FREEDOM.

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Ni siquiera estaba seguro de cuanto tiempo estuvo corriendo, supuso que el suficiente por la forma en que su respiración había aumentado y el paisaje había cambiado, en realidad no había sido su intención salir huyendo de esa manera pero los viejos hábitos eran difíciles de cambiar y de cualquier forma había sido lo mejor, no podía permitirse apegarse a nadie más y su presencia solo habría traído más problemas, mismos que prefería evitar.

Ahora se encontraba en alguna parte del bosque, no fue algo que le preocupara en realidad, el lugar estaba rodeado de distintas comunidades, así que solo era cuestión de caminar lo suficiente para encontrarse con alguna de ellas o con alguna carretera que pudiera seguir.

Termino por detenerse para pensar que haría a continuación, obligándose a calmarse, había cumplido con irse y aunque sabía que su forma de actuar había sido demasiado descuidada, mostrando más de sí mismo de lo que pretendía, ya no importaba, simplemente tenía que alejar esos pensamientos, tenia cosas más importantes en las que centrarse así que tras inspirar profundamente inicio con un recuento mental de lo que tenia.

Entre sus nuevas pertenencias tenía suficiente ropa para usar y no pasar frío, así que al menos esa era una preocupación menos, sobretodo por qué planeaba evitar durante algún tiempo intentar dormir en algún granero o caballeriza, ya lo habían descubierto un par de veces antes, claro que nunca había terminado bien tan bien como en esta ocasión, al parecer las personas creían que lo hacía por gusto o por qué formaba parte de un plan para robarlos, ninguno se había planteado ni por un segundo que lo único que buscaba era no dormir, o en su defecto despertar, temblando de frío a mitad del bosque o en algún sucio callejón. Cuando era descubierto ni siquiera intentaba explicarse, había descubierto gracias a la experiencia que nada de lo que pudiera decir cambiaría la clara imagen que las personas se hacían de él en cuanto lo veían, parecía que tras una simple mirada cualquiera era capaz de convertirse en el mejor de los jueces ... tampoco era como que las pudiera culpar supuso, sabía que no era correcto lo que hacía pero cuando el frío es tan intenso que se vuelve doloroso y el miedo por lo que podría pasar durmiendo en las calles era tan fuerte que te impide relajarte ni siquiera por un instante, uno tiende a desdibujar las rígidas  líneas de lo que se consideraría correcto.

Ademas de la ropa, podía considerar todo un privilegio tener la crema analgésica, sin embargo la guardaría para cuando fuera realmente necesaria, por supuesto que sus cuerpo dolía con simplemente respirar pero era un nivel de dolor al que estaba acostumbrado asi que no debería de ser un problema; las personas no solían ser amables con los vagabundos así que esa crema podría ayudarlo bastante si sabía adminístrala correctamente e incluso de presentarse la ocasión, podría intentar cambiarla por algunas monedas o un poco de comida; ese era definitivamente su mayor problema en ese momento, la comida, así que decidió que lo mejor sería visitar algún pueblo cercano e intentar que alguien aceptara como pago un poco de trabajo a cambio de alimento, por lo común era algo que funcionaba.

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Lo primera que vio Severus esa mañana cuando llegó a el comedor fue a Hagrid, el hombre caminaba nerviosamente de una esquina a otra de la habitación mientras entre susurros, o lo que supuso que Hagrid consideraría susurros, se reprochaba. Inmediatamente después vio a Narcisa, sentada en la cabecera del largo comedor, por la mirada que le dirigió supo que no sería una charla agradable.

- Déjame ver si lo entendí, Hagrid - comenzó a hablar Narcisa sin dejar de mirarlo con el ceño  notoriamente fruncido - encontraste a Harry en las caballerizas, te ayudo a limpiar y después huyó cuando te acercaste a hablar con el, ¿Cierto?

- bueno, si, pero creo que quizás se veía un poco ¿asustado?, no parecía un mal chico, bastante trabajador por lo que vi

- Está bien Hagrid, gracias por informarnos - Narcisa y Hagrid intercambiaron un par de palabras más mientras Severus tomaba asiento, se alegraba de haberse librado del hijo de Potter, si había heredado algo de su padre, cosa que no dudaba, estaba seguro que su presencia solo serviría para traer problemas.