Capítulo 6. Culpable.

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Nadie se había enterado de que Kirishima había estado en el despacho del pelinegro, ambos mantenían el secreto y actuaban con normalidad. El pelirrojo no había vuelto a ese lugar y el mayor tampoco lo había llamado, pero seguramente pronto estaría nuevamente arrodillado frente a él.
Por otro lado, había estado practicando con el regalo que le fue dado, cada vez entraba con mayor facilidad y había aprendido a moverse de distintas maneras que pensaba imposibles y el lado bueno, es que ya no pensaba en Bakugo de manera sexual, o al menos, no tan seguido.

Bakugo —Oi, pelos locos.

Kirishima —¡Bakugo!

Respondió con su característica sonrisa, alzando su brazo para posarlo tras el cuello de su amigo y acercarlo a el.

Bakugo —¿Vas al entrenamiento?

Kirishima —Sí, estaba de camino a ponerme el traje. ¿También vas? Si es el caso, vamos juntos.

El rubio cenizo simplemente asintió y ambos se dirigieron con rapidez a los casilleros. Usualmente todos se cambiaban de ropa allí mismo, todos eran hombres y no había ningún problema con ello, pero definitivamente estando los dos solos y Kirishima tratando de luchar con sus pensamientos, era un problema. Decidió que lo mejor era darle la espalda a su amigo, pero fue demasiado tarde, pues, este ya estaba con su torso descubierto. Kirishima no pudo evitar divisar cada musculo y cada gota de sudor que recorría su anatomía marcada. Tragó saliva duramente e inmediatamente una imagen de Bakugo recostado sobre una cama y él encima masturbándose para finalmente correrse sobre su torso se hizo presente. Su miembro palpitó.

Katsuki no lo había notado, así que simplemente puso su traje de héroe y se volvió a ver al pelirrojo, quien tenía sus mejillas de un color carmín y un notorio bulto en sus pantalones. El rubio cenizo hizo una mueca extrañado, Kirishima simplemente estaba de pie mirándolo sin poder moverse.

Bakugo —¿Qué mierda haces ahí?

Preguntó tratando de ignorar el hecho de que probablemente se había calentado viéndole y el bulto en su entrepierna cada vez era más notorio.

Kirishima —Yo... Nada. Me distraje un momento, esperame fuera. Iré enseguida.

El rubio cenizo definitivamente ignoraría la situación, se iría. Esto jamás había sucedido y seguirían siendo amigos, podía ignorarlo. Quería ignorarlo, o al menos así fue hasta que sintió su celular vibrar y lo sacó para ver quién era.

AIZAWA
¿Dónde estás? No has llegado al entrenamiento.

KATSUKI
En los casilleros, estoy retrasado.

AIZAWA
Apúrate, joder. No tengo todo el tiempo del mundo para esperar mocosos, ¿no quieres ser el mejor?

KATSUKI
No lo seré mientras no firme el contrato.

AIZAWA
Firmémoslo entonces.
Iré a los casilleros.

Bakugo se quedó pensando solo un momento. Seguía sin querer firmar el contrato aún. Quería molestar al mayor un poco más y quizás esta situación le caía como anillo al dedo... Usaría a Kirishima.

Bakugo —¿Qué? ¿Te harás una paja?

Kirishima —¿Qué..? No, có-cómo piensas eso...

Bakugo —Tch, solo mírate. ¿Pensaste algo sucio al verme sin camiseta? ¿Para eso quieres conocerme?

El pelirrojo sintió por un instante que se quedaba sin aire. Quería ser su amigo, definitivamente quería simplemente ser su amigo y protegerlo, pero toda esta mierda con Aizawa lo estaba volviendo loco. Sentía su garganta apretada, como si todo lo que quisiera decir quedara estancado, y es que, no podía decirlo. El mismo le había hecho prometer a Aizawa que sería un secreto y ahora estaba allí queriendo gritar todo.

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⏰ Última actualización: Jan 15 ⏰

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CONTRATO SEXUAL. [AizaBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora