(Takami Keigo)
N
o había pasado mucho desde que había llegado Natsuo me ayudó con mis cosas y pocos minutos llegó Shoto dándome la bienvenida eso me gustó mucho.
- Quiero presentarte a mi hermano mayor - dijo.
- ¿Eh? -
- ¡¡Sí tal vez le agrades a Touya!! - exclamó feliz.
Ahora me encontraba caminando junto a Natsuo y Shoto hacia la habitación a la cual tenía prohibida la entrada, los niños tocaron pero nadie respondió, Shoto abrió la puerta, pero nadie se encontraba dentro.
- Tal vez esté en el jardín - dijo.
Y los dos ahora me llevaban al jardín trasero, yo realmente pensé que esa persona era muy arrogante por hacerme esto, pero al llegar un albino se encontraba sentado en la mesa del jardín mirando el cielo, como si ahí estuviese lo más hermoso del mundo, llevaba una playera y pantalón blanco, tenía vendado algunas partes de su cuerpo como si ocultarse algo.
- ¡¡Touya!! - gritó Shoto.
Aquel albino volteó a vernos y esos hermosos ojos zafiros se veían apagados sin vida, pero al momento de abrazar a Shoto sus ojos tenían ese brillo especial, como si tuviese un gran dolor que oculta solo para él - Así que el es Touya - pensé, Natsuo y yo nos acercamos hacia ellos, yo realmente estaba nervioso, pues nunca había tratado con él.
- ¡¿Por qué te fuiste de la habitación sin decirme?! - reclamó.
- Perdón Shoto, solo me aburrí y vine un momento aquí, además no fue tan malo porque me encontraste - respondió mirándolo.
- No me dejes nunca más - dijo abrazándolo.
- Lo prometo - le susurró.
- ¡¡Hermano mira el es Keigo de quién tanto te hablamos!! - exclamó feliz.
En ese momento la realidad me golpeó, pues nunca me habían dicho que le habían hablado de mí, en ese momento me sorprendí mucho.
- Ya veo - dijo - Shoto, Natsuo, ¿Podían ver si ya llegó Fuyumi y ayudarla? -
- ¡¡Sí!! - dijeron los dos.
Tanto Shoto como Natsuo me habían dejado con su hermano, y yo quería morir en ese momento.
- ¿Así que tú eres mi remplazo? - me preguntó.
Al escuchar esa pregunta los nervios desaparecieron sorprendiendo me con lo que había escuchado.
- ¿Eh? -
- Así que no sabes nada - volvió a hablar - Enji si que aparento que no paso nada -
- No entiendo de lo que hablas - mencioné.
No sabía porque me decía esas cosas, - ¿Acaso Enji le había hecho daño a él? - pensé mientras aún lo miraba confundido.
- Eso lo veo - dijo - Sabes te contaré una historia, así que por favor siéntate junto a mi -
Yo no sabía si era buena o mala idea, pero lo hice me senté aun lado de el mirándolo fijamente.
- Hace años en un matrimonio arreglado nació un niño pelirrojo que desde su nacimiento todos en la familia lo veían como un niño prodigio y realmente lo fue, pues a su corta edad su padre lo mantuvo estudiando y entrenando para que fuera el hijo ejemplar con tan solo 5 años podía redactar un libro entero en diferentes idiomas, el pequeño se sentía feliz de que su padre estuviera orgulloso de el, pero con la llegada de sus hermanos las cosas empeoraron, pues aquel niño tenía las ganas de saber lo que era jugar con sus hermanos que escapaba de sus clases para poder jugar y pasar tiempo con ellos, pero un día lo descubrió su padre y lo golpeó hasta el cansancio esa vez el padre le gritó "Eres una vergüenza, tu no necesitas esas tonterías porque tú eres mi primogénito" aquellas palabras se le habían incrustado en la mente a aquel niño, y aquel niño comenzó a esforzarse más haciendo que su color de cabello se convirtiera del más vivo carmín al más brilloso blanco que a los 6 años era todo el orgullo de la dos familias, pero lo que siempre quiso escuchar era las palabras de felicidad de su padre, pero estás nunca aparecieron, un día mientras todos dormían la madre cansada de ver cómo golpeaban a su hijo mayor quiso huir con todos sus hijos ya todo estaba planeado, pero no contaban que uno de los guardias los delatarían con el esposo de aquella mujer, molestó metió a todos nuevamente encerrando los menos a la madre y a aquel niño, aquella mujer fue golpeada hasta que saliera sangre de su cuerpo y a aquel niño los golpes no fueron suficientes, pues el padre tomo el fierro de la chimenea que hervía hasta ponerse rojo y lo comenzó a poner en el cuerpo de aquel niño hasta que se aburriera, después de eso el niño de tan solo 9 años de edad tuvo problemas mentales y no lo volvieron a ver y aquella mujer que intentó salvar a su hijo de ese dolor murió un día después sin despedirse de su hijo - contó - Después de 8 largos años aquel niño regreso, pero no tenía vida ni sentimientos - mencionó poniéndose de pié para marcharse.
Después de escuchar aquella historia mis lágrimas no paraban de salir, pero aún no entendía porque me había contado esa historia.
- ¿Por qué me cuentas esa historia? - pregunté aún con lágrimas.
- Porque aquel niño prodigio era yo y aquel padre que busco en mendar su culpa busco a un remplazo y así poder vivir tranquilo - respondió con una sonrisa - Felicidades eres mi remplazo -
Después de eso el se marchó dejándome, mi mente daba vueltas por esa espantosa historia, aún seguía sin creer que Enji pudiera haberle hecho algo así a su hijo, pero si el tenía esas vendas es porque es verdad, realmente no quería creer eso, pero las circunstancias decían lo contrario y yo no sabía que hacer para ayudarlo.
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Aquel Día De Primavera.
Fiksi PenggemarTe conocí aquel día en que tu padre nos presento realmente había quedado impresionado de ti desde el inicio, pero tú siempre me evitabas y eso me lastima va, pero con el tiempo nos conocimos y desde aquella primera que nos entregamos fue lo que más...