22. Repentino

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Disfruten el capítulo.

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Era la tercera vez en la semana que el profesor atrapaba a Kara distraída y francamente ya le había hartado. Ante la mirada divertida de todos, le pidió que se retirara de la clase, al menos por ese día.

Lo tuvo que hacer porque si bien no quería alegar con su superior, tampoco se sentía con las suficientes ganas para quedarse.

Se sentó a un costado de la puerta y ahí estuvo hasta el cambio de clase.

—Señorita Brandon —expresó el docente una vez salir del salón—. Espero que este incidente no se vuelva a repetir.

—No, profesor —el hombre prosiguió su camino dejando a la joven inquieta pues nunca le habían llamado la atención.

—¡Hey, Kara! ¿Todo bien con el profe?

—Uhm. Si —volvió al salón junto con su compañero.

Él, como buen amigo, se ofreció en pasarle los apuntes que perdió y entre la oportunidad que se le presentaba, aprovechó para hacerle una invitación.

—¿Y qué dices?

—¿Sobre qué? —Estaba más pendiente tomando fotografías del cuaderno.

—Me dijiste que el sábado no trabajas por lo que me preguntaba si tú ¿quisieras ir al cine conmigo?

La rubia lo observó por un instante antes de regresar la vista a su mochila, guardó el celular y simuló que buscaba algo. En realidad, sólo estaba ganando tiempo para pensar qué responderle.

Pero entre la ilusión reflejada en el rostro de él y la falta de concentración que la aquejaba, su respuesta fue casi obligada.

—Uhm. Si, está bien.

—¿De verdad? ¡Genial! Entonces, más tarde nos ponemos de acuerdo —ubicó su asiento dos lugares a su derecha. Cuando se sentó, volvió la vista a la rubia brindándole una sonrisa que reflejaba desde ya, su excelente humor.

Quiso retractarse ante el error que había cometido pero fue demasiado tarde, la profesora a cargo de la siguiente clase pidió a todos volver a sus sitios para iniciar.

Entre cambios de turno, algunas exposiciones y demás, las clases concluyeron. Kara se despidió de algunos amigos y finalmente del chico que la invitó al cine, Marcos. Luego de intercambiar teléfonos y establecer la hora de su encuentro salió de la universidad para proseguir con su siguiente actividad.

El día transcurrió más rápido de lo esperado. Ya se encontraba esperando el transporte que la dejaría cerca del fraccionamiento dónde vive su amiga Valentina. Cuando al fin estuvo a bordo del bus pudo liberar el aire contenido en un gran suspiro cargado de cansancio.

Ella nunca había sido tan despistada y estaba sorprendida del desastre de día que tuvo, tanto en la universidad como en su trabajo. Sus jefes estuvieron a punto de despedirla por un descuido en sus actividades que para su fortuna, uno de los que laboraba ahí y que llevaba más tiempo trabajando, se echó la culpa argumentando que fue su error al no mencionarle que una de las copiadoras tenía hojas trabadas.

Entró a la enorme casa y como de costumbre la mujer que cuidaba la recibió amable preguntando que deseaba cenar. Kara negó de inmediato y enseguida subió a la segunda planta para quedarse en su habitación. Algo que le pareció extraño porque siempre llegaba con hambre.

[…]

Al salir de la ducha, se recostó un rato en la cama a descansar, tenía pensado adelantar tarea y que esté no se le acumulará el fin de semana. Pero con todo lo ocurrido en el día, estaba exhausta.

Te habré olvidado (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora