Soñé que estaba en Londres. Me encontraba en un jurado. A mi lado, había una caja de galletas de hojaldre.
Mi hermana había cometido robo, y yo era su testigo. Era inocente, la había incriminado un lobo.
El juez tenía los ojos azules. Eso llamó mi atención, al igual que sus tantas virtudes. Cuánto más hablaba, más oscuros se le tornaban.
Mire a lado, ahí estaba mi hermana, amena. Volteé al otro, se encontraba una sirena.
"Que extraño" pensé. "La ulitva vez que ví una sirena fue hace un año".
El juez tenía los ojos casi negros, me asusté. Unos ogros entraron. Eran policías.
—¡Sé le ha declarado libre de culpa! –dijo aquel juez–.
¡Le debían una disculpa!
Desperté de mi sueño, estaba dormido en la escuela. "Fue en raro sueño" dije con pena.
Estaba tomando geografía, la maestra compartió las fotografías de su viaje en Londres.
Todo terminó, ese extraño sueño se difuminó.
•
•
•¡Buen día!
No sé cómo se me ocurrió esto, pero traté de usar la sugerencia de PrincesseUnique, un testigo como narrador.
No es exactamente lo que me hubiera gustado hacer, pero la inspiración se fue volando como un pájaro en primavera.
¡Espero que les guste!
~Katana
ESTÁS LEYENDO
Treinta hisotrias para pasar el rato
AcakAtrévete a sumergirte en otro mundo por un momento, déjate llevar por las emociones y anécdotas de estos personajes, quienes te contaran una pequeña parte de su vida. 30 relatos, 30 micro-historias, 30 One-shots, como le quieras decir. Aquí, vas a e...