(Takami Keigo)
Estaba durmiendo tranquilamente, hasta que pude sentir como Touya se movía, me desperté y solo ví esos zafiros mirando la ventana como si hubiera algo interesante yo solo lo miraba realmente se veía lindo así.
- ¿Sabes por qué las flores seven siempre hermosas? - preguntó.
Yo lo mire confundido y realmente no sabía que responderle.
- ¿Porqué? - pregunté con curiosidad.
- Porque ellas no conocen la maldad de las personas ni la codicia humana, ellas son puras porque solo así muestran su verdadero significado - respondió.
- ¿Por qué me dices todo eso? - pregunté aún más confundido.
- Porque tus ojos no están muertos, sino que muestran un brillo que tenemos todos al nacer pero con el tiempo lo matamos y solo quedan ojos vacíos y sin vida como los míos, pero los tuyos son hermosos - respondió mirándome fijamente.
Realmente me sentía nervioso cuando me miró, pero de pronto la puerta fue abierta bruscamente haciendo que desvíe la mirada.
- ¡¡Touya!! - gritó entrando a abrazarlo - Que bueno que estás bien -
Shoto abrazaba fuertemente a Touya con lágrimas en los ojos yo realmente me sentía feliz de que Touya no hubiese tenido más problemas de salud mientras dormía.
- Bueno iré a preparar el desayuno - dije levantándome - Shoto cuida de tu hermano -
- ¡Sí! - respondió sonriendo.
Yo salí de aquella habitación aún pensando en aquella respuesta que me había dado, la verdad no sabía que pensar de todo lo que estaba pasando, pero algo era seguro y era que debía investigar hacerca de la familia Todoroki.
(Todoroki Touya)
Shoto me había contado todo lo que había pasado la noche anterior y como es que Keigo me había ayudado, realmente estaba agradecido que no haya mencionado algo más a mis hermanos menores o de lo contrario estarían más preocupados.
- Touya - me llamó.
- ¿Qué pasa Shoto? - pregunté mirándolo.
- ¿Tú nos vas a dejar como mamá? - preguntó.
Yo realmente sentí como me clavaban una daga en mi pecho, pues realmente había asustado a mis hermanos y más a Shoto después de que lo protegí desde que nació.
- No, no pienso dejarlos - respondí acariciando su cabeza.
- ¿Lo prometes? - preguntó mirándome.
Yo sonreí y solo asentí para después abrazarlo, realmente debía dejar de una vez mis problemas si quería enfrentarme a la familia Todoroki aún cuando eso signifique ir encontrá de mi progenitor.
(Takami Keigo)
Con Fuyumi estábamos haciendo el desayuno, pero pude notar que tanto ella como Natsuo estaban realmente afectados por lo de anoche.
- Natsuo puedes ayudar a bajar a Touya - dije.
Tanto Natsuo como Fuyumi me miraron sorprendidos.
- ¿Estás seguro? - preguntó.
- Claro que sí Fuyumi, además debemos hacer que Touya se sienta en su casa y no en una jaula - respondí.
- Está bien - dijo subiendo las escaleras.
Yo me quedé poniendo la mesa mientras Fuyumi servía la comida.
- ¡¡Keigo!! ¡¡Keigo!! - me llamaban.
Miré hacia las escaleras y ví como Shoto jalaba con lágrimas la camisa blanca de Touya. Yo me acerqué a los tres hermanos y ellos solo me miraron.
- ¿Qué pasa aquí? - pregunté.
- Es que Natsuo obligó a Touya a salir de la habitación diciendo que tú se lo habías dicho - respondió con lágrimas.
- Calma Shoto - dije cargando lo - Yo si le dije eso a Natsuo, pero no lo hice para que lloraras, sino para que Touya no se sintiera encerrado en su habitación y puedan tenerlo con ustedes -
- Shoto no llores más estoy bien - mencionó.
Yo solo mire aquella sonrisa que le dedicaba a Shoto para tranquilizarlo.
- ¿Entonces puedo sentarme a tu lado? - preguntó limpiándose las lágrimas.
Touya asintió y todos fuimos a la mesa, todos realmente estaban felices y eso me alegra, pues sentía que habíamos dado un gran paso que significaría mucho para mí.

ESTÁS LEYENDO
Aquel Día De Primavera.
FanficTe conocí aquel día en que tu padre nos presento realmente había quedado impresionado de ti desde el inicio, pero tú siempre me evitabas y eso me lastima va, pero con el tiempo nos conocimos y desde aquella primera que nos entregamos fue lo que más...