Capítulo I

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—Por favor solo dennos un poco más de tiempo, nosotros les vamos a pagar todo lo que le debemos.

Golpe—Crees que somos estúpidos hace meses que ns dicen lo mismo y hasta ahora no pagan.

De rodillas—Solo le pido una semana más, en ese tiempo le delvorvere todo lo que le devo.

—Escuchame bien sabandija si en una semana no me pagas todo lo que me debes te voy a matar a tí junto con tu familia.

—Tenga por seguro que le voy a pagar todo.

    Esas personas por fín salen de está vacía mansión, mi padre aún permanece en el suelo de rodillas. Mientras que mi madre junto con mi hermana se abrazan en un costado de la sala temblando de miedo y llorando. Al costado derecho mío está el culpable de todo mi querido hermano Floid, si no fuera por él en estos momentos no estaríamos en esta situación, desde que su esposa dio a luz a su primer hijo él se dedicó al vicio de los juegos y las mujeres, llevándolo hacia su destrucción. Y de paso a nosotros también.

  Hasta hoy en día mi padre es el que tiene que dar la cara por sus acciones, quisiera decirle todas sus verdades...Pero de todas maneras yo nunca seré parte de esta familia.

   Mi madre es la primera en romper el silencio ordenandonos a todos a salir de la sala para ella quedarse a discutir con mi padre.

    Los pasillos que antes estaban repletos de cuadros, adornos y sirvientes, ahora están vacíos. Todo lo que teníamos se lo llevaron por la deuda de mi hermano.

—¿Ahora estarás feliz verdad? ~gritando~ donde demonios piensas vivir... Esta casa está vacía por tu culpa, ¿Cómo se supone que vamos a comer?

—Elsie porfavor no exageres.

—¿Cómo quieres que no exagere?, un sinvergüenza como tú, no tienes derecho siquiera a llamarme hermana. Por tus malditos vicios hoy no puedo siquiera ponerme un vestido.

—Como siempre tú sólo piensas en vestidos y joyas en parte es por eso que llegamos a la ruina.

—Yo soy una dama y me lo merezco. En cambio tú ni por tener una esposa ni un hijo no te detuviste y nos llevaste a todos a la ruina, poco hombre.

—Cállate que tú no sabes cómo se siente estar casado con alguien que no amas, está sobre de mí casi todo el tiempo que haga una cosa, que haga la otra. No tenía otra opción más que irme al casino.

—Eres una escoria, agradecería mucho si mi padre en vez de apoyarte te dejaría que murieras. Daneyri acompañame a mi habitación, no soporto hablar más con esta basura.

—Deberías apaciguar tú ira, ya que gritarle no te va a servir de nada.

—Pero por lo menos sirve para desahogarme. ¿Has pensado cómo nos va a tocar vivir?

—Lo más seguro es que se venda la Mansión y se despidan a todos los sirvientes, luego tendremos que marcharnos hacia el campo.

—Ni lo menciones soy capaz de morir antes que vivir como una plebeya.

—Otra opción sería contraer matrimonio.

—Con la posición que nos encontamos ahora, nadie es un buen partido, si fuera tan bonita como tú estoy segura de que conseguiría alguien de mi altura.

La miro de pies a cabeza— Pues no es mucha la diferencia.

  Sonreímos juntas, a pesar de que no somos familia con ella es la única hermanastra con la que me llevó bien, las demás son odiosas, al ser la menor ella no va correr ningún riesgo porque tienes la protección de la iglesia.

—Elsie creo que se me olvido algo en la sala, voy a ir a traerlo y ahorita te alcanzó.

—Está bien, no te vayas a tardar mucho.

    Nunca se me olvidó nada en la sala sólo quiero escuchar la conversación que están teniendo mi padre con mi madre.

      Abro la puerta con sumo cuidado para no hacer ruido, como mis padres estaban discutiendo ni siquiera se dieron cuenta en el momento que entré, me coloque detrás del único sofá de la sala y empiezo a escuchar su conversación.

—Aunque  vendiéramos la casa, no tendríamos lo suficiente para pagar la deuda.

—Qué otra opción más no queda ya vendimos todo, lo único que nos queda es el título y La Mansión pero aún así no alcanza para pagar la 50,000 monedas de oro.

—La otra opción que nos quedaría sería aceptar la oferta del Barón de Cheberlands.

—Estás loco no quiero vender a ninguna de mis hijas a ese promiscuo.

—En estos momentos no nos quedan muchas opciones.

—Me rehúso a perder a mi amada hija.

—No es necesario que vaya ninguna de nuestras hijas, podría ir Daneyri. Ella aunque no llevé la línea de sangre es muy hermosa y será del gusto de Cheberlands.

     Ésto ya es el colmo del cinismo.

—Me opongo con la decisión de padre.

—Daneyri, ¿en qué momento entraste?

—Eso no importa, lo único importante aquí es que yo no me voy a casar con ese viejo.

Cachetazo— ¿Cómo te atreves a cuestionar mis decisiones? durante todo este tiempo lo único que hemos hecho es darte amor ropa y lujos, ¿Cómo puedes fallarnos en este momento?

     Por primera vez en mucho tiempo mi ira se apoderó de mí en sólo cuestión de segundos.

—Dices que me diste amor, nunca lo hiciste yo siempre fui un estorbo para ti, dices que me diste ropa y lujos siempre me diste las sobras y nunca me queje. Y tú madre por más que yo sea sangre de tu sangre preferiste a mis hermanastras y hermanastro que no es nada tuyo antes que a mí, te olvidaste de mi existencia por años y ahora cuando ven que soy necesaria simplemente me utilizan. Si lo que quieren de mí es que pague por el poco cariño que me dieron y las miserias que me ofrecieron lo voy a hacer pero no quiero volverlos a ver nunca más en mi vida.

     Salgo de la sala viendo su rostro de alivio por aceptar casarme con el Barón y eso me pone aún más molesta. Ellos nunca fueron unos padres para mí, ni éste tampoco fue un hogar para mí, si no fuera por algunos sirvientes la soledad y el miedo se hubieran apoderado de mí.  Están locos y piensan que yo me voy a sacrificar por ellos.

   Los pasos de Daneyri se escuchan por los pasillos, al llegar a su habitación sierra la puerta con mucha fuerza haciendo eco en la mansión, una habitación pequeña con una cama y un espejo le dan la bienvenida, en la habitación una de las pocas sirvientas que quedan le da la bienvenida con una sonrisa.

—Zhira alista los carruajes y habisa a los otros que esta noche nos vamos de esta maldita mansión.

—¿A dónde nos dirigiremos señorita?

—Iremos hacia el Noroeste, hacia el territorio de Fadaorana.

—Sé que esta pregunta va a sonar algo rara pero ¿cómo vamos a cruzar la frontera para Fadaorana? Ya que es un imperio bastante poderoso y sus fronteras no dejan pasar extrajeros sin licencia de Emperador.

—No te preocupes por eso, al noroeste hay una entrada ~sonrisa~ confía en mí yo la conozco bastante bien.

—Está bien señorita alistare todo para esta noche partir.

—Espérame en la Cruzada a la medianoche.

—Cómo usted ordene señorita.

Voy a ser su amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora