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El omega no pensó realmente mucho cuando se acerco a su armario y de allí saco una capa con una capucha, la cual era lo suficientemente larga como para al suelo. Se la coloco y posteriormente salió de su habitación.

Con precaución empezó a caminar por los pasillos, cerciorándose de que de que nadie estuviese cerca como para ser descubierto. En cierto momento el rubio capto pisadas y esconderse entre unas cortinas fue lo primero en lo que pensó. Desde su lugar se asomo, notando a dos guardias caminando, haciendo su trabajo de vigilar.

- El aroma del omega Jisung esta cerca. - se detiene uno de ellos.

- Su habitación esta cerca de aquí. - le responde el segundo, quien parecía ser un beta.

El alfa empezó a mover su nariz, queriendo localizar al omega, pero el golpe de su compañero lo detiene.

- Estas por entrar en celo, capaz es solo la sensibilidad de tu nariz. Creo que es mejor alejarnos antes de que el aroma del príncipe te afecte.

Y tras decir eso, el beta arrastra a su compañero lejos de ese pasillo. Jisung inmediatamente empezó a avanzar cuando noto que el lugar esta vacío y sin tener que toparse con ningún guardia más, el omega logro salir del castillo.

Ahora estando en el jardín delantero, el omega se las tuvo que ingeniar para pasar desapercibido entre muchos más guardias que merodeaban el exterior, pero gracias a la oscuridad de la noche nadie le logro ver y pudo salir.

El príncipe feliz empezó a correr hasta el pueblo y en cuanto llego, las risas de los pueblerinos fue lo que lo recibió. La gente seguía divirtiéndose entre ellos y ni siquiera se percataron cuando el príncipe ya estaba infiltrado en aquella celebración. A lo lejos el omega vio a un grupo de chicos de su edad divirtiéndose, ellos estaban platicando y cerca, otros se encontraban bailando al ritmo de la música.

Un poco cerca, el omega distinguió unos puestos de comida, por lo que curioso se acerca y su estomago rugió cuando vio una cosa esponjosa siendo sostenida por un palito.

- ¿Va a llevar una? - cuestiona una suave voz.

El omega volteo hacía el frente, notando como una anciana omega le veía un una cálida sonrisa.

- Umm... ¿Qué es eso? - cuestiona apuntando la cosa esponjosa que llamo su atención.

- ¿Cómo no conoces el algodón de azúcar? - cuestiona otra voz a su lado.

Un alfa de aproximadamente su edad estaba viéndolo con el ceño fruncido. El omega solo se sonrojo un poco al notar que parecía estupido preguntando que era eso, pero en el castillo nunca le habían dado a probar esa cosa.

- Quiero uno... - pide amable el rubio.

- Son cinco monedas.

El omega agradeció en ese momento haber traído una pequeña bolsita con dinero en el. Jisung abrió la bolsita y extendió el dinero a la señora.

- Oh... tienes mucho dinero. - dijo el mismo alfa asomando su cabeza.

- Si... - susurro apenas el omega.

- ¿Tus padres son gente cercana al rey? Puedo notar que tu ropa es... costosa y no todos los de nuestra edad tienen el privilegio de tener tanto dinero a su poder.

- Bueno, la verdad es que mi papá... - el omega fue interrumpido.

- ¡Seonghwa, ven aquí! - exclama una voz a lo lejos.

- ¿Por qué no me acompañas? Nunca te había visto por aquí - propone este al ver que el omega iba solo.

Jisung solo asiente y sigue al alfa que recién acaba de conocer mientras comía aquel dulce que le había encantado.

- Chicos, miren con quien me tope - dice presentando al rubio.

- Oh nunca te hemos visto por aquí - dice un omega acercándose a el.

- Mi padre nunca me deja salir.

- ¡Pero que tierno eres! - exclama otro omega acercándose y apretujando las mejillas de Jisung.

El príncipe se sorprendió al recibir aquel contacto con esas personas, en el castillo la gente de la servidumbre y los guardias tenían prohibido tocarle más de lo debido y su padre tampoco era la persona más cariñosa, por lo que se sorprendió cuando ese chico se había atrevido a acercarse tanto.

- Wooyoung, lo vas a asustar - comento otro alfa riéndose.

- Pero míralo, es tan lindo.

- Dime, chico ¿Qué edad tienes? - cuestiona Seonghwa.

- En unos meses cumpliré la mayoría de edad. - comento para después seguir comiendo su algodón de azúcar.

- Oye ¿Eres rico? - cuestiona uno acercándose a el.

- ¡San, no seas grosero! - regaña Wooyoung.

- No lo digo con mala intención, eso solo que note que tu ropa es... muy costosa - se excusa.

- ¡Lo mismo dije yo!

- Mi padre es alguien cercano al rey, uno de los del consejo ¿Tú padre igual? - cuestiona otro omega.

Antes de que el omega pudiera decir algo, un alfa adulto se acerca a ellos y Jisung inmediatamente lo reconoce como uno de los hombres que estaban en la junta de esa tarde junto a su padre.

- Yeosang, en unos minutos volveremos a casa - comento este acercándose.

- Si, padre

El rubio trato de ocultar su rostro con la capucha para que aquel alfa no le reconociera, pero fue totalmente inútil.

- Tú te me haces conocido - comenta acercándose al rubio.

- Mmm... Yo no lo conozco a usted - comento el omega tratando de ocultarse más.

El alfa no dudo ni un segundo más en retirarle la capucha al omega, así revelando el rostro de este y siendo reconocido por la gente de alrededor.

- ¡Príncipe ¿Que hace usted aquí?! - el alfa inmediatamente se aleja y hace una reverencia.

La gente logro escuchar aquel exclamo, por lo que inmediatamente se giraron en la dirección del grito. Quienes eran jóvenes no reconocían al príncipe, pero los adultos y ancianos si lograban reconocer aquel dulce rostro, muy parecido al de la fallecida reina.

- Su majestad, usted debería estar en el castillo - dice un anciano acercándose.

El omega volteo a ver a quienes empezó a considerar nuevos amigos, pero estos solo le observaban con sorpresa.

- ¿Eres el príncipe de Busan? - cuestiono Seonghwa aun sin poder esconder su sorpresa.

- ¡Ten más respeto, no le puedes hablar de esa forma a tu superior! - exclamo el padre de Yeosang.

El omega iba a decir algo, pero unos gritos a los lejos logran captar la atención de todos los pueblerinos. Unos guardias sobre sus caballos venían de donde era el camino al castillo.

- ¡¿Dónde el esta el príncipe Han Jisung?! - grito el capitán de la guardia por todo el lugar.

El rubio no dudo ni un segundo para después empezar a correr lejos de allí. La gente se apartaba, pero los guardias reconocieron inmediatamente la rubia cabellera alejándose con rapidez, por lo que empezaron a cabalgar hasta el omega.

 La gente se apartaba, pero los guardias reconocieron inmediatamente la rubia cabellera alejándose con rapidez, por lo que empezaron a cabalgar hasta el omega

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،̲،̲ 𝐓𝐫𝐲𝐬𝐭 ‣ Minsung.˖𝄒𝄒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora