Capítulo 4. El grupo de idiotas.

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Bakugo —¿Entonces es cierto?

Aizawa —¿Qué cosa?

Bakugo —Que te follas a los estudiantes a cambio de enseñarles habilidades exclusivas.

Aizawa —Eres inteligente, ¿vas a aceptar?

Bakugo —Haz que All Might se vaya.

El peli negro le dió un pequeño vistazo al héroe que ya se encontraba vestido y completamente arreglado como si nada hubiese sucedido. Chasqueó sus dedos y rápidamente All Might se encaminó hasta la puerta para finalmente dejar solo a los otros dos.

Aizawa —¿Ahora qué?

Bakugo —Dímelo tú.

Mencionó aquellas palabras con una leve sonrisa en su rostro acercándose firmemente al peli negro, apegándose con suavidad a su cuerpo. Se hundió en su cuello para sentir aquel varonil aroma, una mezcla entre colonia y cigarillos. Acercó sus labios a la zona, y suspiró suavemente para finalmente alejarse. Miraba al profesor de reojo, notando como este trataba de mantenerse inmóvil, pero estaba teniendo dificultades para ello. Bajó su diestra con delicadeza y rozó levemente el miembro ajeno.

Aizawa —Joder.

Chasqueó su lengua con molestia y solo bastaron unos segundos para tener ahora al menor acorralado sobre el escritorio. Acción que el rubio cenizo estaba esperando, en su rostro se veía una sonrisa arrogante y molesta. Aizawa estaba irritado solo de verle.

Bakugo —¿No vas a tocarme? ¿No es eso lo que quieres?

Aizawa —Tsk... No lo haré si no lo permites.

Katsuki alzó una ceja y rió. Tal como lo pensaba. Por mucha autoridad que tenga, Aizawa no actúa sin consentimiento previo.

Bakugo —Lamentable.

Empujó al mayor con sus manos al momento que se enderezaba y posó su mano en su hombro, inclinándose para susurrar en su oído.

Bakugo —Veamos cuánto resistes, Aizawa Sensei.

Una pequeña palmadita en la zona bastó para que Katsuki se dirigera hasta la puerta y saliera de la oficina dejando atrás a un desconcertado y caliente Aizawa. Bufó al momento que estuvo solo, sentándose en su escritorio, sacó un cigarrillo y lo encendió. Desabrochó sus pantalones y sacó su húmedo miembro, mirándolo con molestia al recordar que estaba así de duro por las acciones del menor. Su diestra masturbaba aquel falo con rapidez mientras con su izquierda le daba caladas al cigarro.

***

—¡Oi, Bakugo!

Una voz rasposa se escuchó desde el final del pasillo haciendo que el rubio cenizo se girara rápidamente a ver quién molestaba. Para su sorpresa, era aquel pelirrojo de cabello puntiagudo junto a su grupo de inútiles.

Bakugo —¿Qué quieres?

Kirishima —¿Estás bien? ¿Aizawa-Sensei no te hizo nada?

Bakugo —¿De qué hablas?

Mina —Sabes de que hablamos.

Bakugo —Bueno, lo que yo haga o no, no es tu asunto, chica bonita.

Mencionó chasqueando su lengua para luego darles la espalda y alejarse de ellos, sin embargo, el pelirrojo lo siguió y se unió a su caminata.

Kirishima —No creo que sea necesario que te prestes para eso, puedes ser bueno igualmente.

Bakugo —No quiero ser bueno, quiero ser el mejor, el número uno. Estoy dispuesto a pagar el precio por ello.

Kirishima —¿Aunque se trate de tener sexo... Ya sabes, con un hombre?

CONTRATO SEXUAL. [AizaBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora