo miedo y se enfrentó; pero fue inútil. El primer navajazo fue dado y Hyun Joong logró esquivarlo, lamentablemente al esquivarlo quedó acorralado. Cerró los ojos, a la espera de lo peor. 

—Ahora sí, mi querido Lidah. —pronunció Do Young y con todas sus fuerzas atacó. 

Aquella agresión no llegó a su objetivo, pues unas manos la detuvieron, sin importar el daño o el dolor. 

Al no sentir dolor alguno, Hyun Joong abrió los ojos y descubrió como Emma sostenía la parte filosa de la navaja entre sus manos. La sangre de la chica teñía de rojo el piso blanco y lágrimas caían en su rostro por el dolor que sentía. 

Emma miró la sangre y dejó caer la navaja al suelo. Hyun Joong quiso correr hacia ella y albergarla entre sus brazos, pero recordó el peligro que representaba Do Young y mejor optó por alejarla de él, al ver la furia en sus ojos.

—¡Maldita! —pronunció y toda la rabia que sentía por líder, fue transmitida a Emma, pero al ver como tenía la batalla perdida, se agachó, tomó la navaja y salió corriendo

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—Les dije que esa ruta no era, pudimos llegar hace veinte minutos, pero… ¡¡NUNCA ME ESCUCHAN!! —reclamaba el menor a sus dos hyungs. Uno de ellos no lo escuchaba, pues estaba más preocupado por llegar, que por sus estúpidos reclamos. El otro, simplemente encontraba divertido ignorarlo. Los estaban esperando que la puerta del elevador se abriera, el más ansioso era el mayor. 

Cuando las puertas del elevador se abrieron, los tres amigos vieron el rostro de alguien bastante conocido, quien no dudó dos veces en sacar su navaja y atacar al menor de los tres. 

—¡Por tu maldita culpa! —dijo tomándolo del cuello de su playera. Hyung Jun cerró sus ojos y esperó por su muerte, pero gracias a la habilidad de Jung Min, ésta no llegó. 

El sexy carisma del grupo, había empujado y quitado la navaja al agresor, después lo tiró al suelo y se sentó sobre él, de una manera que dejaba a Do Young inhabilitado para hacer cualquier movimiento.

—¡Hyung Jun, llama a la policía y al manager! —ordenó Young Saeng al ver que Jung Min no podía seguir reteniendo la amenaza. —¡Corre! —gritó y empujó al menor cuando éste había quedado paralizado por el miedo. 

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Emma miraba con detenimiento y asco sus manos ensangrentadas, luego miró al suelo y se percató del charco rojo que había. Se comenzó a marear al darse cuenta de la cantidad de sangre que había perdido. Comenzó a llorar. 

—Tranquila. —susurró Hyun Joong a Emma, cuando la acuño entre sus brazos. —Ya no llores, por favor. — pidió y comenzó a acariciarle el cabello. —No tengas miedo, yo estoy aquí y nunca dejaré que nada malo te vuelva a dañar. Lo prometo. —dijo con voz tierna. —Aquí estoy, nunca más tengas miedo. 

Al escuchar esas palabras cargadas de cariño, abrazó a Hyun Joong, deseando nunca separarse de él. Pero rápidamente se alejó de él, al sentir como su corazón se aceleraba. —El otro chico…—pronunció, al recordar a Kyu Jong. 

—Cierto. —Hyun Joong tomó el sartén que estaba en el suelo y se dirigió a la puerta de la habitación, de donde no dejaba de escucharse Wass Up a todo volumen. 

—Espera…—Emma lo tomó del brazo, antes de que él abriera la puerta. —Puede hacerte daño.

—Estaré bien, no debo dejar a Kyu solo. —sonrió. —De verdad, estaré bien. —se acercó a ella para darle un beso en la frente y abrió la puerta. 

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—¡Te odio y también a la maldita de tu novia! —pronunciaba a todo pulmón la chica, mientras golpeaba el pecho desnudo de Kyu Jong. Él podía hacer nada para evitarlo, sólo la miraba y lamentaba el estado en que ella estaba. Se sentía culpable y considero que lo más conveniente era terminar con su noviazgo, no quería dañar el corazón de otras fans. 

La chica siguió golpeando, hasta que unas manos la detuvieron. 

—¡Basta Min Yin o como te llames! —ordenó Hyun Joong y alejó de Kyu. 

—¡Gorila! —se escuchó y Hyung Jun entró a la habitación corriendo, seguido por Jung Min, Young Saeng y tres policías armados. 

Inmediatamente Kyu Jong fue desatado y Lin Min fue esposada. Los chicos rodearon a Hyun y Kyu, para asegurarse que ninguna parte de su cuerpo les faltase. 

Emma miraba la escena desde lejos, ver como aquellos cinco muchachos se cuidaban unos a los otros, sin importar nada, le hizo darse cuenta que ella no tenía ese tipo de personas cercas. Personas que a pesar de no compartir ningún vínculo sanguíneo, se cuidaban como su fueran hermanos. Un paramédico se acercó a ella e hizo que dejara de mirarlos. 

—Estoy bien. —le dijo al paramédico y ocultó sus manos; pero antes de que pudiera alejarse, Hyun Joong ya estaba a lado suyo. El muchacho tomó con delicadeza, pero a la vez firme, las manos de la chica y se las mostró al paramédico. 

En todo momento, en que las heridas de Emma eran atendidas, Hyun Joong no se apartó de su lado. Ambos estaban en silencio. 

Después de un rato, reporteros llegaron al departamento y Emma se sintió acosada al no estar acostumbrada a los flashes de las cámaras y las interminables preguntas que los reporteros hacían. 

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Una semana había pasado desde el penoso accidente y poco a poco todo volvía a la normalidad, excepto Emma. Pues la chica constantemente temía volver a repetir aquel episodio en su vida. 

Ese día, Emma había decidido ir a la plaza donde solía encontrarse al mimo, quería platicar con alguien y hasta el momento, el mimo parecía ser la única persona con la que se sentía en confianza. 

Como era muy temprano, en la hora que pasó sentada en esa banca, nunca apareció el mimo. Resignada, se puso de pie y a lo lejos vio como Kyu Jong se acercaba a ella. 

—Hola. —saludó él con timidez. Emma correspondió ese saludo con una reverencia y se dio la vuelta para marcharse. —Espera un momento…—la tomó del brazo. —debo mostrarte algo. —dijo y comenzó a caminar. Curiosa por saber a qué se refería, siguió al muchacho. 

Kyu la guío a la parte central de ese parque. —¡Baila! —le ordenó. 

—¿Aquí? —preguntó perpleja ante la orden. 

—Sí. 

—¡No lo haré!

—¿Por qué no?

—Porque me da pena y no hay música. —explicó y le dio la espalda al muchacho. 

—¡Imagínatela o canta!—sugirió.

—No lo haré. —se encogió de hombros y pronto escuchó como Kyu tarareaba una canción.

Cuando Emma volteó a verlo, Kyu se contorneaba ridículamente. Avergonzada, cubrió su rostro. ¿En qué momento se le ocurrió seguir a ese sujeto? Preguntaba internamente. Nunca antes sintió pena ajena por nadie, hasta ese momento.

A Kyu Jong parecería no importarle todas aquellas personas, que de un momento a otro se acercaron, se rieran de él, le sacaran video o fotos por el ridículo baile que estaba haciendo. Es más, sonría, hacía gestos gracioso y les enviaba besos.

Emma no aguantó más y se soltó a reír. Muchas chicas se acercaron a Kyu en el momento que lo reconocieron y comenzaron a preguntar por el atentado del que fue víctima. Con voz segura, pero nunca grosera o llena de resentimiento, explicó lo sucedido. Lamentándose de la locura de aquella muchacha. Cerró el tema y pidió a sus fans que hicieran lo mismo. 

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Kyu y Emma caminaban en silencio, iban a la agencia para poder retomar actividades después del repentino y obligatorio descanso. 

—¿No tienes miedo a que se vuelva repetir? —cuestionó ella, antes de que entraran al edificio. 

—No. Debo confesar que todo fue bastante aterrador y me siento culpable de poner en peligro la vida de los chicos, la tuya y la de mi novia. 

—Después de lo sucedido, ¿sigues con ella?

—Sí, por un momento, creí que sería conveniente terminar y olvidarme de que alguna vez tuvimos algo, pero no lo hice. Antes de ser center, gorila o mantis, soy Kim Kyu Jong, un chico normal. —sonrió y se acercó a ella. —No tengas ya miedo, no va a pasar nada. No ahora que estamos todos juntos para cuidarnos. Debes tener confianza, no todas las personas son como Do Young y Lin Min. No todas la personas que se nos acercan nos van a lastimar, no vale la pena pasar nuestra vida a la defensiva, a la espera que persona que conocemos nos puedan hacer daño. —dijo, pues se había dado cuenta del temor que Emma sentía por todo. 

Emma soltó una lágrima. “No todas las personas son como tu madre y Mia”, pensó y abrió la boca para hablar, pero la voz de una chica los interrumpió. —Unnie. —dijo una muchacha de cabello corto e hizo una reverencia. Emma por educación, repitió aquel gesto. —Hice estos guantes para que protegieras tus manos —le tendió tres pares de guantes. Emma los tomó, mostrándose insegura. —No sabía cuál es tu color favorito, así que hice varios. —explicó y se lanzó para abrazarla. —¡Muchas gracias por ayudar a nuestros oppas! 

—Yo…—Emma quedó paralizada ante aquel gesto, miró a Kyu para que la ayudara, éste la miró y sonrió. —De nada. —respondió y recordó las palabras del muchacho. —Gracias por los guantes, son muy lindos. 

—De nada, los hice un poco grandes, para que tus manos vendadas entraran, espero no te molesté. 

—No, para nada. —respondió con más confianza. 

De un momento a otro, varías fan se aglomeraron cerca de ellos. Traían regalos y flores para Emma, ella poco a poco se empezó a sentir segura, al punto que se tomaba fotos con las fans y hacía bromas. Muchas chicas le desearon éxito como bailarina. 

Young Saeng, Jung Min y Hyung Jun llegaron y no tardaron en anexarse a la pequeña convivencia que Emma, Kyu y varias fans tenían. 

A lo lejos, alguien observaba la escena. Tenía una enorme sonrisa dibujada en su rostro, debido a que su pequeño Ángel volvía a sonreír, justo como cuando lo conoció. 

Labios RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora