RELATOS DE MEDIANOCHE

El Niñero III

¿Quién diría que ser niñero me traería montones de sexo durante tanto tiempo?, la verdad había pasado casi toda mi adolescencia follando una y otra vez a quien debía de cuidar, y muchas ganas tenía de hacerlo de nuevo con ella, tuvimos mucho sexting luego de que yo entrara a la universidad.

Lo que fue inesperado para mi, es que un día, luego de clases, cuando estaba por abrir la puerta de mi departamento, note que estaba sin llave, por lo que entre pateando la puerta, y la logre ver, era ella, mi pequeña, vestida de maid y sentada en una silla, ambos nos miramos a los ojos, ella muerde su labio mientras mira mi paquete, cierro la puerta tras de mi y me acerco tras prender la luz.

—No deberías estar aquí, baby— Digo en su oído mientras agarro su cuello suavemente, logrando levantarla, ella suelta un suave jadeo en mi oreja —Me encanta el peligro, y en especial si viene de tu parte— Dice poniendo su mano encima de mi miembro, presionandolo suavemente.

Me siento y hago que se ponga de rodillas, bajo mi pantalón y mis negros boxers, no pasa ni medio segundo de aquello y la menor introduce mi pene en su boca, lamiendolo con rapidez, pasando su lengua por mi glande, mientras sus manos me masturban, abre su boquita, mientras mi miembro se introduce en su garganta.

Jalo su cabello, mientras me muevo con fuerza, suelta leves arcadas, lo cual solo produce que se endurezca más, suelto lujuriosos gemidos, se acerca más a mi con su boca,y, tras un par de minutos me corro en ella, lo cual le excita, ya que puedo sentir un orgasmo de su parte mientras saco mi pene de su zona oral.

Me mira lujuriosamente mientras se llame los labios, se dirige a la cama y allí, se quita el traje de maid y lo lanza a un lado de la habitación, ahí noto que no llevaba bragas, abre sus labios vaginales mientras da suaves golpecitos con su mano libre.

Ahora el que se arrodilla soy yo, ella apreta sus redondas tetas mientras me mira excitada, muerdo suavemente su pierna, subiendo muy lentamente hacia su entrepierna, ella gime muy suavemente, tomando mi cabeza y poniéndola sutilmente sobre su clitoris, el cual lamo al instante, ella se mueve a la par, sin quitar sus dedos de mi pelo, abro sus labios humedos, y lamo el interior de la menor, ella gime con fuerza, moviendo su vagina más rápido, y presionando mi cabeza contra ella, mi lengua va de arriba a abajo una y otra vez, ocasionando los sonidos lujuriosos de la menor.

Arquea su espalda, mientras mi boca está de nuevo en su clitoris, esta vez chupandolo, succionandolo, estimulandolo muy rápido con mi lengua, pone ambas manos en mi cabeza y se corre a chorros, soltando un rico orgasmo, esto hace que mi miembro se erecte de nuevo.

—Follame, follame niñero, como cada semana, no pido que seas mi novio, pero te necesito dentro de mi— Dice en voz alta  luego de hacer que me recostar a en la cama, se pone encima mio, e introduce mi miembro en su húmedo interior, ella es la que agarra mi cuello esta vez, y se monta en mi sin compasión, muy duro, como a ambos nos encanta.

Logró ver como babea mientras se mueve encima de mi con velocidad, mis manos se mueven a sus caderas, agarrandolas con fuerza, los rapidos movimientos de la chica logran hacerme gemir, su interior, sus paredes, su cara, la honestidad de sus gemidos y cada orgasmo, logran hacer que me encienda muy rápido.

Tras unos minutos ella solo se deja llevar por mi, mientras tomo el control nuevamente, ella gime y jadea contra mi oído con una excitacion muy alta, puedo sentir como sus fluidos recorren mi miembro deduzco que se ha corrido otra vez, asi que me muevo con fuerza contra ella.

Nuestros choques y jadeos retumban por el departamento, mi miembro ya no puede aguantarse más y me corro fuera, mirándola a los ojos, ella solo esboza una pequeña sonrisa inocente.

Jamás creí que un trabajo de medio tiempo me traería tantas cosas, actualmente, quien era mi clienta, es mi esposa y puedo decir, ese fuego sigue muy intenso entre nosotros.