Algunos piensan que los dragones realmente existieron en tiempos inmemoriales, inspirándose en fantásticas leyendas que así lo afirman...
Bestias que podían transformarse en lo que quisieran inclusive en humanos para así poder mezclarse entre ellos...
El chico de cabellos negros bajo la mirada escondiéndose con los antebrazos.
-No habla.... -
El rubio giró la vista entonces al otro omega con ellos. Ambos estaban ya limpios pero el de ojos ónix se negaba a probar bocado. Temblaba de miedo y sollosaba.
-...¿al menos entiende lo que digo?-
-Oi de los secuestradores que viene del oriente, en un pequeño pueblo, ahí hablaban varios idiomas así que supongo que si- ...él fue el único omega que sobrevivió...yo desperte a su lado, él me ayudo ...- Mirio apretaba los puños de ira con cada palabra -escuche que entregaban a los omegas para ser encubadoras... hay alguien que les paga con piedras preciosas salidas de los cuentos de los ancianos...- el chico comenzó a sollozar a lo que Mirio suspiró, cambio su semblante y bajo hasta su nivel.
-Ahora están a salvo, los llevaremos a un lugar donde no los podrán tocar de nuevo....- luego el rubio llevo la vista al chico de cabellos negros -pueden descansar, Yuga te enseñara donde esta la comida-
El rubio omega sonrió un poco y levantándose tomó la mano del otro y despacio fueron por un poco de comida. El Alfa entonces se dirigió a su acompañante y ordenó la salida en la madrugada hacia la manada... el tiempo de caza había empezado.
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-No puedo creer que se hayan alejado tanto. Ni siquiera pueden volar y ya tienen agallas para alejarse- el alfa a cargo de los bebés los vigilaba mientras ambos comían de pequeñas cuencas. Una mezcla de avenas y miel que Izuku les enseño a preparar porque de lo contrario no comerian -entiendo que quieran ver a "mamá" pero no deben arriesgarse asi...Izuku estaría muy triste si les pasara algo - concluyó con ambas caritas fijas en él a punto de llorar...y así fue.
-¡no lloren! ¡no lo dije para que lloren!- en instantes el joven alfa derramaba lágrimas a la par que los gemelos.
(...)
-
Mirio llegara al anochecer, segun su dragon, los traidores no estaban en el lugar. Solo los que llaman "usurpadores" y dos omegas en mal estado- Mitsuki mordia sus uñas pensativa, algo no andaba bien ¿una trampa? Maldijo en lo bajo golpeando la mesa haciendo que los pequeños vasos de madera brincaran.
Por la zona donde se resguardaban estaban a salvo. Oculto entre los arboles de aromas fuertes y la ruidosa cascada de dos montañas misma que alimentaba el riachuelo. Pero todos estaban alerta y se preparaban para un posible ataque. Después de la reunión cada quien se fue para su lado. Mitsuki esperaba a su hijo encargado de la vigilancia. Fue así que encontró a los pequeños y cuando lo vio llegar enseguida fue a su encuentro.
-Se que no es momento para ...tener una charla ...pero..- la mujer mordió sus labios algo preocupada y a la vez ansiosa por saber qué fue lo que su hijo paso lejos de ella. Katsuki lo entendió y le entrego un costalito de frutas y leche. Así la invito a cenar con él y los pequeños.