Capítulo 9: Ha Na

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—¡Ha Na, basta! —ordenó una mujer de mediana edad a su hija, quien con desgano revolvía la comida de su plato. —Sí ya sabías que no iba a entrar, ¿no entiendo por qué ese afán de querer participar? —la muchacha abrió la boca para responder a la cruel pregunta de su madre, pero ésta no la dejó. —¿Lo hiciste por Young Saeng? —se adelantó preguntar y su hija asintió con la cabeza. —Que ingenua eres. —soltó la madre y Ha Na se desanimó, aún más de lo que ya estaba. —Muy ingenua, no puedo creer que pensaras que por ser la novia de Young Saeng serías bailarina sin dificultad alguna. Es más, apuesto que él hizo todo lo posible para que no entrarás. Hasta algunas veces creo que siente vergüenza de ti. —dijo y puso su mano sobre el hombro de su hija. —Yo sé que él es una buena persona, sus padres lo son y lo han educado debidamente, pero siento que una actriz sería mejor partido para él que tú. Mi querida Ha Na, no eres fea. De hecho, creo que eres bastante agraciada, pero el glamour y la farándula, es algo que no va contigo y mucho menos con nuestra familia. No te dije esto antes, porque pensé que sólo era un simple caprichito de fan, como el de aquella muchacha que intentó hacerle daño a uno de los compañeros de tu noviecito. Deshonra total para su familia. —miró directamente a los ojos a su hija. — Pero ahora, me doy cuenta que te has ilusionado de más con Young Saeng y no quiero que termines con el corazón roto. Él no está tan interesado en ti, sino ya hubiera revelado su relación a los medios. Hija mía. —tomó su mano. —Creo que es momento que te alejes de él y busques a alguien que si te sepa valorar. Alguien como el hijo de los Mo. 

Ha Na retiró su mano con brusquedad. —No pienso dejar a Young Saeng, yo lo amo. —vocifero con firmeza. 

—No estoy diciendo que lo dejes, simplemente, te digo que no te imagino a lado de un idol —pronunció de forma despectiva. —Pero si al lado de un futuro senador. —terminó de decir la señora y tomó el vaso con agua para beber su contenido. 

La joven tenía un sinfín de cosas que decirle a su madre. Pero optó por quedarse callada, cuando una persona de la servidumbre entraba a donde estaba ella con su madre. 

—Señorita, la buscan. —pronunció aquella mujer vestida de negro con blanco. 

—¿Quién? —cuestionó desconcertada Ha Na. 

—Una muchacha llamada Mía, dice que viene de la…— Ha Na no permitió que la mujer terminar de informar, cuando ya se había puesto de pie y se dirigía al recibidor. 

—Linda casa. —pronunció Mía y se quitó los lentes de sol. —¿Podemos hablar? —preguntó a una desconcertada Ha Na, quien asintió con la cabeza y guio a Mía a una enorme y ostentosa sala. —Seré directa. —comentó Mía, cuando estuvieron sentadas, una frente a la otra, y sacó un folder de su bolsa. —Debido a los recientes sucesos, que aquí no son necesario detallarlos, nos hace falta una bailarina para las próximas presentaciones. Los directivos de la empresa están furiosos por tanta polémica y retrasos, que están exigiendo que la banda haga su comeback a más tardar en un mes. Son 10 coreografías las que se deben aprender y volver a hacer una selección de bailarinas para sustituir a la fan loca, sólo nos haría perder tiempo. Así que la única opción eres tú. 

—Yo no soy muy buena. —alegó Ha Na y agachó la cabeza.

—¿Y eso qué? —terció Mía y del folder sacó un par de hojas. —Estamos conscientes que no eres la mejor bailarina, pero disfrutas la música de los chico y eso en las presentaciones suele ser muy efectivo. 

—Yo no quiero arruinar el trabajo de ellos y de las demás bailarinas, por ejemplo, el excelente trabajo de la chica extranjera. Ella baila muy bien, tiene talento. —volvió a alegar. Después del discurso que su madre le había dado, Ha Na dudaba de sus habilidades para el baile.

Mía soltó una carcajada. —Emma tiene talento, eso nadie lo puede negar. Pero su reputación dudosa y su nefasto carácter pronto la harán caer. —respondió con satisfacción. Mía ansiaba con todo su ser ver como su pequeña hermana se hundía poco a poco, algo que ella misma se encargaría de realizar.

—¿Reputación dudosa?

—Así como lo escuchas. Dudo mucho que los cinco miembros votaran por ella porque sí. Sobre todo Hyun Joong, él es muy exigente en algunos aspectos y sólo emitió un voto hacia Emma. El otro lo dejó en blanco. —pronunció Mía y cuando se dio cuenta que habló de más, cambió el tema. —Entonces, ¿aceptas? Mira que ésta oportunidad no se le da a nadie. 

—Sí. —respondió con duda.

—Sólo debes de firmar el contrato. —le entregó una pluma y las hojas—Por cierto, tendrás que vivir en un departamento patrocinado por nosotros. —hizo una pausa. —No es un muy lujoso como tu casa, pero es cómodo. Además, está cerca de la empresa y serás vecina de los chicos. Es más, no sólo vecinos, conociendo los chismosos que son o a ustedes las obligaran a estar en su departamento o ellos no saldrán del suyo. —Ha Na soltó una leve risita por el comentario que hizo Mía y firmó el contrato sin objeción alguna. —Te veo más tardar mañana. Sé puntual. —dijo y le entregó un sobre con toda la información. 

—Espera… —Ha Na la detuvo, cuando Mía ya estaba en la puerta. 

—¿Qué pasa?

—¿Debo cuidarme de esa tal Emma? —cuestionó con inseguridad. Después de las palabras que Mía había dicho acerca de Emma, a Ha Na le rondaba por la cabeza la posibilidad de encontrar en Emma un peligro para su relación con Young Saeng. 

Mía sonrió burlonamente. —Por experiencia propia, puedo decirte que sí no te cuidas de Emma tu vida será un infierno. Yo alguna vez pasé por eso y pensé que nunca más me la iba a topar en mi vida como bailarina, pero el jodido destino ha querido que nos reencontremos, sólo espero que en esta ocasión no intente destruir lo que con tanto esfuerzo he logrado. — comentó Mía y se marchó, dejando a Ha Na preocupada. 

Labios RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora