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En alguna parte del bosque, 2098.

Dos hombres desnudos en la habitación sintiendo el frio de la mañana y calentandose con solo el calor corporal qué brindaba la unión de sus cuerpos, tocando y marcando su piel, el albino recibía los rayos de sol en algunas zonas de su piel, lo que le daba la ilusión de brillar, esta vez, Toji fue más gentil dejando de lado la brusquedad, ambos estaban condenados a la muerte y aún así intentaban burlarla lo más que pudieran para seguir juntos más tiempo.

Los gemidos eran gentiles, se perdían entre los sonidos de las cigarras; Toji envolvía a Satoru en un abrazo abajo de él, en aquella madera desgastada y para nada pulida, sintiendo como sus piernas se aferraban en aquél abrazo a sus caderas, su espalda deliciosamente arqueada y sus manos aferradas a los omóplatos de la espalda del mayor, susurrando gemidos, palabras, juegos, risas, solo ellos podían entender y no les importaba nada.

Cuando ambos terminaron por correrse, Toji toco el vientre del albino aún sin salir dentro de esté y el ajeno apoyó su mano sobre la del azabache, mirandose por largos instantes antes de besarse y Toji presionar aquel vientre para provocar un gemido hondo por parte del albino obligando a cuvar más su espalda y enterrar sus uñas en los hombros del moreno.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¡Toji!

Sus ojos azul cielo se abrieron a tope y lo miro con pequeñas lagrimillas aún en sus ojos. Toji no pudo contenerse y volvió a besarlo, verlo así, tan vulnerable le hacía sentir y saber que era el único que podía tomarlo de esta forma y no, no lo iba a soltar, ni después. Había decidido qué era suyo y así iba a ser.

Soltó el vientre ajeno y salio de su interior, terminando por acostarse en el pecho del albino, el cual pronto comenzó a peinar aquellos cabellos negros y descansar en aquella mañana qué parecía brillante gracias al sol.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ 'Toru, ¿no te duelen los ojos?

Pues a pesar de que el azabache creía que era por la luz, en realidad no tenía la menor idea de porque le dolían los ojos.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ No, ya no... es raro, pero creo que mientras más personas, más me duele...

Toji levantó ligeramente la cabeza para observarlo a los ojos.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¿Qué ves?

Satoru terminó por reír y le dio un beso en los labios sin poder evitarlo.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Veo sus células recorrer su cuerpo...

El azabache le dio un nuevo beso y el albino río, amaba este juego tonto.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¿Y si te cubres los ojos?

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Veo su silueta y su aura, también puedo ver sus pulsaciones cardíacas...

Entendía un poco.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ ¿Puedes notarlo en mi?

El albino asintió y pronto abrió los ojos de nuevo.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ También hay una última cosa que puedo sentir o notar y es cuando algo va a pasar, lo veo como en pequeños flashes, pero esa habilidad la tenía desde antes, por eso supe cuando eras tú...

Toji volvió a dejar su cuerpo sobre el del menor y medito por un instante, esto estaba bastante raro, ¿Qué a caso Satoru era in dios entre humanos? Simplemente insólito.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀─ Ya veo, ahora solo te falta poder formar un vínculo con las personas y pasarles poderes.

Ambos se carcajearon y se terminaron por levantar, yendo a aquel riachuelo para limpiar su cuerpo lo más que pudieran, pues no deseaban aparecer frente a los niños después de tener sexo con el papá de uno de estos.

𝐊𝐈𝐍𝐆 ; 🜲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora