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Una dulce alegría.
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Emira:
Me había tomado años volver a tomar confianza, después de lo que ella me hizo, no podía confiar en nadie más, recordar esos actos me dolía, no podía evitar terminar llorando y lamentándome todo el tiempo que perdí, todo lo que yo había hecho por ella, lo enamorada que estaba, era tan injusto que después de 3 años de relación me desechara como si no valiera nada, como si fuese tan sencillo volver a confiar en alguien.
Sé que ha de estar con esa bruja de plantas, han de estar muy felices, quizá en su luna de miel, o en lo mejor de los casos muy enamoradas, donde sea que se encontrara, le deseo el bien, mis sentimientos no tienen que entrar en conflicto con alguien.
Ahora tengo 21 años, Edric me había ayudado con todo lo posible a superar esa etapa de mi vida, de por medio me propuso salir con varias chicas, y uno que otro chico por si acaso, pero al final, terminé aceptando algo que desde que tenía 16 tenía: y era una fuerte atracción a una humana.
Luz para mí era la mujer perfecta: era hermosa, delicada, dulce, comprensiva, su rostro era tan angelical, su cabello, sus ojos, era para mí la mujer ideal, y había ocultado lo que sentía por ella ya que Amity salía con ella y no quería arruinar las cosas, o que me vieran como una traidora o algo por el estilo, hasta hace unos meses que terminaron porque ninguna se soportaba ya, y por qué Amity le había sido infiel en muchas ocasiones.
Y claro, con Edric fuimos el apoyo de ella, porque nunca pensamos que Amity iba a ser así si ella la amaba, a no ser que el amor se hubiese agotado, pero de todo podía pasar.
Ya me había dado cuenta que no podía más, no iba a negarme el hecho de estar junto a ella. Sin importarme si antes había estado con Amity. No me interesaba si ella lo había arruinado o si quería que regresara. Había tenido su oportunidad y la había desperdiciado.
Ahora estaba con ella, Luz se veía tan feliz, mientras comía su pastel de fresas con crema, a decir verdad no se me había ocurrido absolutamente nada mejor para esa cita, así que tomé lo primero que tenía a la mano, y una de esas cosas era invitarla a una rebanada de pastel, quizás sería el postre pero, no tenía nada más, tenía la mente en blanco.
—Recordaste mi pastel favorito es el de fresas con crema, ¡Gracias Emira! —me dijo en medio de una sonrisa, uno de sus labios estaba manchado de turrón.
Se veía tan linda.
—Jeje, d-d-de nada Luz —contesté sonriendo algo sonrojada—. Por cierto, tenía que decirte un cosita.
—Claro dime —me prestó atención—. Solo y espero no sea pagar la cuenta porque no tengo ni un centavo, lo siento.
—No no, no es eso. Es algo más... Personal.
—Bueno, dime.
Iba a ariesgarme.
—Yo... Yo... —temblé un poco mientras tomaba su mano—. Yo estoy enamorada de ti Luz. Por completo y de verdad sería lindo que, fuésemos novias, si tú no quieres no te voy a obligar, y, y lo entenderé, pero quería que lo supieras, yo te amo.
Incluso de la impresión botó la cuchara, su boca estaba abierta, y después me sonrió, tomando mi otra mano, estaba muy nerviosa. Muy nerviosa.
—Eso es lindo Emira, creo que nunca debí haber aceptado a Amity, claro al inicio fue todo hermoso pero, al final sus actitudes y su inmadurez lo terminaron arruinando todo, sus traiciones me dolieron mucho, y siempre tuve que haber oído mi corazón, oírte a ti, me gustaste desde que te conocí.
—¿De verdad Luz? —hablé muy ilusionada, feliz y asombrada—. ¿De verdad te gusto?
—Me encantas, te las has arreglado todos estos años para gustarme y enamorarme mucho más, pensé que nunca podría decírtelo, que tendría que pasar el resto de mi vida afligida porque no iba a estar con quien yo amaba, y al fin pude, no sabes lo hermoso que es pasar tiempo contigo Emira.
La abracé con fuerza, besé su mejilla morena, la llené de besos, y acaricié su espalda y su cintura. Me sentía tan feliz, que prontamente una que otra ilusión empezó a rondar por mi mente, lo típico, casarnos y demás, pero lo que me importaba era ahora. Estaba junto a mí, sería mi pareja todo el tiempo que durara esto, tenía la esperanza de que durará para toda la vida, me importaba Luz, amaba a Luz.
Sin pensarlo dos veces la besé, probé sus hermosos, tibios y ricos labios, eran un manjar que no evité saborear en mi boca, podía sentir aquella sensación de estar flotando, Luz abrazó mi cintura mientras nos uníamos más en el beso, la amaba, la amaba tanto, que esto era lo que siempre había esperado. Era tan hermoso.
Y lo dejaría que nada, ni nadie, ni yo misma lo arruinara.
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inlove of Luz, part one.
Fanfiction(Portada hecha por @Harellow) Varios personajes de la serie nos explicarán cómo es estar enamorad@ de la única humana habitante de las Islas Hirvientes, cómo es estar con ella, y lo hermoso que es suspirar, por ella. *** Writed by: UnderShadow01.