♣︎Detrás de la venda♧

◆13◆

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-Vos... Se que suena raro pero te gustan las salidas nocturnas? -El de piel Celestina apoyo su cabeza en la almohada esperando una respuesta de parte del contrario.

-Si, me relaja y me ayuda a mantener todo en orden. -Miro al menor de reojo mientras se sacaba la camisa y la colgaba en una silla.

-Te ayuda a mantener tu mente en orden? Debería intentarlo también. -Sonrió leve levantando sus brazos para estirarse un poco.

-Sería complicado llevarte, hace mucho frío y está muy oscuro.

-No importa de todas formas casi siempre está oscuro para mi.

-... Aun así es peligroso, tu cuerpo es delicado.

-Verdad que ya lo viste, no creí que se viera tan mal.

Canadá suspiro y se acercó al mayor para subirse arriba de él y tomar sus manos apoyándolas por encima de su cabeza.

-No dije que se viera mal, tu cuerpo es hermoso.

Argentina sintió latir su corazón repentinamente y puso su cabeza de costado soltando una risa nerviosa.

-No hace falta que me chamuyes, yo me puedo ve-... Yo se en que Estado está y créeme no se puede considerar hermoso.

Canadá frunció su ceño algo molesto por el poco amor propio que tenía aquel latino.

-Ahora ba-bajate. -Musito avergonzado por sentir el peso ajeno encima de su cuerpo.

-No hasta que digas algo bueno de ti, siempre dices cosas horribles sobre tu persona.

-Es porque soy un ser horrible Canadá, digo la verdad a estas alturas prefiero no mentirme.

Canadá apretó un poco las muñecas ajenas soltando luego estas y abrazando al mayor.

-Deberías tenerte más piedad incluso yo la tengo por mi también.

Argentina se sorprendió y solo se rindió abrazando el cuerpo ajeno.

-Sos un país muy raro que me haces sentir protegido pero a la vez en alerta... Quisiera entenderte mejor Canadá.

-Te daré la oportunidad de hacerlo si me dejas mostrarte lo hermoso que eres.

El de piel Celestina sonrió y asintió con su cabeza. El menor tomó su mentón y beso la mejilla de este para luego besar su frente.

-Si me seguís tratando así me voy a terminar enamorando che.

-Bueno si seguís siendo así quizás yo también terminé enamorando me de ti.

Argentina se paralizó por un momento y escondió su cabeza en el cuello ajeno sintiendo su cara arder. Se suponía que era para asistir a una reunión no para terminar enamorado.

-Sos muy directo.

-¿No te gusta?

-Me da miedo, nunca conocí a alguien así.

Canadá simplemente sonrió besando la cabeza ajena y abrazando lo aún más.

-A mi también me da miedo, nunca sentí algo así antes... No quiero romperlo o que desaparezca.

-¿Nunca nadie estuvo así con vos? -En la voz del argentino se notaba la clara sorpresa, no podía creer que nunca había tenido a algún país a su lado.

-No, nunca tuve la oportunidad.

-Ya veo...

Si, le resultaba extraño ¿acaso ONU nunca le asignó un compañero o incluso algún asistente?