Aquel Día De Primavera.

✨🥀 Capítulo Cuatro 🥀✨

(Todoroki Touya)

Q

ué más debía hacer para no volverme realmente loco siempre pensé que me dejarían en aquel hospital mental, pero ahora me doy cuenta que esos no eran los planes de Enji, que estúpido fue de su parte traer a mi remplazo aunque no fue tan malo conocerlo, pero se que le tiene gran aprecio a Enji lo pude ver cuándo le conté la historia esas lágrimas que soltó eran de dolor que a veces me preguntó, ¿Alguna vez yo también solté ese tipo de lágrimas? Quería saber la respuesta, ya que ahora mis ojos no tienen ni una lágrima.

- ¡¡Touya!! - exclamó - Fuyumi ya llegó y ya dejamos las cosas en la cosina, ¿Y Keigo? -

- Creo que se quedó todavía en el jardín, ¿Porqué no le vas ha hacer compañía? - pregunté.

- No quiero - respondió abrazando mi pierna.

- Shoto no te preocupes por mí, recuerda que me gusta ver tu sonrisa - dije abrazándolo.

- Pero yo quiero pasar tiempo contigo - explicó.

- Hermano no te preocupes, yo iré por Keigo, así puedes pasar tiempo con Shoto - intervino.

- Está bien Fuyumi - dije y cargue a Shoto.

No quería separarme de mis hermanos, pero sabía que ellos le tenía un gran afecto a aquel sujeto, solo me hubiera gustado conocerlo antes y saber el porque a mis hermanos les cayó bien, pero eso sería un misterio para mí.

(Takami Keigo)

A

ún me encontraba en el jardín pensando en aquello que me había contado Touya, realmente no quería creerlo, pero todo daba a entender que era verdad y debía descubrirla si quería que aquellos zafiros tuviesen vida otra vez.

- Veo que hablar con Touya no fue muy grato - mencionó.

Miré al frente y ahí se encontraba Fuyumi mirándome con una sonrisa.

- Se que al principio Touya puede parecer malo y hasta puede decir cosas hirientes, pero dentro es una buena persona - dijo.

- Fuyumi, ¿Qué le pasó a Touya en su cuerpo? - pregunté.

Debía saber la verdad y la única que podía confirmar aquello que ese albino me había dicho podía ser Fuyumi.

- Touya -

- ¡¡Fuyumi!! ¡¡Keigo!! ¡¡Vengan papá llegó!! - gritó Natsuo.

- Creo que debemos ir - respondió levantándose.

Iba a levantarme pero Fuyumi paro en seco y sin mirarme dijo.

- Si quieres saber la verdad deberías hablar con Touya y con papá, al fin y al cabo Touya es el que más sufrió por defendernos - después siguió caminando.

Quedé completamente estático eso había confirmado esa historia, seguí a Fuyumi hasta la sala donde solo se encontraba Natsuo, Fuyumi, Shoto y yo aparte de nosotros solo estaba Enji.

- ¿Y Touya? - preguntó.

- Él...él no quiso bajar - respondió Fuyumi.

- ¿Por qué? - volvió a preguntar.

- Dijo que no quería estar en una falsa familia - respondió Natsuo.

- Ese... - se detuvo - Bien como sea no lo obligaré a bajar, solo quiero decirles que estaré fuera unos dos meses por negocios, así que hagan sentir a su hermano en casa Keigo estarás acargo - 

Después de eso se retiró dejándonos solo los cuatro cenamos tranquilos, pero Touya no bajo y eso preocupó a su hermanos, eso hizo que me molestará, así que subí y toque a su puerta pero nadie respondió.

- Soy yo Keigo, Enji se fue hace ratos y tus hermanos están preocupados porque no has bajado a cenar - dije.

La puerta se abrió y de nuevo esos zafiros me miraban fijamente que pude sentir en mi piel una sensación de escalofríos en todo mi cuerpo iba a volver a hablar hasta que cayó sobre mi inconsciente.

- ¡Despierta! ¡Por favor! - exclamaba - ¡¡Fuyumi!! -

Fuyumi vino rápido junto a Natsuo y Shoto tras de ella viendo a su hermano mayor desmayado.

- ¡¡Touya!! - gritó Shoto acercándose con lágrimas.

- Tranquilo Shoto, el estará bien - dije - Fuyumi llama rápido al doctor -

- ¡Sí! - respondió retirándose.

- Natsuo ayúdame a llevarlo a su cama - pedí.

Los dos pequeños me ayudaron a acostar a Touya en su cama, por lo que pude ver Touya tenía fiebre alta demasiada para una persona normal, al poco rato llego el doctor y yo saqué a los niños mandando los a dormir, lo admito al principio fue difícil, pero pude lograr dormirlos, después de dormirlos regrese a la habitación.

- ¿Doctor que le pasa? - pregunté asustado.

- Bueno es un poco complicado saber que tiene, pero por lo que puedo ver el joven presenta depresión postraumática y eso provoca que al volver a un entorno dónde sufrió mucho haga que colapse en estrés o ansiedad y haga que el cuerpo no lo resista - explicó.

- ¿Y qué puedo hacer? - pregunté.

- Bueno ahora solo hay que esperar a que baje la temperatura, pero después debe mantenerlo en un lugar agradable dónde olvide todo su dolor y traumas psicológicos - respondió - Bueno me retiró, mañana vendré a revisarlo -

- Claro - dije.

Desde que el doctor se había ido yo me quedé en la habitación cuidando de aquel albino, realmente me sentía mal al saber por todo lo que tuvo que pasar, realmente quería ayudarlo pero aún no sabía cómo.

(Todoroki Touya)

Desde que Shoto se había ido a recibir a Enji no ha regresado yo realmente no quería estar aquí en esta habitación los gritos y los golpes venían a mi todos esos recuerdo me lastiman, pero todo fue interrumpido por el toque de la puerta quería abrirla y salir de ahí pero me sentía mareado, y fuera de mi como si todo diera vueltas, llegué a la puerta y la abrí encontrándome con unos lindos ojos color miel llenos de vida con un brillo inigualable, después de eso caí inconsciente, dentro de mi no había nada solo escuchaba los gritos de desespero de Shoto, escucho sus lágrimas y escuchó a aquel sujeto Keigo sino mal me equivoco, después de ahí deje de escucharlos, no se porque, pero desde que escuche la voz de aquel rubio siento que le da color a todo como si del sol se tratase en persona, quería conocerlo, quería hablar con el, quería ver esos lindos ojos miel pero más importante quería verlo sonreír. Despertaba con un dolor insoportable en mi cabeza, la luz lastiman mis pupilas hasta que me acostumbré quise mover mi mano, pero la sentí pesada como si alguien la sostuviera, voltee y pude ver a aquel sujeto rubio dormido sujetando mi mano con fuerza, me quedé un rato viéndolo se veía realmente lindo - Tal vez tú le pongas fin a este sufrimiento - pensé.