Un Favor Especial

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Llegué hace un par de años a este barrio, buscando un lugar más seguro para vivir, conocí a mucha gente buena en la aventura, pero había una muchacha, mi vecina, ella solía ser muy dulce conmigo.

A veces lo pienso, y tal vez todas las señales estaban desde antes, pero no lo note hasta un día de festividades, todos nos habíamos organizado para hacer una enorme fiesta en el barrio, era de noche, y sentí un leve toque en mi hombro, voltee y la vi, con su hermosa sonrisa y su aura coqueta.

—Necesito ayuda en algo Markus, pero todos están ocupados, ¿puedes hacerme el favor?— Diría ella mientras enredaba uno de sus dedos en la castaña cabellera que poseía.

Dije que si instantáneamente, ella me tomó del brazo y me llevó a su casa.

Nos tomó un par de minutos, y tras entrar, y que ella me indicara que tomará asiento en el sillón, mire el salón.

Lo que causó impresión en mi fue cuando la chica volvió, completamente desnuda y, sin dejarme tiempo a reaccionar, se puso encima de mi, poniendo el peso de su cuerpo sobre mi entrepierna .

Tuve una ereccion segundos después, la cual no pude ocultar, ella se rozaba contra mí pantalón, lograba escuchar sus casi imperceptibles gemidos.

Su cuerpo no tenía proporciones exorbitantes, de hecho sus pechos y su trasero eran muy pequeños, pero me encendió en muy poco tiempo, nos besamos mientras mi pantalón lo bajaba con una de mis manos.

Ella mordió mi labio, esto ocasionó que le diera una fuerte nalgada, la cual provocó un sonoro quejido, pero ardiente.

Me quitó el bóxer, y comencé a entrar en ella, mientras ambos nos estimulabamos, la besaba, una de mis manos estiraba sus pezones y la otra  generaba presión en su cadera mientras me acercaba a su cuerpo.

Logre entrar a ella con algo de dificultad, su vagina estaba todavía algo apretada, pero podía sentir como cada roce con sus paredes le causaba un montón de placer.

Rodeó mis caderas con las piernas, y se movió con fuerza contra mi, aún con nuestros labios unidos, soltó un gemido, y mordió mi labio inferior suavemente.

Le agarre con fuerza la cintura mientras nuestros cuerpos chocaban con más intensidad.

Mis dedos le dieron una fuerte palmada en la nalga, logrando otro jadeo más fuerte de sus labios.

—Hazme tuya, Markus, quiero tener todo tu pene en mi— Decía moviéndose con fuerza y con un tono muy morboso en su voz.

La tomé con fuerza del cuello y ella puso sus manos en mi brazo, mientras hacía que nuestros cuerpos chocarán con mucha fuerza.

Sus gemidos eran muy intensos, pude sentir que ella no aguantaba más, sacó mi pene y se vino en mi entrepierna, luego de esto se arrodilló frente a mi todavía erecto miembro.

Me lamio suavemente el glande, le di una suave bofetada y la mire con mucho deseo, lo cual se me devolvió con su cara de calentura.

Paso su lengua alrededor de sus labios, se acercó suavemente a mí pene y lo fue metiendo demasiado lento en su boca, logrando que le jalara el cabello con intensidad.

Su cabeza subía y bajaba por mi miembro, junto con su lujuriosa saliva, la cual no pude resistir por demasiado, saque mi pene de aquel lugar y me vine en su cara.

Ahora siempre me pide "favores" cuando ambos estamos desocupados, los cuales nunca niego.

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