◆09◆

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»»——⍟——««

Hacia frío y un ruido constate golpeaba la ventana del argentino el cual se despertó, su cabeza aún dolía pero al menos su nazis no seguía sangrando. Se sentó en la cama quitándose la venda para luego suspirar intentando recordar lo que había pasado hace quien sabe cuantas horas.

Era de noche y la casa estaba en silencio, supuso que Canadá estaba dormido o al menos se encontraba en su habitación así que con cuidado bajo de la cama sintiendo el suelo frío con su piel cual rápidamente lo alzó.

—Fua~ se que visitó a río Negro y me quedo en su casa pero sin duda no hace tanto frío como acá... Acaso Canadá no tiene ni siquiera una estufa? ¿Cómo vive sin cagarse de frío? —busco sus zapatos los cuales estaban debajo de la cama bien acomodados uno al lado de otro, obviamente los tomó sin bajarse de la cama y con el riesgo de llevar su cara al suelo si su equilibrio le fallaba.

—bien, ahora me pregunto donde estará el baño... Ni siquiera me enseño la casa y tampoco logre  recorrer la por completo  y no se que tan buena idea sea salir sin la venda o también con ella, tardaría mil años en encontrar el baño.

Colocó cada pie en su respectivo zapato y fue hasta la ventana viendo como esta era golpeada levemente por las ramas de un árbol cercano dando como respuesta aquel incesante ruido que despertó al latino.

—Quisiera volver con mis empleados... Se siente raro este lugar y de alguna forma quiero salir corrien-

El ruido de una llave abriendo la puerta llamo la atención del latino y más al ver que era la suya, rápidamente tomo la venda pero sabia lo imposible que sería ponérselo a tiempo por lo cual sólo agachó su cabeza tapando su cara con su cabello y dándole la espalda a la puerta "observando" Así la ventana.

Canadá se llevó un pequeño susto al ver al bicolor parado y fuera de la cama.

—¿Cómo te sientes? —Pregunto dejando una taza de té en la mesita de luz y caminando hacia el mayor.

—Mi boca sabe raro. —Contesto intentando alejarse lo más posible del contrario.

Lo último que esperaba era la presencia de Canadá, no porque no la quisiera sino ¿por qué justo en ese momento?

—Quizás es por la sangre, seguramente callo un poco en tu boca. —Su mano tomó la del albiceleste sintiendo lo fría que esta estaba preocupandolo un poco. —Levanta tu cabeza, quiero ver si tu nariz esta bien y no quedó sangre seca en tu rostro.

Un silencio provino por parte del más bajo. Se negaba a serlo además él era conocido por su terquedad la cual nunca abandonó.

—vamos Arge, se que te incómoda mostrar tu grieta pero créeme que e visto cosas peores además seguramente sigues siendo igual de lindo. —Quería animarlo o al menos darle un poco más de Seguridad al latino quien tubo un día sumamente difícil.

—No. —Su respuesta fue corta y sin interpretaciones. No quería levantar su cabeza y no lo haría.

—Bien. —Saco la venda que Argentina sostenía llevándose este una sorpresa por esa acción tan repentina del norteamericano, más aún al no saber que haría con ella.

El pelirrojo se colocó a las espaldas del bicolor celeste y blanco y miro fijamente su nuca.

—¿Qué estas haciendo? —Ya no aguantaba más la incertidumbre de no saber que hacia el pelirrojo y tenerlo a sus espaldas era algo... Amenazante.

—Tu no me dejas ver porque no traes la venda puesta así que pensé... —Paso la venda blanca al rededor de la altura de los ojos ajenos atándolo luego  por detrás y acercando su rostro al oído del contrario para susurrarle. —Por que no se lo pongo yo, así no se siente avergonzado de levantar su cabeza.

♣︎Detrás de la venda♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora