(Todoroki Touya).
Estar con mis hermanos me hace realmente feliz tal vez sea por el hecho de que debo protegerlos cueste lo que cueste, pero desde que comencé a conocer a Keigo algo dentro de mi quería seguirlo viendo feliz, no se porque o cuando comenzó esto, pero mi corazón late descomunalmente cuando lo veo sonreí, pero siempre llego a la misma conclusión y es que el está enamorado de Enji y eso me lastima que comencé a alejarme de él ya no quería lastimarme y sin que nadie supiera había hecho que el hospital mental volviera a ingresarme tal vez mis hermanos me odien, tal vez no, pero no quiero volver a sufrir no más, espero que encuentre todos una felicidad que quieran para si mismos.
Todos dormían la ambulancia del hospital mental ya había llegado y sin que lo noten salí silenciosamente, no quería verlos porque sabía que me arrepentiría, seguí caminando hasta bajar las escaleras, llegué a la puerta y la abrí y ahí estaba mi médico el doctor Chisaki Kai.- Hola Touya, ¿Seguro que quieres hacer esto? - preguntó dudoso.
- Sí - respondí sin más.
El doctor solo me miró melancólica mente sabía que había sufrido mucho desde que era un niño y realmente no me importaba ya cerré la puerta y subí a ala ambulancia junto al doctor, no sería largo el viaje, pero su voz, aquella voz que me dispuse a dejar de escuchar volvió.
- ¡¡Touya!! - gritó.
El doctor miró por la ventana y solo me miró, yo no lo mire pues solo veía el suelo, pero para mí desagrado cuando debería estar llorando ni una sola lágrima salía de mí.
- ¿Realmente quieres ésto? - volvió a preguntar.
Yo lo mire y solo puse una delicada sonrisa en mi rostro.
- Si - volví a responder.
El me miró y solo asintió con tristeza, ¿Acaso soy tan deprorable para que me den esas miradas? Tal vez sí, después de todo yo soy quien está abandonado todo lastimando a los que me quieren.
Llegamos al nuevamente a aquel hospital donde yo me sentía más tranquilo, entramos y la recepcionista era diferente ya no estaba la señorita Ochako.- ¿Qué le pasó a la señorita Ochako? - pregunté.
- Ella está esperando un hijo y se le han accionado algunos meses de vacaciones - respondió - Aunque siempre espero noticias de tí -
- Que bien por ella - dije.
Sabía que en una época la señorita Ochako se había enamorado de mi, pero yo no correspondía por lo mismo que no siento nada, pero realmente me da gusto que haya encontrado a alguien que la ame y la quiera. Entre a mi antigua habitación y saque mis cosas ordenando las, mire a la ventana y todo era como si el tiempo no hubiera pasado, salí a aquel jardín donde tantas veces había contemplado el cielo, me senté en aquella banca en la que tantas veces me había sentado y solo me puse a mirar el cielo tan hermoso como siempre y de repente escuché su voz nuevamente.
- Touya - mencionó entre lágrimas.
Lo mire y eso ojos miel que tanto me gustaban estaban tristes y lloraban, ¿Acaso lloran porque que me fui?.
- ¿Porqué....porqué hiciste esto? - preguntó entre lágrimas.
- Ustedes estarán bien sin mí, además ya les provoqué demaciado daño - respondí.
- ¡¿Qué acaso no te das cuenta?! - preguntó molestó.
- ¿De qué? - preguntó confundido.
- ¡¡Tu eres el que me gusta!! - gritó - Por Enji siempre sentí respeto y cariño de padre nada más -
Mi sorpresa era tan grande que no sabía cómo lidiar con esto, realmente odiaba no tener una respuesta a lo que me acababa de confesar, pero tampoco era como si fuera algo importante, ¿No?.
- Yo no puedo, ni quiero lastimarte - dije - Yo no sé amar, tampoco sé nada hacerca de tener a alguien que te ame y no sé cómo responder tus sentimientos -
- Pues aprendamos juntos - mencionó.
¿Acaso eran tan grandes sus sentimientos como para hacer que yo lo ame? Tal vez sí, tal vez no, pero nada perdería con intentarlo. Sonreí levemente y lo miré, realmente me gusta ver su mirada.
- Está bien -
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Aquel Día De Primavera.
FanfictionTe conocí aquel día en que tu padre nos presento realmente había quedado impresionado de ti desde el inicio, pero tú siempre me evitabas y eso me lastima va, pero con el tiempo nos conocimos y desde aquella primera que nos entregamos fue lo que más...