5.- Valentía

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Le observaba desde abajo, Katsuki ya había encontrado un lugar cómodo entre las plantas y las rocas del lugar. La vista en sí era graciosa ante sus ojos color rubí y aunque su rostro se mostraba apático, las ganas de burlarse de aquel infortunado chico estaban presentes.

—¡Esto no puede ser cierto! ¿cómo termine aquí? ¿ y por qué tu estas tan cómodo ahí? ¿no vas a ayudarme? ¡Sé que me entiendes! ¿por qué no lo dijiste antes? No importa puedo salir de esto solo— Izuku hablaba un tanto enojado con el rubio que dibujaba una sonrisa satisfactoria. Era gracioso porque conforme se movía, su cuerpo giraba de un lado a otro tan lento que sus pequeñas manos parecían querer alzar vuelo.

Katsuki se perdió entre los balbuceos del otro, dejó de escucharlo para prestarle atención a aquel pequeño cuerpo agitándose allá arriba. Porque sí, Izuku estaba atrapado en un tronco, mejor dicho, colgaba de sus ropas a unos 10 mts de la tierra y aunque pensó en dejarlo ahí prefirió entretenerse un rato viéndole librarse en vano. Entonces observó sus ojos, grandes y brillantes como las múltiples piedras preciosas que abundan su guarida, su cabello alborotado y esos pequeños puntos que resaltaban en sus mejillas. No parecía temible a simple vista, pero con el hecho ser "humano" traía muchos problemas y encima ser omega... Omega, repitió en su mente, Kirishima mencionó que lo había traído para él ¿era algo asi como una especie de ofrenda? ¿Qué mierda pensaba ese dragón? Él no necesitaba omegas ni esposas.

—¡O-oye! — la voz le sacó de sus pensamientos regresando a esos verdosos ojos que ahora lucían algo preocupados. Katsuki alzó una ceja, hace unos momentos se veían decididos y ahora estaban temblando como gelatinas. De pronto un crujido le llevó a alzar la vista de donde colgaba, parecía que aquel tronco seco estaba cediendo al peso del pequeño y eso le llevó a sonreír al ver dónde caería.

—Nīṅkaḷ nakarum eṉṟāl, nīṅkaḷ viḻum.(si sigues moviéndote caerás) — se cruzó de brazos atento pues debatía si caía en las flores o en los espinos. Izuku parpadeó y frunció el ceño agitando las manos de nuevo.

—¡Hace rato hablaste mi idioma!... — y el tronco de nuevo se quejó haciendo que se tapara la boca. Katsuki soltó una risita y se puso de pie limpiando sus ropas —o-oye...¿A dónde vas? No puedes dejarme aquí...sólo quiero volver a casa — parte era verdad, quería ver a su madre y a su amigo y otra parte quería seguir conociendo aquel lugar tan majestuoso. Lo poco que pudo ver apenas y lo anotó en el diario y ahora ni siquiera lo tenía cerca. De igual forma cayó entre las ramas —...¿has oído de los usurpadores?... los que se hacen llamar dragones— y esto fue lo que detuvo al rubio. Izuku supo entonces que en efecto, entendía su lengua —¡e-ellos secuestran omegas ...!— el tronco advirtió una última vez, el de ojos verdes guardó silencio viendo la espalda del rubio.

—Eso...algo que no me interesa— respondió para sorpresa del omega. Continuó entonces su camino dejando a merced del bosque al pequeño.

— ¡entonces eres uno de ellos! ¡Eres uno de los que secuestran omegas y... ¡— el troncó se partió dejando caer al pequeño cuesta abajo. Katsuki sólo oyó su quejido. Mira que compararlo con esos bastardos, porque sí, los conocía... giró el cuerpo buscando al omega, al no verlo supuso que se desmayó; un montículo de flores no matarían a nadie. Bien, pudo haberlo echado a los cocodrilos o dejar que las aves de 2 metros se lo devoraran. Tenía esas intenciones porque en todo el maldito camino no dejaba de hablar. Tuvo que escarbar en lo más profundo de su memoria para recordar ese idioma porque sí, lo conocía y aunque no lo practicó entendía muy bien lo que el pecoso decía.

RECUERDO-

—¡¿A dónde me llevas?! ¡Ya te he dicho que no vine porque quisiera, un enorme dragón me trajo! — Izuku trataba de hacerle entender, pero el rubio parecía no escucharle. Lo llevaba en los hombros como si fuese un costal de verduras. Pataleaba y agitaba los brazos golpeándole la espalda. La enorme capa roja y el afelpado cuello amortiguaban, según él, los golpes.

EL OMEGA DEL DRAGON [KATSUDEKU/OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora