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Era verano, uno de los más soleados que hubo en  el  país los últimos años.

El porteador del Sol se encontraba sentado cerca de la ventana escuchando los ruidos provenientes de la calle, hacia tiempo no salia y por una razón dolorosa para él.

Desde que su situación empeoró su salud también lo hizo, perdió por completó  la vista de su ojo izquierdo afectando también al derecho, aunque no al punto de perder la vista de este pero si haciéndola menos efectiva. tenía grietas repartidas por todo su cuerpo y era algo que lo avergonzaba mucho cada vez que salía de su casa.

Se solía poner una venda blanca con una insignia en medio de un sol dorado, lo usaba para ocultar la fea grieta que atravesaba uno de sus ojos.

Su actitud también cambio por completo, se había vuelvo más reservado y callado, algo que no encajaba con su "yo" del pasado que todos conocían, el cual era divertido, extrovertido y coqueto.

Aun así debía aceptar su realidad actual, nada sería como antes ni siquiera estando con sus amigos.
Con ellos se sentía una carga y más cuando salían, eso justamente no le gustaba, odiaba depender de alguien, su orgullo no le permitía era una de las razones por la cual termino su relación con Chile.

Llevaba así seis largos  años, ya quería salir de esa pesadilla la cuál parecía volverse eterna.

-Señor Argentina ¿Puedo entrar? -una voz del otro lado de la puerta se llevó toda la atención del albiceleste, cuando le dio el permiso la joven sirvienta, entró acercándose a él. -disculpe, le llegó esta carta de la ONU, supongo que será algo urgente. -dejó el sobre en las manos de su jefe esperando una respuesta de él.

-Gracias Martina. -toco el papel hasta encontrar el selló de cera  rompiéndolo y sacando la hoja. - podrías leer lo que dice? Sinceramente no quiero sacarme la venda y a la ONU se le olvida escribir de una forma la cual pueda leerlo con los dedos. -soltó una leve risa al pensar en el error de la Organización. le pasa el escrito a la joven para que lo pueda leer.

-esta bien señor. -toma el papel para así comenzar.

Señor Argentina se su situación y entiendo el motivo por lo cual se ausenta a cada reunión, pero necesito que se presente en la próxima. hablaremos de un tema importante y necesito su presencia, además algunos países también la han demandado.
Espero verlo el día 19 de este mes, durará una semana, le asignaremos un lugar de hospedaje.
Nos veremos pronto.
ONU

Al terminar de leer deja la Carta a un lado para caminar hacia su jefe.

-¿quiere que arregle sus cosas?

-si, gracias Martina, supongo que no tengo más opción. -suspira y toma su bastón. -iré a recortarme un rato, me duele la cabeza, levantarme para la cena. -sale de su Oficina caminado hacia su habitación. - es increíble que me pida ir sabiendo lo que me cuesta hablar con los demás países.  -se saca su saco dejándolo a un lado junto con sus zapatos para segundos después desplomarse en la cama.

De alguna forma tenía un mal presentimiento, pero tampoco era opción faltar, sea lo que sea debía enfrentarlo.

-hoy me duele más de lo usual. -toca la venda de sus ojos soltando un suspiro pesado y lleno de angustia. -... Simplemente quiero morirme.
-se acomodo en la inmensa cama dejando que el sueño lo consuma.

Definitivamente sería una mala idea ir, aunque tendría que aprenderlo a las malas.

Ya era 19 y sus maletas estaban en la puerta junto a él mientras se despedía de cada uno de sus empleados, los quería mucho ya que siempre lo ayudaron en todo incluso lo consolaban  en sus bajadas emocionales

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Ya era 19 y sus maletas estaban en la puerta junto a él mientras se despedía de cada uno de sus empleados, los quería mucho ya que siempre lo ayudaron en todo incluso lo consolaban  en sus bajadas emocionales.

-bueno nos vemos en una semana supongo, Chau. -sonríe y con ayuda de su chofer  entra al auto  cerrando la puerta. - ¿vos crees que a Chile le alegre verme? -pregunto a su conductor algo nervioso, sus manos no paraban de temblar y su pierna derecha la movía un poco acelerado mientras apoyaba su espalda contra el asiento, cualquiera que lo viera en ese momento se daría cuenta de lo mal que estaba.

-puede ser señor, lo amaba mucho por lo que recuerdo, además no lo ve hace años no dudaría en decir que lo extraña. -intentaba tranquilizar a Argentina, incluso a animarlo un poco, conocía al país hace mucho y de alguna forma ya sabía cómo levantar le el ánimo.

-bueno podes tener razón, yo lo extraño un montón también... A veces me duele  igual el a ver terminado con él pero era lo mejor, se merecía el mundo y yo solo soy un país roto sin nada que ofrecerle. -suspira desalentado. -avísame cuando llegamos, voy a dormir un poco a ver si se me pasa los nervios.

-esta bien señor. -dice algo triste, en verdad había cambiado mucho, antes ni siquiera se le ocurriría decir algo tan doloroso de sí mismo y mucho menos ser tan pesimista.

Así fue como transcurrió media hora de viaje hasta el aeropuerto, al llegar el chófer bajo las maletas abriendo la puerta y despertando con leves sacudidas a su jefe.

-señor ya llegamos, despierte. -al ver cómo se movió tomó su mano y el bastón ayudándolo a bajar del auto. -el Guardia que lo ayudará esta en la puerta, espero que tenga un buen viaje. -lo lleva a la entrada dejándolo con su guardaespaldas.

Así fue como la desgracia del Argentino comenzaba, iba a ser una semana muy dura sin duda alguna.

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Fin del capítulo 1.

Gracias por leer.

(*'︶'*)♡

🍎Si tiene falta de ortografía perdón.

🍎Dudas, quejas o sugerencias sobre la apariencia de los personajes.

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