En el prado, mientras las nubes suben del mar, se encuentra un par de amigos.
El uno es grande, robusto y muy tímido. El segundo es pequeño, delgado y brabucón.
Ambos son hijos de Carola, ella los ha llevado a aquel lugar para una sesión de fotos.
Carola ama a sus dos perros, los adoptó al mismo tiempo.
Ambos, son muy juguetones, y el camarógrafo no logra tomar una buena toma.
—¡Ay mis perros, ay mis perros! —exclama Carola—. ¡Les he pagado esta sesión de fotos y no se dejan tomar nada!
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•Admito que no pude dejar de pensar en Kendra con la frase de hoy, ¿A alguien más le pasó?
Espero que les haya gustado está pequeña (lo sé, fue muy pequeña) historia.
¡Nos vemos!
~Katana
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Treinta hisotrias para pasar el rato
De TodoAtrévete a sumergirte en otro mundo por un momento, déjate llevar por las emociones y anécdotas de estos personajes, quienes te contaran una pequeña parte de su vida. 30 relatos, 30 micro-historias, 30 One-shots, como le quieras decir. Aquí, vas a e...