17. Comunicación

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Disfruten el capítulo.

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¿Qué es tortura? Hasta ahora, Kara encontraba su respuesta en el recorrido de treinta minutos que vino realizando hace casi una semana para ir a la universidad. Y es que, la señora Victoria parecía perderse en la vista que ofrecía el mar, dejándola en una posición tensa dado el gusto por conversar sin importar que o quién.

Dejó pasar unas oportunidades de posibles temas sólo para no perturbar la serenidad de su mañana como la que la castaña solía conservar.

Por momentos, la llegaba a observar a través del reflejo en el cristal, aumentando las ansias por hacerle plática.

Movió sus dedos sobre las rodillas simulando tocar las cuerdas de una guitarra consiguiendo la calma suficiente antes de intentarlo.

—Es lindo, el mar. ¿No? —la castaña volteó a verla—. Cuando era niña, les dije a mis padres que quería vivir en el mar, no sobre el mar, aclaro. Sino en una ciudad que estuviera cercano a este.

—¿Y lo hicieron? —siguió el hilo de la conversación. .

—No —esbozó una fingida mirada triste—. Pero lo que si hicieron fue llevarme a la playa por lo menos una vez al año. A pesar de eso, creo que termine saliéndome con la mía cuando vine aquí.

—Ya lo creo —sonrió la mujer al escuchar su pequeña anécdota. Kara la vió interesada y sin más le preguntó.

—Y usted ¿Siempre ha vivido aquí?

—No —regresó la vista al cristal y trás largos segundos silenciosos, se animó a narrar—. Estuve viviendo en otra ciudad por muchos años. Cuando cumplí la mayoría de edad me mudé aquí, pensé regresar pero con el tiempo me enamoré… de este lugar.

—Ciertamente cualquiera quedaría enamorada de un lugar así, las playas, el sol y su gente. A mi parecer, el mar es de los más bellos paisajes que existen. No sé, transmite tanto y guardan tantas historias.

—Si, tienes razón —observó a la avenida—. Guardan muchos recuerdos —susurró para sí. Aclaró la voz antes de ponerse nostálgica frente a la joven—. Espero que con esa energía que tienes, consigas crear algunas historias para llevarte a casa.

—Se que es el comienzo pero no dudo que habrá algo bonito que me lleve —la observó y sonrió cómplice de lo que decía.

—Asi será, Kara —le regalo una última sonrisa antes de que el chófer estacionara el auto al frente de la institución.

—Me alegra oír un poco de usted. Suelo ser algo parlanchina y más cuando me siento en confianza.

—Me he dado cuenta, hija. Disculpa si no te sigo el ritmo o si me expreso mal.

—Que va. Fue entretenido hablarle, Señora Victoria. Espero poder seguir “molestandola” a futuro —se atrevió a decir.

—No es molestia, sólo falta de costumbre —pusó enfasis en que ha viajado en solitario hasta ese momento y con lo único que podía mantenerse era observando el pacífico mar.

La rubia se acomodó el puente de los lentes, despidiéndose de inmediato y sonreír al verla partir.

***

—De acuerdo, señorita Brandon. Comenzará a laborar mañana. Nuestro empleado aquí presente, la asistirá en lo que necesite —el joven a su lado sonrió complacido por tener al fin una compañera de trabajo mucho más guapa que las que tuvo con anterioridad.

—Muchas gracias por la oportunidad —se despidió de la dueña del local y al salir no pudo contener la alegría de haber conseguido su primer trabajo.

Te habré olvidado (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora