Corrompido a lo femenino

Prologo

No se la última vez que salí, en serio, llevo tanto tiempo encerrado en esta apartamento que no tengo ni idea que es lo que es salir más allá de la esquina. No se cuando paso, solo se que me enfoque tanto en mi trabajo que simplemente deje salir. Todo mi contacto con personas se basaba en gente conectada a internet y no mucho más. Luego de digamos mi ultima relación romántica que terminó muy mal evite tener una relación real con alguien y lo enfoque solo en el trabajo. Y luego aquí estoy luego de un año tal vez sin entablar una relación real. Mis amigos de internet bueno es otra cosa, tenemos una bonita amistad pero no es para nada lo mismo el salir con alguien y compartir sus vidas, que estar horas jugando en un juego online y hablando tonterías.

Las personas reales con las que mas me podía intercambiar palabras era básicamente mis vecinos. Una buena variedad de vecinos con los que me cruzaba de vez en cuando cuando iba de compras a reabastecerme, usar el lavadero comunal o recibir un paquete. Vivo en un edificio algo pequeño, asi que no son muchas personas. Ni Siquiera los conozco de nombre a muchos de ellos, nuestra comunicación solo un básico saludos o conversaciones completamente banales.

La casera es la señora Belkis, básicamente es una abuela que siempre está pendiente de que todo este bien en el edificio pero aunque muy amable intento evitarla porque empieza ha hablar demasiado y es justo lo que no quiero. Luego está la Fitness, una joven morena que siempre se la pasa entrenando y mantiene unos músculos bien definidos, en las mañanas cuando me quedo despierto hasta tarde suelo escucharla salir a trotar. Creo que trabaja en un gym o algo por el estilo. Por otro lado está el fanático del rock, es un hombre alto con una barba que siempre se ve con camisas de metal. Aunque en un principio puede parecer intimidante suele ser bastante amable con todo el mundo, incluso ayudando a cargar cosas a quien lo necesite. Luego hay una chica que en otras circunstancias me gustaría conocer pero entre que yo soy asquerosamente penoso para esas cosas, y que ella parece que me evita directamente y casi que corre cuando me ve básicamente intento mantenerme alejado y darle su espacio todo lo posible. Se viste con ropa holgada con alguna imagen alguna serie de anime y lleva siempre el cabello algo corto y desarreglado pero bueno para mi tiene su encanto. Algunas veces hasta la he visto en pijama por los pasillos. Algo me dice que compartimos la misma afición por no salir.

Tenemos luego al "hippie" por llamarlo de alguna manera, obviamente siempre se la pasa drogado. Siempre hace preguntas extrañas, bueno siempre pasa gente rara por su apartamento. Por último está la "mamá", que es de las pocas que me se el nombre Vanesa, una mujer entrando a los 30 con un pequeño niño. Me se el nombre básicamente porque de vez en cuando se pone a vender comida o dulces a todos. Para mi con estas interacciones me basta, y estoy llevando una vida relativamente normal, aunque no se si considere normal mi situación actual pero para mi es cómoda. Obviamente sin salir mucho, mi piel es bastante pálida, he dejado mi cabello bastante largo y descuidado. Tal vez tenga unos kilos de más, pero nada que no se pueda solucionar con una dieta pero me hacía sentir algo raro, sobre todo mirándome en el espejo y con lo bajo que soy (aproximadamente 1.5 metros) me veía desde mi punto de vista mal. obviamente de la constante comida chatarra me había hecho subir de peso, pero no era una preocupación que me quitase el sueño. Mi apartamento era lo suficientemente cómodo para una persona. Una sala de estar al entrar con un par de muebles para una visita inexistente pero que usaba para simplemente poner la consola y jugar, una cocina justo al lado algo pequeña, y una habitación bastante espaciosa donde tenía mi cama y mi computadora que había mejorado para que corriera de todo. La vida que tenia me gustaba, en cierto sentido era feliz y no me podía quejar de absolutamente nada.