III

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23 de Julio

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23 de Julio. 11:53 a.m.

―Víctor, llego el primer reporte sobre la escena, ―dijo una de sus compañeras de trabajo, llegando a su lado para entregarle el reporte ―oficialmente el caso Plisetsky vuelve a estar abierto.

―Eso es perfecto, realmente era obvio. ―Víctor tomo los papeles, leyendo que habían encontrado en la escena del crimen.

―Hay una cosa más. ―Menciono la chica, viendo como Víctor asentía para que continuara. ―Uno de los testigos y también sospechoso está aquí.

―¿De quién se trata, Mila?.

―Del principal sospechoso, ―Mila le sonrió triunfante, sabiendo que esa información seria de bastante utilidad ―Otabek Altin, está en la cabaña de su difunto abuelo, su llegada coincide con el crimen.

Víctor también le sonrió, dedicándole una mirada que la chica conocía a la perfección; visitarían al tal Otabek.

Preparo todo para ir a visitar y hablar con Otabek, pensó en una manera efectiva en que pudieran hablar dentro de la cabaña por si lograba observar algo que le diera una pista, así que una vez terminado sus asuntos, se dispuso a ir en compañía de Mila.

Condujeron por un prolongado tiempo, ya que la cabaña Altin se encontraba distanciada del pequeño pueblo. Sonrieron a la par al notar que el carro se encontraba estacionado en el patio de la cabaña, asegurando que Otabek estaría ahí.

―Únicamente mencionaremos el hecho de que el caso se reabrió. ―Menciono Víctor y Mil asintió, bajando del auto para dirigirse a tocar la puerta. Esperaron un par de minuto antes de observar como un joven les abría la puerta. ―¿Otabek Altin? ―Pregunto, viendo como el nombrado asentía ―Soy Víctor Nikiforov del departamento de investigación en casos sin resolver, ella es mi compañera; Babicheva. El motivo por el cual pasamos a verlo es que el caso Plisetsky se volvió a reabrir, ¿podemos pasar? Me gustaría preguntarle un par de cosas.

Víctor observo como Otabek miraba el suelo sin decir nada o hacer alguna expresión. ―Lo siento pero todo lo que tengo que decir respecto al caso está en mi declaración. ―Otabek comenzó a cerrar la puerta y fue detenida de inmediato por Víctor.

―Por favor, solo serán unas simples preguntas para corroborar la información que tengo. ―Pidió, dedicándole su singular sonrisa confiada. Otabek por su parte lo pensó unos minutos, definitivamente ese detective tenía una actitud muy diferente a la que tuvieron los anteriores y realmente ya no era un chiquillo al que le gritarían por no saber que responder.

Otabek mordió ligeramente su labio. Si solo eran unas cuantas preguntas, suponía que estaría bien y tal vez un poco de compañía le vendría bien para dejar la sensación de sentirse observado, así que asintió para dejar pasar a los dos detectives.

El Caso PlisetskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora