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Jisung corrió sin descansar hasta que se topo con un bosque. El omega se detuvo, dudando en si entrar o no, pero los gritos de los guardias en la lejanía solo hicieron que el omega se adentrara.

— ¡Es el bosque de la frontera con Daegu, no debemos dejar que al príncipe le pase algo! —  escucho el grito que decidió ignorar.

El rubio siguió corriendo hasta ya no escuchar las voces de los guardias, llegando hasta un extenso lago, al cual se acerco y se hincó para con sus manos acunadas agarrar agua y beber. El omega jadeaba cansado por la carrera que acababa de realizar.

Los ruidos de unos arbustos moviéndose hacen que Jisung se levante de su lugar y voltee a ver al extenso bosque nuevamente. El omega retrocede un poco asustado, ocasionando que pise una rama y ocasionando que se escuche un efímero sonido.

— ¿Quien anda ahí? — vocifero una extraña voz.

El omega no sabía quien era, hasta que un pálido chico con grandes ojos  y cabello azabache hace presencia en el lugar, alguien totalmente desconocido para el rubio.

— ¿Q-quién eres tú? — cuestiona asustado el omega.

— Eso debería preguntártelo yo a ti, omega.

— Yo pregunte primero — reclamo el más bajo.

El azabache frunció el ceño ante esa respuesta, nunca antes le habían hablado de esa forma en su reino, era la primera vez que alguien se atrevía a responderle de aquella manera.

— Eres un irrespetuoso — gruñe por lo bajo.

— Y tu un gruñón.

— ¡Como te atreves a hablarme de esa forma!

— ¿Y quién eres tú como para que te hable con respeto?

— Soy el príncipe, omega inútil. Futuro rey de Daegu.

— ¿Daegu, dices? — cuestiona repentinamente nervioso.

El alfa sonríe al pensar que el nerviosismo era por que el omega se había dado cuenta que le había hablando de una forma incorrecta a su superior, pero estaba totalmente equivocado. El omega en realidad tenía miedo de él por el simple hecho de porvenir de Daegu, de aquel lugar de donde venía la persona que había matado a su madre.

— A-aléjate de mi... ¡vete! — el omega retrocede.

— ¿Aún sabiendo quien soy sigues hablando de esa manera? Ten al menos un poco de respeto.

— ¿Por qué debería tenerle respeto a quienes mataron a mi madre? — solloza el omega.

— ¿Matar a tu madre? — ahora el alfa estaba confundido.

— T-tu gente mato a mi mamá.

— ¿Quien era tu madre? — cuestiona ahora curioso el azabache.

— La reina de Busan.

Aquellas palabras logran sorprender de sobremanera al alfa, dándose cuenta inmediatamente que estaba frente a quien nunca debía toparse. Él estaba frente al príncipe del reino enemigo.

— Espera... tú y yo ni siquiera deberíamos estar hablando. — se exalta el alfa.

— Si mi padre se entera de esto me va a matar. — suspiro el rubio.

Debido al miedo, el omega empezó de un momento a otro a soltar su aroma al darse cuenta de la situación: se había escapado del castillo ¡Y peor aun! Había hablado con e, heredero al trono de Daegu. Sí su padre se enteraba de aquello, enloquecería.

Observó frente a él al azabache quien también se veía pensativo, pensando que este no parecía realmente ser una mala persona ni parecía querer atacarlo.

El alfa estaba pensando que hacer en aquel momento, cuando logra captar el aroma a durazno y vainilla del chico frente a él e inmediatamente sintió como su lobo despertaba

Mío.

Gruño su lobo interno mientras pedía más de aquel exquisito aroma que desprendía el omega.

Omega, mi omega.

Aquellas palabras fueron suficientes como para lograr que el azabache se altere y vea con miedo al omega frente a el.

— O-omega, ya no sueltes tu aroma — dice nervioso.

El rubio levanta su mirada e inevitablemente los ojos de ambos se conectan, no fueron conscientes de como sus lobos desprendían aun más sus aromas con intención de atraer a la persona frente a ellos.

Alfa, es mí alfa. 

Hablo el lobo de Jisung al mismo tiempo que agitaba su cola con felicidad. Ambos príncipes se observaban con miedo, sim creer lo que su lado animal les estaba diciendo.

— No... — susurraron los dos al mismo tiempo.

Ambos se alejaron más uno del otro con temor presente en sus ojos. Ellos acababan de darse cuenta de que eran una pareja destinada, un par de enemigos con el destino de estar unidos.

— Esto... no, no puede ser cierto... — susurra el alfa azabache.

— ¡Principe! — ambos escuchan una exclamación a los lejos.

— ¿Quien viene? — cuestiona alerta el alfa.

— Son los guardias del castillo, yo... escape. — confiesa el rubio — Deberías irte, si te ven, te mataran.

— P-pero yo... tu.

— Hay que reencontrarnos mañana... aquí mismo — comenta el omega acercándose al alfa.

— ¡Principe Han!

— Vete.

El alfa dio unos pasos hacia atrás antes de dar media vuelta y correr lejos para que los guardias de Busan no pudiesen atraparlo.

Por otro lado, Jisung suspiro aun sin dejar de ver por donde el azabache se había ido. El sonido de pisadas acercándose lograron exaltar al omega, pero este solo se relajo un poco cuando noto que eran los guardias. El rubio sabía que estaba metido en grandes problemas.

— Su majestad, por fin lo encontramos — uno de los guardias se acerca — Su padre nos mando a buscarlo en cuanto noto su ausencia, el rey esta muy preocupado.

— Lo siento...

— Venga con nosotros.

Los guardias rodearon a Jisung, quien dio un último vistazo por donde el alfa se había ido, pero no vio nada. El rubio siguió caminando hasta el castillo siendo escoltado por los guardias.

Pasaron a travez del pueblo, donde todos lo veían con sorpresa en sus rostros. A lo lejos, el omega pudo ver a aquellos chicos con los que había podido hablar, ellos le veían con preocupación en sus rostros, ellos podían ver la tristeza y el miedo que reflejaban los ojos del príncipe.

Al llegar al castillo, fue inmediatamente escoltado hasta la sala del trono, donde las grandes puertas se abrieron y dentro pudo ver a su padre sentado en el trono. El levanto la vista y el omega pudo ver como el alfa pasaba de tener un rostro preocupado a uno de alivio total, para después pasar al enojo

Jisung supo que esta vez no se podría escapar.

⋆ ♥︎ 𝐝𝐞𝐚𝐭𝐭𝐡𝐦𝐞𝐭𝐚𝐥𝐥 🌨 !!

،̲،̲ 𝐓𝐫𝐲𝐬𝐭 ‣ Minsung.˖𝄒𝄒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora