Completamente Esperado (Jori)

Capítulo Final 12 2/2

Una disculpa por la inmensa tardanza, he estado ocupada y muy, muy, por no decir bastante, distraída estos días para haber recordado que no había subido el capítulo final. Ojalá me lo hubieran recordado 🥲😅

De todas formas, aquí por fin está el final. Tal vez sea o no sea de su agrado, sin embargo, por el momento, ya no sabía cómo extender más está historia; puesto que desde hace mucho tiempo que quería terminarla.

Sin más que decir, pueden continuar.

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Para cuando despertaron aquél mismo día, sus cuerpos ya se sentían mejor; el dolor de cabeza casi había desaparecido, y el hambre había regresado a sus cuerpos.

Bajaron esperando ver a Cleo en el piso de abajo, pero recordaron que era sábado y que la mayor se iba temprano ese día; aunque les había dejado una nota diciendo que la comida estaba en el refrigerador. Ahora, sin dudarlo calentaron un tazón de guisado para cada una, para poder disfrutarlo con una tarde-noche de maratón de películas.

A Tori se le había antojado un helado, pero no había más que hielos en la nevera; servía si es que querían raspados. Aunque quizá Sam se había comido eso también el día anterior.

Jade sugirió que podían pedir algo mediante el servicio de entrega a domicilio, además de un par de pizzas que se le habían antojado, pues su estómago ya se sentía mucho mejor; aunque, de igual modo, quería una que tuviera algo de picante para la cruda que aún sentían.

Para cuando el helado llegó, no dudaron ni un poco en tomar un litro para cada una. Un rico helado de napolitano para Tori y uno de galletas para Jade; aunque cada una robaba del otro cada vez que podía o quería.

Desde el pasillo que da a la entrada, se escuchó el abrir de las puertas; no podía ser nadie más que el padre de Jade.

-Buenas noches. -dice el mayor, de paso por la entrada que da al living. Jade fue tras de él de inmediato, sabía que él quería hablar con ella sobre lo que pasó esta mañana.

-Hola. -dice ella sin mostrar ninguna de las emociones que tenía en su interior. Su padre terminó por servirse un vaso de jugo de naranja natural y beberlo de inmediato. Siempre hacía eso cuando se sentía deshidratado; y siempre se deshidrataba cuando estaba nervioso a causa de un muy importante negocio que debía de cerrar.

-Hola. -contesta él, limpiándose con un pañuelo que guardaba en el bolsillo de su traje.

-¿Como te fue? -pregunta Jade, con nerviosismo, pues había tenido que aguantar tanto su miedo a ser regañada.

-¿A qué viene esa pregunta? -el padre de Jade se conservaba serio, pero para aquella pregunta se mostró bastante interesado, mostrándolo al levantar una de sus cejas. Hasta incluso Jade temía por soltar un pequeño suspiro que le permitiera decir lo que tenía que decir, pero no lo hizo porque a su padre no le gusta que la gente vacile demasiado.

-Quiero pedirte disculpas por lo de esta mañana al no poder desaparecer el hedor a alcohol, además del hecho de presentarme borracha ante todos tus socios.

-¿Y eso es todo? -el señor West de cruzó de brazos.

-Lamento, también, sí hice mal al traer personas cuando no debí.

-Vaya. -dice él, suspirando pero sin quitar su expresión neutral mientras miraba su reloj Rolex situado en su muñeca izquierda-. Ahora no, Jade. Debo ir a mi estudio. -el hombre caminó en dirección a su oficina, pero algo lo detuvo; una pequeña, fina y delgada mano. Al darse la vuelta vió la imagen menos esperada.

-Oiga, Jade se disculpó con usted y de regreso usted decide ignorarla más allá del tiempo que ya se desapareció en esta semana (?)

-Tori... -Jade la llamó con cautela.