،̲،̲ 𝐓𝐫𝐲𝐬𝐭 ‣ Minsung.˖𝄒𝄒

13

Jisung asomo su cabeza por la puerta para cerciorarse de que Chan no estuviese al rededor. Cuando noto que efectivamente el de cabello arena no estaba por el pasillo, salió.

El omega caminaba con pasos lentos hacia la entrada, hasta que repentinamente escucho un extraño sonido que lo hizo mirar hacia atrás, pero al voltear no vio nada.

Desconfiado, el rubio siguió caminando. Tenía esa extraña sensación de que alguien lo seguía, así que mejor se dirigió a jardín del castillo, donde se sentó en el pasto y espero hasta ya no sentir la sensación de que alguien lo siguiera.

Cuando por fin se sintió más confiado, decidió rodear el castillo para llegar al jardín delantero. Ya estando allí noto que no habían guardias, por lo que corrió hasta por fin empezar a alejarse.

Llego hasta el pueblo; ahora estaba totalmente solo, pues a esas horas la gente ya estaba durmiendo o simplemente estaban en la calidez de sus hogares. Jisung siguió caminando, hasta que el sonido de algo cayendo al piso hizo que volteara. No había nadie ni nada, pero aun así el omega empezó a correr lejos y con dirección al bosque.

El príncipe llego y ya estando allí empezó a caminar hasta que llego al lago, donde pudo ver que el azabache ya estaba allí.

Minho volteo en cuanto sintió el dulce aroma a durazno y vainilla, sonriendo cuando vio al rubio omega acercarse hasta estar a su lado.

— Hola... — susurro el menor.

— Hola — contesto.

Jisung no pudo evitar inhalar para recibir aquel aroma a menta y coco que desprende el alfa frente a el, sintiendo inmediatamente a su lobo inquietarse.

— Mi lobo estaba desesperado por verte — confeso el alfa.

— El mío igual — sonríe el omega.

Sin poder evitarlo más, Minho se acerco a Jisung y escondió su rostro en el cuello del menor. El azabache inhalaba el dulce aroma que desprendía, se sentía relajado cundo el exquisito aroma lo inundaba. El rubio tampoco desaprovechó la cercanía y sintió el olor del mayor más de cerca.

Un poco nervioso, el omega trato de alejarse; pero en cuando el alfa vio las intenciones de este lo sujeto de la cintura, evitando que de un paso hacia atrás.

— ¿Su majestad? — ambos príncipes escucharon una voz.

Cuando voltearon pudieron ver a cierto alfa de cabello arena que veía sorprendido a alfa y omega. Aquel tercero se acerco y se puso entre el alfa y el omega, dandole la espalda el más bajo y sacando su espada para defenderlo de cualquier cosa. Minho al ver aquello, saco su arma igualmente, viendo como una amenaza al contrario.

— Chan, no — susurro Jisung.

El menor sujeto el brazo del guardia, impidiendo que de un movimiento para tratar de lastimar al azabache.

— Príncipe, debo mantenerlo a salvo — se excuso.

— No, por favor. No le hagas nada.

Jisung se separo de Chan y se dirigió hacia Minho. El omega abrazo la cintura del alfa y escondió su rostro en el pecho de este, no dispuesto a soltarlo aun si el guardia trataba de atacarlo.

— M-Majestad... el es de...

— Si, soy de Daegu — respondió al ver la duda del contrario.

Ante aquella declaración el guardia se puso más alerta, pero no podía atacar al azabache puesto que su príncipe estaba abrazado a el y había riesgo de lastimarlo a él también.