10: La guerra

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¿Reconoces esa sensación en la que el día va a terminar muy mal? Pues esa es la que siento ahora.

―Una prueba ―declara el ser místico que parece en llamas, pero en realidad el fuego es parte de él.

Quedo estupefacta.

¿Esta mujer está diciendo que me hizo pasar por todo este calvario por un simple experimento? ¡¿Pero qué le pasa?!

―¿Por qué? ―insisto.

―Las criaturas mágicas somos detectadas por las máquinas, necesitaba hacer la prueba con alguien en específico, un demonio como tú me pareció perfecto. Al verte en esa hoguera sentí que eras la indicada, ahora es más difícil que te encuentren.

―Espera, espera ―repito indignada―. ¿Me elegiste al azar? ¿Solo porque sí?

Asiente.

―Así es, eres un súcubo, no me pareció un daño colateral. Bueno, más o menos, el problema fue que descubrieron mi plan y por eso intentaron eliminar a tu raza primero. Entonces apuré mi búsqueda para encontrar a una, y como dije, cuando te vi en la hoguera, aproveché mi oportunidad.

Me cruzo de brazos y enarco una ceja.

―Bueno, al menos no soy el cliché del elegido, pero te equivocaste en algo, tu plan falló, me han detectado de todas maneras.

La mala sensación sigue en aumento.

―Pero no por los detectores sino porque has sido imprudente.

―Sí, como sea. ―Ruedo los ojos―. A todo esto, ¿por qué has dicho que este encuentro ha sido calculado? ¿Tiene que pasar algo hoy?

―Sí, no hay tiempo, tengo que probar si mi plan funciona en otros, hoy es el día de la guerra.

―¿Qué? ―Enarco una ceja―. ¿Guerra?

Sabía que debía hacerle caso a mi mala sensación.

―Debes apresurarte y volver, los tuyos estarán en problemas pronto.

~~~

Le hago caso a la mujer fénix y me dirijo a la parroquia, la verdad no son mis hermanas, pero hemos pasado tanto tiempo juntos y además ahora tengo emociones, así que tengo que ir a advertirles del peligro. En el camino me cruzo con Sem, el cual me da la ropa que le pedí y aunque algo a regañadientes por mi parte, termina por acompañarnos. A la fénix no parece afectarle su presencia, así que no me preocupo más por ello. Una vez llegamos al lugar, vemos a los aviones sobrevolar la iglesia, entonces entramos al edificio.

Miro el papel del laboratorio que también me entregó Sem, ya no es importante, por mucho que tenga mi ADN esta información no me dice de mucho, además que algunas pruebas salen no concluyentes.

―¿De verdad piensas convertir a todos como yo? ―le pregunto a la fénix―. No parece muy saludable.

Se ríe.

―Se intenta.

―Ahí vienen. ―Corre Fermín hasta nosotros―. ¡Agáchense!

Explosiones se escuchan en lo alto mientras nos tiramos al suelo.

―Voy a deshacerme de la primera fila ―declara Ever al llegar recién y venir por el mismo pasillo―. Haré tiempo hasta que lleguen mis hermanos.

Seducción VitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora