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—Gracias por venir, gracias por apagar la llama y las ganas de tenía de estar contigo esta noche— Hablé cabizbajo en un hilo de voz, sintiendo como mis ojos comenzaban a cristalizarse debido a las lágrimas que amenazan con salir.
—¿Porqué me dices todo eso?— pregunta con una sonrisa que no disfraza su confusión.
—Porque esta noche me sirvió para darme cuenta que ya no te amo.
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Robbie Evans.
—¿Estás seguro de lo que estás haciendo?— pregunté preocupado al notar que Zack no tenía intenciones de retroceder con lo que estaba haciendo parándose aún más cerca del borde, de por sí el no es alguien que duda cuando la situación está frente a sus ojos, pero aún así.
—Claro, después de todo si algo sale mal, tú estás aquí para arrastrarme hasta el hospital más cercano— respondió sonriente restándole importancia a mí preocupación, prosiguiendo con inhalar bastante aire y luego expulsarlo como si con el se fueran todos sus miedos.
De hecho, así debe sentirse en este momento. Sólo necesita eso; inhalar, exhalar y que la voz en su cabeza sea la que le dé el empujón que literalmente necesita.
—De hecho no creo que tenga... ¡OH MIERDA!— mi explicación y teoría sobre que por más que lo arrastre hasta el hospital posiblemente no sobreviva se vio interrumpida cuando luego de pensarlo por unos cortos instantes, se tiró del puente cual pájaro con el arnés y una soga atada fuertemente a su cintura.
Verlo colgado de cabeza, con una ancha sonrisa en su boca y sus brazos extendidos a unos pocos metros de mí pero a varios del suelo provoca preocupación y adrenalina al mismo tiempo, aún cuando sé que en su mente y espíritu se está sintiendo más vivo que nunca viendo los cientos y cientos de autos pasar debajo suyo.
Es una locura en todo su esplendor, una soga gruesa atada a su arnés y a uno de los agujeros de adorno del duro concreto del puente es un acto tan suicida como valiente y estúpido. Eso sí es que a un suicida se lo puede calificar de valiente.
Pero así es esto, el actúa como si fuese inmortal y yo soy el que se lleva los sustos de muerte, aún cuando la frase “Confia en mí, todo estará bien” es repetida una y otra vez.
—¿Estás bien?— grité formando un círculo con mis manos al rededor de mi boca como si fuera un megáfono.
—¿Estar bien? ¡Estoy mejor que nunca!— respondió levantando ambos pulgares mientras se balanceaba lentamente, aún si quitar esa sonrisa de satisfacción de su rostro— Deberías intentarlo Robbie— agrega con cierta euforia en sus palabras.
Quiero decirle que detesto verlo ahí colgado tan cerca de una caída segura provocada por un mal nudo, pero creo que podré dejar mi pesimismo para más tarde... otra vez.
—No gracias, estoy bien aquí con mis pies en el suelo— respondí perdiendo mi mirada en la vista que había a mi alrededor.
De hecho ya es un paisaje que conozco bastante bien, pero servía como distracción mientras Zack se siente como niño en juguetería con la sangre subiendo a su cabeza lentamente, tal vez esto es lo que hace tan placentero acompañarlo en todas y cada una de sus locuras, que siempre me veo beneficiado con una bella vista en todas ellas.
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I'm Fine.
Teen Fiction"El amor es tonto, hiriente y sobrevalorado." ⚠️Todos los derechos reservados, prohibida su copia y/o adaptación.