03

248 38 5
                                    

Neo Tokyo, 2098.

Sus ojos se abrieron al ver el lugar al que lo habían mandado, ¿de verdad habían creado un maldito hospital solo para sus propios fines? Joder, estos malditos estaban de verdad mal de la cabeza.

Pero, ¿Quién estaba más loco que el otro? ¿Él por regresar para salvar a un maldito niño qué parecía tener futuro o ellos? A estas alturas ambos parecían estar al mismo nivel.

Con el casco bien puesto nadie sabía quien era gracias al protector grueso polarizado. Colandose entre los pasillos para buscar a aquel niñato idiota, pero cual fue su sorpresa qué en uno de estos tantos pasillos un científico salio de una habitación, apuntando algunas cosas, pero frenando al ver a aquel soldado nero.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Ah, menos mal que veo a uno de ustedes, acompañame.

Ordenó, Toji estaba qué se moría, ¿de todos los lugares para encontrarse a su hermano menor, precisamente en esté? Sin lugar a dudas era pequeñísimo el mundo.

Sin hablar siguió a dicho hasta la habitación 3669, encontrándose con un niño de cabellos rosas, de no más de tres años de edad, la misma que su hijo podía asegurar, con una amplia sonrisa en su bonito rostro.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Experimentó 005, hoy vas a interactuar con un nuevo niño, así que trae tus juguetes.

Indicó aquel hombre, no sin antes detenerse de salir y apoyar una mano en su hombro.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Asegúrate de cargarlo, es demasiado lento.

Toji asintió y cuando el niño grito "¡Listo!" Toji lo tomó en brazos para cargarlo así hasta una habitación enorme, donde habían muchos juguetes y parecía un parque solo que faltaba césped y aire real. Lo dejó en el suelo y esté de inmediato fue a buscar a su amiga, una niña que no había visto, pero al parecer se le daba bien esconderse.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¡Nobara!

Y así los niños se perdieron, esto sería más difícil de lo planeado.

El rubio entonces salió y le dijo en voz baja qué le siguiera, viajando así hasta uno de los piso altos y cuando llegaron los gritos de dolor inundaron los oídos de Toji, eran desgarradores, como si le estuviesen arrancando la piel en vida a aquel ser. Su corazón se encogió más y más a medida que avanzaban por ese pasillo, casi un mes había pasado, Shoko le había dicho a su pequeño Megumi qué estaba de viaje de negocios y todas las noches le marcaba para desearle buenas noches, todo ese trabajo para llegar a este momento.

Al entrar a la habitación lo vio, era una escena grotesca, cabellos blancos siendo torturado de maneras inenarrables, pudo ver el cuerpo desnudo de aquel albino, el pecho de aquel, una cicatriz enorme qué cruzaba todo esté, sus gritos de dolor al ver como experimentaban con el, más exactamente abriendo su piel y ver como esta no tardaba en volver a regenerarse si era arrancada o si solo se cortaba, los tejidos pronto se unían, formando cicatrices. Joder, que había hecho.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¡Mi lindo Satoru! Te vez tan hermoso con lágrimas en los ojos, pero te daremos un descanso, iremos a ver a tus amiguitos.

Se giró y observó a Toji y señalo a Satoru.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Traelo, arrastralo hasta que se levante solo, no seas amable o te castigare a ti en su lugar.

Toji solo asintió y fue por Satoru, tomándolo de la muñeca para arrastrarlo, no lo deseaba, pero debía hacerlo o seria peor, pues Naoya amaba el sufrimiento a niveles asquerosos, por lo que no quería que su lado psicópata saliera al 100%; cuando iba a jalarlo Satoru lo tomó de la mano con su zurda y levantó la cabeza, sus cabellos húmedos y sus ojos hermosos cual cielo, estaban llenos de miedo.

𝐊𝐈𝐍𝐆 ; 🜲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora