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Una de las peores cosas que había hecho en toda su vida fue, sin lugar a dudas, dejar a su esposo en ese estado.
El hacerlo, le partió el alma.
Lo que hubiera dado para poder ayudarlo, poder haber hecho algo por él...
Pero no podía...
Ella lo sabía perfectamente.
Simplemente hubiera sido un estorbo, era muy débil en comparación a su marido, y si él no pudo hacer nada frente a ellas...
¿Qué oportunidades tenia?
Lo único que hubiera conseguido es que la maten, no solo a ella... también a sus hijos.
Y no podía permitirlo.
Lo único que podía hacer era escapar de ahí.
Dejar al hombre con el que paso tan maravillosos años de su vida, con el que tuvo dos fantásticos hijos a los cuales adoraba con todo su corazón, y lo más importante... al hombre al que más amó... a su suerte.
No podía reprimir la impotencia que sentía.
En esos momentos quería gritar, llorar... desahogarse.
Pero no debía hacerlo.
Debía reprimirse, no era el momento para caer ante esos deseos.
Debía mantenerse fuerte, debía proteger a sus hijos.
Fugaku se había sacrificado por ellos... lo mínimo que podía hacer era cuidarlos... sin importar que.
En esos momentos se encontraban en medio del bosque.
La habilidad de Mikoto los había llevado a ese lugar, pero ésta poseía una expresión perpleja.
"¿Pero qué...?"
No entendía lo que sucedía.
—¿Dónde estamos? —el primero en hablar fue Itachi mientras inspeccionaba los alrededores.
—No lo sé... —la voz de Mikoto se cortaba —se supone que llegaríamos al Refugio... ¿Qué está pasando?
—Tranquila... —Tsunade se puso de pie —es la barrera... no permite que te transportes dentro de ella.
—Ya veo... ¿estamos cerca?
—Sí, ¿ves ese tronco? —señaló un punto en específico, y al notar a lo que se refería Mikoto asintió —bien... ahí empieza la barrera.
—¿Cuánto falta para llegar?
—A partir de este punto... no debería ser más de un kilómetro, llegaríamos al Refugio en unos quince minutos si nos damos prisa.
Mikoto volvió a asentir —Entiendo... partamos ahora.
Sin esperar ni un segundo comenzaron a caminar.
Tsunade iba al frente, Itachi la seguía muy de cerca, mientras que Mikoto se mantenía con Sasuke en la parte de atrás.
—Mami...
Fue un suave llamado por parte de Sasuke, la expresión del pequeño era indescriptible... se podía ver la mezcla de tantas emociones en ese diminuto rostro, como eren la tristeza, confusión, rabia, dolor...
Mikoto habló lo más calmada posible —Dime mi amor.
Lo último que quería es que su hijo notara su desesperación, Sasuke necesitaba sentir que todo estaba bien, aunque las cosas fueran completamente diferentes...
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LUNA DE SANGRE (SASUNARU)
De TodoNo tenemos la culpa de lo que nuestros antescesores hicieron en su epoca, pero como siempre ha sido, todo lo que hicieron repercute en nuestros tiempos... Asi es como la vida de Naruto uno de los Jinchuriki trata de hacer lo que este en sus manos pa...