Hace diez años comenzó una búsqueda por los alrededores de aquel pequeño pueblo, la noticia cada día era más famosa; "Un chico de 15 años desaparece en las viejas vías del tren, iba acompañado de tres chicos más. La policía no ha encontrado ningún r...
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03 de agosto, 04:37 p.m. Cabaña Plisetsky.
Nikolai llego a su lado ofreciéndole una taza de café, Otabek la acepto aun con la incomodidad de haber visto aquella parte del sótano. El hecho de haber visto todo un pizarrón con periódicos, fichas de perfiles, fotografías de varias personas del pueblo junto a una de él en el centro de todo ese mural, le provoco la misma sensación por la que se había ido de ahí.
Su sorpresa fue grande al ver todas las ralladuras en las que indicaba que él era el culpable de la desaparición de Yuri, se sintió temeroso de que la gente siempre se hubiera quedado con una idea así y al dejar caer la caja Nikolai pareció detrás de él, observando que Otabek había descubierto sin querer aquel muro, decidiendo que ambos debían hablar.
―Antes de comenzar quiero disculparme porque hayas encontrado eso ―la voz de Nikolai se oía temerosa, como la de un niño cuando admite haber hecho alguna travesura―, me avergüenza tanto que te enteraras así sobre eso.
Otabek negó, tratando de buscar un motivo porque Nikolai había sospechado de él, pero no se le ocurría ninguno, dejándole un dolor inexplicable en el pecho.
―Yo soy quien debería disculparse, admito que me siento culpable, aun si no entiendo la razón del porqué.
Las palabras salieron secas de su boca, le costó decirlas.
¿Había algo por que sentirse culpable?
Si, lo había y Otabek jamás se percató de eso...
―Cuando Yuratchka, mi Yura termino en archivados, la desesperación me consumió ―confeso Nikolai, raspando su uña con nerviosismo―, la ira también llego y el sentir como todos me daban la espalda me cegó. Así que con la ignorancia que poseía sobre investigación, me decidí a traerlo de vuelta, haciéndome a la idea de que tal vez lo que viera me terminara de partir el corazón...
Nikolai sintió el vacío en su pecho que hace diez años atrás la ausencia de Yuri le había dejado. La culpa colgándose de su espalda, acompañada de la frustración volvió a aparecer y en ese momento viendo a Otabek frente a él, podía jurar escuchar todos los recuerdos del pasado.
10 años atrás. Cabaña Plisetsky.
La sala estaba hecha un desastre, muebles volteados, platos rotos en el suelo, la mesa tirada y una respiración agitada se escuchaba en aquel desastroso silencio.
“Entiende Nikolai, tu nieto no está desaparecido. Los muchachos ya confesaron que Yuri pensaba en fugarse, incluso el chico Altin confesó que tu nieto planeo irse esa noche... Mira lo único que puedo hacer ahora es reportar al muchacho porque aún es menor de edad pero siendo sincero deberías hacerte la idea que tu nieto ya está rehaciendo su vida en otro lugar...”
