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Neo Tokyo, 2098.

Toji había resuelto el plan con la ayuda de su pequeño retoño, aunque en realidad era con la enseñanza de Shoko, pero venga qué era lo mismo, el punto es que se había resuelto y ahora solo necesitaba concentrarse, la ayuda estaba asegurada así que le cubrirían la espalda y sobre todo Shoko qué cuidaría perfectamente a Megumi y se unirian a ellos después, todo marchaba según el  plan y lo estipulado, ahora... solo debía hacer su parte.

Pero Toji no se imaginaba lo que una noche antes Satoru había sufrido, por lo que al llegar y escuchar algunos de los del turno de ayer de la noche, supo que algo iba mal, muy muy mal.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Escuché que esta ves Naoya se excedió.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Yo escuché que el albino había perdido ambos ojos...

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¿Será por eso la venda de sus ojos?

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Lo más probable, tenía ojos muy bonitos

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Deberíamos descubrir si es verdad que perdió los ojos...

Tantos malditos parloteos, joder como le molestaba todo eso  esos bastardos hablando de Satoru como si fuera solo un conejo en un laboratorio de experimentós, quería estamparles la cara en el maldito concretó y sacarles los ojos para que sintieran el dolor de Satoru.

Y justo antes de hablar, un rubio de gafas hablo antes.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ No perdió sus ojos, esta prohibida la entrada a su habitación a no ser que Naoya lo permita, su experimentó evolucionó y eso es todo lo que deben de saber.

¡Mierda! Esto estaba peor de lo que imaginó, ahora entendía su presentimiento un día antes, era eso, Satoru no estaba bien e inconscientemente se lo grito hasta su hogar de manera muda y que solo el sentiría, pero a la mierda todo con los demás, hoy se largaban, ya todo estaba listo y la ayuda no tardaría en llegar.

De momento solo hizo lo que se le había ordenado, tenía que juntar a los niños pero antes... fue a la entrada posterior del edificio donde eran destajos los desechos para que los de la basura recogieran dicha, esperando tranquilamente por que esta llegarán, se movió con sigilo para cambiar las cámaras de posición, dándoles una entrada ciega, mientras en las bolsas negras qué había cargado hasta ese lugar, contenía dos uniformes de la talla de aquellos dos hombres.

No tuvo que esperar mucho para que llegarán aquellos dos y les lanzó los uniformes.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ El tiempo se acaba, el pasillo de los tres mil, ahí están los niños.

Indicó a los chicos, antes de abrir la puerta.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¿¡Como supiste mi talla!?

A lo que Toji solo se volvió a colocar el casco y se encogió de hombros.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Quién sabe.

Y sin más se adentró, tenía que ir por el experimentó favorito de Naoya, pues no, no iba a permitir una atrocidad más, era su jodido hermano menor y ya estaba destazando gente para que su puta obsesión de ser mejor que el viejo se volviera realidad. Maldito psicópata.

Al llegar al piso qué estaba el albino tan solo observó a dos de sus compañeros custodiando la puerta, cámaras apuntando hacía la misma, pero ya no tenía opción, volteó la primera cámara y poco después paso en frente de sus compañeros hasta la segunda cámara y girarla, volviendo a pasar por ahí pero quedándose esta vez parado frente a los dos miembros de la Nero Elite.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Hagamoslo por las buenas, ustedes se van y salen sin heridas y yo me voy con el albino, ambas partes ganan.

Se quitó el casco y sacudió un poco su cabeza para que su cabello se liberará, los miembros al observar esa cicatriz en sus labios, se miraron y sin decir más se marcharon, conocían a aquel de la cicatriz en los labios y no, no iban a arriesgarse a morir, lo mejor era evitar el combate, pues cuando había leyendas tan pesadas de un solo hombre en la que prácticamente todos terminaban muertos, no era bueno no escuchar y arriesgarse, era estúpido y si había algo que caracterizaba a la Nero Elite era su inteligencia, incluso a la hora de no luchar.

𝐊𝐈𝐍𝐆 ; 🜲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora