CAPITULO 8

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- ¿Cuál es el plan?- pregunta Tony a Matt.

- Lo único que sabemos con seguridad que acaba con ella es el hierro o destruir el atril.- responde, reiterando lo que hemos anotado previamente.

- Pero conseguir hierro es fácil, ¿no?- dice mamá.

- No tengo claro que lanzarle tuercas de hierro vaya a ser efectivo.- le digo en voz baja.

- Bueno, pues usamos balas.

- Las balas no son de hierro, sino de acero.- aclara Matt.- No se venden, así que tendríamos que ver dónde conseguirlas. El verdadero problema de eso es el desgaste del cañón del arma. Al ser más duro el proyectil, lo hará inutilizable en pocos disparos. Pero podríamos utilizar una escopeta de postas...

- Wow, eso va a cambiar de forma radical la decoración de la habitación, sin duda...- añade Tony.

- Ahora mismo me preocupa más acabar con Isabel que el color de las paredes.- puntualizo.

- Voy a tener que pensar una excusa para el ruido...- murmura mamá, pensativa.

- Creo que sería buena idea, aún a riesgo de dañar el arma, llevar una pistola con algunas balas de hierro.- interviene Salvatore.- Las escopetas no llevan mucha munición y se tarda en recargar. Si vais a ir los cuatro, tres pueden llevar escopetas y tú llevar una pistola.

- Anna y yo no sabemos disparar.- se apresura a aclarar mamá.

- Bueno...- digo en un tono de voz apenas audible.

Se gira y me mira, entre sorprendida y escandalizada.

- ¿Cuándo has aprendido a disparar?

- En el viaje... mientras estuve allí... pues por seguridad aprendí...

- ¡En el libro, no en la vida real!

- Lo que aprendes durante el libro, lo aprendes de verdad.- aclara Tony.- Me explico: tú adquieres una identidad, con todo lo que eso implica. Lo que vaya en ese "paquete de bienvenida" sólo sirve mientras eres ese personaje, porque fue él quien aprendió, no tú. Pero aquello que aprendes DURANTE el libro, sí permanece cuando sales.

Mamá va alternando la mirada de unos a otros, esperando que alguien muestre alguna discrepancia. Al darse cuenta de que nadie dice nada más, deja escapar un suspiro, con el ceño fruncido.

- No me gustan las armas, ya lo sabes.

- En este caso deberías hacer una excepción. Al menos, si quieres que volvamos a casa cuanto antes.

Me mira con mala cara, pero no vuelve a protestar.

- Si no contamos a Alison, entonces somos son tres tiradores.- continúa Matt.- Si conseguimos la munición para la pistola, la llevaría yo. Anna y Tony, os encargaríais de las escopetas. Cuando entremos, nosotros nos pondremos a los laterales y Anna, algo más atrás, entre los dos. No dispares a Isabel: busca el atril. Es un blanco estático, con la escopeta no deberías tener problema en alcanzarlo. Nosotros iremos a por ella. Con algo de suerte, no tendrás que intervenir. Y si no, podremos distraerla para que tú puedas hacer tu parte.

- ¿Y qué hago yo?- pregunta mamá.

Permanecemos en silencio.

- ¿Qué pasa?, ¿es que si no empuño un arma no puedo ser útil?

- Puedes quedarte en la retaguardia.- sugiere Matt.- Y llevar algún objeto de hierro para... hummm...

- ¿Lanzarlo por si las balas no son lo suficientemente rápidas?- añade Tony con sarcasmo.

EL ATRIL 2: ISABELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora