Neo Tokyo, 2098
un mes después.⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¡MALDITA SEA! ¡QUITA LAS MALDITAS VENDAS DE MI CARA!
Ordenó de mala gana y manera a la pobre enfermera que solo hacía su trabajó, terminando por quitar aquellas vendas y por fin ver su rostro, ya no tenía la piel bella qué siempre lo había caracterizado, su nariz se había enchuecado y su labio tenía una horrible cicatriz no igual a la de Toji, pero era suficiente para que creyeran qué era familia; la enfermera le paso el espejo y esté en cuanto noto todo esto lanzó al suelo dicho objeto, irritado y bastante molesto, se levantó de la cama tomando sus pantalones y colocandoselos, la enfermera intentó detenerlo pero lo único que logró fue un golpe por parte de Naoya, saliendo de aquel maldito hospital, para ir directo a las instalaciones qué se habían vuelto su hogar, se vengaría de la manera más cruel posible, Toji iba a llorar un mar enteró y ni eso sería posible que fuera suficiente para Naoya y el pobre de Satoru sería el cordero a sacrificar.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Bastardos, me la pagaran cada uno de ellos...
Susurro entre dientes solo para él y así se alejó entre las personas de aquel maldito hospital, pensando lo que solo dios sabe pensaba Naoya en estos casos, el fin estaba por llegar.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀● ● ●
Suguro había entendido a pesar del dolor, pues sabía que por su indecisión había perdido a Satoru desde hace mucho tiempo atrás, ni siquiera fue contra Toji o alguien fue por el mismo, irónico.
Aún así decidió dejarlo por la paz, lo que si decidió hacer fue hablar más con Shōko, que a pesar de que al principio le molestaba lo directa qué era, no tardo mucho en acostumbrarse, era divertido como la castaña trataba de ponerse filtros para no sonar tan jodidamente directa, sin duda Shōko era bastante divertida una vez que la conocías bien.
Mientras tanto Nanami y Choso seguían de niñeras de los pequeños, los cuales se habían hecho afines a aquellos dos e incluso ellos se llevaban bastante bien, ambos eran responsables y aunque no lo dijeran se divertían cuidando a los niños.
Era extrañó como la vida se acomodaba al final, después de la tormenta si venia la calma, pero... ¿Y si la tormenta se volvía en huracán dejando heridos a inocentes a su paso? Ese era el miedo de Satoru desde que dejo aquel maldito lugar, alejándose de todos lentamente, temiendo a que podría lastimarlos si estaban cerca de él, incluso el llamarse a si mismo de nuevo "experimento".
En aquella habitación qué compartía con Toji estaba abrazando sus piernas contra su pecho, en una de las esquinas, dejando que el sol entrará pero sin darle directamente a él, era como si evadiera la luz, esto a Toji ya no le gustaba, era desagradable ver el estado de aquel albino, ver esos ojos apagados, oscuros, no, no deseaba verlo así. Por lo que se acercó y extendió su mano.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Vamos.
Conciso y directo, justo como solía ser Toji, pero Satoru solo observó aquella mano y poco después al rostro del azabache, negando con la cabeza, no quería ir, no lo deseaba. Toji se cansó, se agachó y lo tomó de los brazos, si bien era un hombre amable, había cosas que no toleraba y una de ellas era cuando Satoru se ponía con esa actitud de chiquillo malcriado.
Lo levantó de mala gana, lastimando a Satoru, el cual reacciono de la peor forma, forcejearon, Satoru no deseaba ir a ningún lado y Toji no deseaba verlo en aquel maldito rincón, sin palabras solo con pugidos y quejidos por la fuerza empleada, gruñidos frustrados y un sin fin de sonidos qué indicaban su actitud para el contrario.
Fue entonces que Satoru sintió un ardor ir en aumento, en su mejilla, dolía; paro, Toji lo tomó del brazo sin delicadeza alguna y salieron de aquella casa, directo al bosque, Satoru se quejaba sin palabras, Toji solo lo ignoraba, porque de seguir haciéndole caso terminaría moliendole a golpes. Caminó sin un aparente rumbo, por aproximadamente una hora, hora que Satoru no frenó y no hablo.
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𝐊𝐈𝐍𝐆 ; 🜲
FanfictionNeo Tokyo, año 2098. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¡Vamos Satoru! una carrera, seguro los Clown les dará envidia tu motocicleta nueva, ¡Vamos! Satoru solo reía y sin qué se lo exigieran demasiado, solo accedió, ¿qué podía pasar aquella noche? después de todo tenía una ra...