Sed de venganza [Libro #1]

Capítulo 15

Capítulo 15

Rubí

Ya era de noche, Anne me había traído un vestido color rojo, me arreglé el cabello con algunas joyas, y al mirarme al espejo me siento como una princesa, ya que me llegaba hasta los tobillos.

—¿Lista? —Dominus entra a mi habitación con un traje, admirándome desde la distancia.

—Eso creo. —mantenemos nuestras miradas en alto, él se ve... Bien, elegante y lindo, no te voy a mentir.

—Te ves... Muy bien.

—Gracias... También te ves bien.

—Eso ya lo sabía, y sexy.

—Sí... Muy sexy. —le digo con ironía.

—Algún día lo aceptarás. —Estira una hacia mí, la tomo y salimos. Bajamos las escaleras, y veo el lugar repleto de personas, al vernos bajando como en una película todos detienen lo que están haciendo, mirándonos, apreciándose, admirándonos.

—Un Dominus con su Domina. —dice una rubia con vestido negro que se acerca a nosotras.

—Aún no es mi Domina, solo es la bella Rubí. —contesta con tono halagador.

—Tomaré el aún en cuenta. —me muestra una sonrisa y se la devuelvo.

—Deberías. —digo antes de que Dominus me lleve a otro lado.

Saludamos personas a cada paso que damos, intento ser amigable con todos, las personas te brindan una confianza que te hace sentir poderosa, como la reina de todo el lugar... Y me gustaba.

—¿Deberías? —Dominus se acerca a la mesa para tomar dos cócteles.

—Solo me metí en el papel, no entendí nada de lo que dijo ella, ¿Domi...?

—Domina, es la esposa del Dominus.

—Ah... —le quito de la mano el cóctel y bebo un trago.

—Sí...

—¿Y nunca has tenido a alguien especial? —pregunto curiosa.

—Pues... Sí, pero fue hace mucho, antes de que mi padre muriera. Él pertenecía a la mafia, como sabes, Diana era su nombre, estábamos muy enamorados, pero cuando le conté del nuevo negocio... Me dejó.

—Auch, eso debió ser muy doloroso.

—Y lo fue, ambos tuvimos malas experiencias.

—Sí... —digo mientras tomo un sorbo de ese cóctel que sabe maravilloso, por cierto.

—Aprendimos algo, supongo.

—A no confiar en los demás.

—Y no enamorarse de las personas equivocadas, aunque es muy tarde para ti.

—Estábamos bien, arruinaste la plática por ese comentario. —suelta una carcajada.

—Cuéntame... ¿Qué fue lo que más te enamoró de Arthur? ¿Su rostro? Si es así, también podrías enamorarte de mí. —su comentario me hace soltar una carcajada.

—Que presumido eres, nunca conocí a alguien más egocéntrico que tú.

—Pues me alegro de ser el único. —un ligero calor me invade cuando no desviamos nuestras miradas.

—Dominus. —Una voz demasiado conocida para mi gusto, hace que me sobresalte.

—Rubí... —dice mirándome fijamente.

—Dylan. ¿Qué...?

—Él trabaja para mí, Rubí. —dice Dominus— Te estuvo vigilando todo este tiempo.