-Ashram, ya han pasado 6 dias y aún no regresa ese trio, quieres seguir manteniendo la verción de que se fueron a buscar plantas medicinales o vas a cambiar de mentira.
-Señorita yo seria incapas de mentirle.
-No me creas tan ingenua, los conosco lo suficiente como para dejar que algo asi se me pase.
-Si ese es el caso, cual es la razón para preguntarme tan airosamente el paradero de esos tres.
-Es porque estoy preocupada, este es un imperio peligroso, desde la seguridad hasta las leyes son desafiantes. Ya nos espusimos mucho el desde el dia del banquete.
-No te preocupes tanto, Zhira esta con ellos, y ella es lo suficientemente lista como para permitise errores dentro de lo que ella realiza ya si Miriel es más despistado cuando está con Zhira es diferente.
-Eso es lo que me preocupa, los tres son exelentes y si su viaje se sigue retrasando tendre que seguir comiendo tu cumida, sin ofender no tienes buenos dotes culinarios y sin mencionar tu pesima sazón, teno que si Zhira no vuelve voy a perder peso al punto de verme esquelética y horrorosa.
-Siempre dejé muy en claro que la cosina se me daba terrible.
~Sonrrisa~ En ese aspecto nos parecemos, lo único que me salen bien son las galletas, sin embargo de galletas nadie vive.
-Señorita y si deja que Ana cosine.
-Ni de broma, poner a Ana en la cosina es poner un remolino en la misma, y si Zhira llega y ve la cosina hecha un desastre a quién crees que culpará, a tí, no ella irá a por mi y tendré que escuchar sus sermones durante horas.
-Entonses sin quejarce, coma todo lo que esta e su plato.
Con esas palabras dichas Ashram se retiró de la sala dejando a Daneyri sola. La rubia solo sonrrió y empezó a comer haciendo de ves en cuando un pequeño gesto de disgusto, cuando terminó de comer se dirijió hacia la cosina para lavar su plato y salir rumbo al sotano donde se encontraban Ana y Arnol.
A tan solo once leguas de distancia de la pequeña manción Zhira, Miriel y Cora se encontrarón y tras ser perseguidos los últimos dias lograron despistar por completo a los guardias que los seguian y tomaron rumbo fijo hacia el que era su hogar, tardaron menos de un dia el poder llegar sin ser detectados.
-Pero que fiasco de caballos, debimos de habernos prestado los caballos de los guardias. ~Dijo en tono burlon el castaño~
-Creo que tu definición de prestar es diferente en tu vocabulario querido Miriel.
-Cora un prestamo es un regalo y yo por ser conocido tenía preferencias.
-Ambos guarden silencio, recuerden que hasta las ratas saben hablar, no quiero comentarios hasta que lleguemos con Daneyri.
Tras amarrar los caballos y guardar las cosas que tenian en la carrosa en un pequeño tunel que habian construido, se aproximaron a la manción a paso lento, y para sorpresa de nadie en la puerta estaba Daneyri, quien los miraba ferozmente y tratando de finjir enojo les dijo con un tono molesto que ingresaran a la manción. Ni bien estuvieron dentro Miriel lanzo una carcajada y con sus ojos de cachorro dijo muy emocionado:
- Trajimos consigo muchas cosas, entre ellas telas, hierbas, dos caballos, vino, pitura, agujas, hierro, harina, tijeras, papel, tinta, algunas alajas, zapatos, un viejo violin y carne, aparte de nuestras vidas claro esta.
-Miriel!! como puedes decirlo tan tranqilamente, que pasa si luego empiezan a buscarlos, nos tendriamos que mudar y luego qué, todo lo que hicimos y planeamos seria en bano.
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Voy a ser su amante
RomanceLa familia del Conde de Garneth cae en la ruina. Para poder salvarse de la miseria planean la boda de una de sus hijas con el Barón de Cheberlands, Daneyri la más hermosa sabiendo que ella será la elegida, se niega rotundamente a casarse con un viej...